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Política

El separatismo utiliza a sus líderes presos para boicotear al Rey en el homenaje de Barcelona

Ramos de flores y objetos de todo tipo depositados en el mural de Miró de La Rambla de Barcelona.

El homenaje a las víctimas de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils ha vuelto a fracturar la política catalana. Ocurrió lo mismo hace un año. El ataque se produjo a pocas semanas del golpe separatista que condujo al referéndum del 1-O. El rey Felipe VI y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, son los únicos representantes institucionales que repiten con respecto a la foto del año pasado. Ni Mariano Rajoy, ni Soraya Sáenz de Santamaría -censurados y fuera del Gobierno- ni Carles Puigdemont -huido- ni Oriol Junqueras -encarcelado- estarán presentes.   

La asistencia de los reyes al acto de Barcelona ha sido objeto de controversia casi desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó su presencia. El separatismo ha cambiado su estrategia. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, no ha disimulado la incomodidad que le produce Felipe VI. Pero de puertas para fuera, está pidiendo no politizar el acto. 

ANC y Omnium, las asociaciones independentistas responsables de convertir la manifestación contra el terrorismo de hace un año en un aquelarre contra el rey, han dado un paso al lado. Y oficialmente no participarán en el homenaje porque está Felipe VI. El separatismo, eso sí, no se ha quedado callado y ha lanzado a los miembros del anterior Govern encarcelados para calentar la visita del rey.

Carta de los encarcelados

Los ex consejeros del Govern de Puigdemont, la ex presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y los ex dirigentes de ANC y Omnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, han denunciado en una carta enviada a diferentes medios de comunicación "la falta de colaboración del Estado y de algunos de sus organismos" para la prevención del atentado del 17 de agosto del año pasado.

"Los Mossos realizaron un gran trabajo pero queremos denunciar la falta de colaboración del Estado y de algunos de sus organismos. No podemos cerrar los ojos ante la información que nos llega del sumario del 17 de agosto y que evidencia la estrecha relación entre el imán de Ripoll, el líder ideológico del atentado, y el CNI. El respeto a las víctimas, el respeto a la ciudadanía y a la transparencia obliga al Estado español a responder a estos interrogantes y explicar la verdad", dicen.

El ex ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha dicho que la coordinación policial aquellos días fue buena y no ha querido entrar en más polémicas. El líder del PP, Pablo Casado, ha afirmado que es "intolerable, injusto" y una "canallada, insinuar que la Guardia Civil o la Policía Nacional pudiesen tener algún vínculo con la célula yihadista" que llevó a cabo los atentados de Barcelona y Cambrils.

El homenaje del viernes reúne no sólo a los reyes, y los representantes de las instituciones catalanas y del gobierno de la nación. También asistirán Casado y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Ante esa tesitura, varias víctimas de los atentados han exigido a los políticos una "tregua" y que no "manipulen" ni "politicen" su dolor, después de haberlas "abandonado".

Las víctimas piden una "tregua"

En una rueda de prensa en Barcelona, las víctimas agrupadas en torno a la Unidad de Atención y Valoración a Afectados por el Terrorismo (UAVAT), que ha atendido a 182 afectados del 17-A, han denunciado que durante todo este tiempo se han sentido "engañadas, abandonadas, incomprendidas y tristes", como ha descrito Ana Cortés, una de las supervivientes de la Rambla.

En nombre de las víctimas, el coordinador de la UAVAT, Roberto Manrique, ha leído una carta enviada por Javier, el padre de un menor de Rubí (Barcelona) asesinado el 17-A, en la que pide "respeto y consideración" para las víctimas y sus familias.

"El aniversario del 17-A debe ser un día para las víctimas y sus familias. De respeto hacia ellos y su dolor. Que puedan ir a las Ramblas a recordar sus pérdidas y depositar flores y lo que necesiten en su honor, sin políticos, sin periodistas, sin cotillas. Como mucho, con las cuerpos de seguridad y equipos de emergencias. Debe ser un acto de respeto y consideración", dice.

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