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Política

Los separatistas llaman a tomar las calles en auxilio de la trama civil del 'procés'

Agentes de la Policía Nacional formando un cordón de seguridad en Barcelona el pasado 1 de octubre.

El separatismo ha convocado concentraciones de protesta para este martes por el ingreso en prisión de los líderes de ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela los consideró anoche autores de un presunto delito de sedición en la organización del cerco a la Guardia Civil y a una secretaria judicial para impedir un registro en la Consejería de Economía de la Generalitat sobre los preparativos del 1-O. 

Nada más conocerse la decisión a última hora del lunes, ambas plataformas soberanistas -integradas en la lista de Junts Pel Sí- llamaron al independentismo a tomar las calles en una "movilización permanente" que "nos ha de llevar hacia la proclamación de la República catalana". Así lo manifestó el propio Sánchez en un mensaje que había dejado grabado. Tras promover rápidamente una cacerolada para anoche mismo, ANC y Òmnium Cultural instaron a los secesionistas a realizar ya este martes un paro en los centros de trabajo al mediodía y a manifestarse "de forma pacífica y cívica" a las siete de la tarde frente a las delegaciones del Gobierno en las cuatro provincias catalanas.

Con todo, las guerrillas urbanas del separatismo ya contemplaban que la entrada en prisión de los portavoces de la trama civil del procés podía producirse. Los llamados 'comités de defensa del referéndum' (CDR por sus siglas) se reunión el sábado en Sabadell (Barcelona) y acordaron que que "ante la inminente aplicación del artículo 155 o si se producen detenciones, continuaremos fortaleciendo la organización popular desde abajo, e impulsaremos y nos sumaremos a las movilizaciones en la calle para defender la voluntad popular, contra la represión y por la retirada de las fuerzas de ocupación de nuestro territorio".

El encuentro del sábado, el primero de estas características que celebran los CDR, congregó a representantes de un centenar de comités repartidos por toda Cataluña. Estas estructuras fueron las que organizaron las acampadas nocturnas de los días previos al referéndum del 1 de octubre y las que plantaron cara a Policía Nacional y Guardia Civil -a modo de escudos humanos- cuando los agentes trataban de impedir, en cumplimiento de una orden judicial, el desarrollo de aquella jornada ilegal, suspendida por el Tribunal Constitucional. También estuvieron detrás de la huelga general del 3 de octubre. "Ahora lucharemos por la aplicación de los resultados del referéndum, porque Somos Voluntad Popular", proclaman.

Así, los independentistas amenazan ahora con una escalada de presión y con repetir episodios de acoso a la Policía Nacional y Guardia Civil como los que protagonizaron en los días posteriores del 1-O, cuando se concentraron delante de comisarías y cuarteles de distintas localidades de Cataluña al grito de "fuera las fuerzas de ocupación" o "asesinos". Esta campaña se hizo extensiva a los establecimientos hoteleros en que se encontraban alojados decenas de agentes (Calella, Pineda de Mar o Figueras) e incluso hubo alguno conato de linchamiento contra algunos de ellos. La Fiscalía de Barcelona abrió diligencias para investigar si la expulsión de estos agentes supuso la comisión de delitos de odio. 

La mayoría de los CDR tiene convocadas asambleas estos días, con la vista puesta en la reacción del Gobierno al último requerimiento formulado a Carles Pugidemont. El presidente de la Generalitat tiene de plazo hasta el jueves a las 10 de la mañana para volver a contestar (ayer agotó la primera oportunidad) si el pasado 10 de septiembre proclamó una declaración unilateral de independencia (DUI). En caso de que el jefe del Govern ofrezca otra respuesta ambigua o afirmativa, todo apunta a que el Ejecutivo de Mariano Rajoy pasará a la acción con el artículo 155 de la Carta Magna que contempla la suspensión o intervención de una autonomía para restablecer el orden constitucional.

Por ejemplo, en la localidad barcelonesa de Argentona, el CDR se reunirá en la tarde de este martes en el Salón de Plenos del Ayuntamiento bajo el lema 'Organicémonos. Referéndum. República. Proceso Constituyente'. Al frente de este consistorio está Eudald Calvo, alcalde de la CUP. Además de militantes de la CUP, también participan en los CDR miembros de PDCat y ERC, afiliados de ANC y Òmnium Cultural, activistas de otras plataformas sociales y fuerzas anticapitalistas e inscritos en Podemos y Catalunya en Comú, el partido de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Además, han previsto esta semana más caceroladas y pegadas de carteles.

En esta línea, uno de los mayores grupos de la CUP, Poble Lliure, difundió ayer lunes un comunicado donde aboga igualmente por "la movilización popular masiva, cívica y el máximo de transversal posible como única garantía de que el proceso (independentista) llegue a buen puerto". "Sólo el pueblo salva al pueblo", subraya. 

En ese llamamiento hace hincapié en volver a actuar contra Policía Nacional y Guardia Civil: "Movilicémonos de nuevo por el repliegue de las fuerzas de ocupación y en defensa de la escuela catalana, la democracia y la libertad", destacan.

Govern de "concentración"

Además, esta organización de la CUP exige a Puigdemont la formación de "un Gobierno de concentración con presencia de todas las fuerzas políticas comprometidas en la construcción de la República Catalana y el desarrollo de un proceso constituyente que gestione la ruptura democrática y la transición al nuevo marco jurídico-político".

Junto a ello, Poble Lliure considera que la convocatoria de unas elecciones anticipadas en Cataluña que no fuese en clave "constituyente", es decir, hasta que "la República catalana fuese un hecho", sería "traicionar al pueblo que ha defendido hasta el final su libertad".

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