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Política

Elecciones Senado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al Gobierno en el Senado.

En los comicios de este domingo los españoles elegían a 208 de los 265 senadores que forman la Cámara Alta. El particular sistema de votación de listas abiertas permite elegir tres parlamentarios de los cuatro que se escogen en cada provincia. Habitualmente, los grandes partidos se han repartido los escaños en la mayoría de circunscripciones llevándose tres la fuerza más votada y uno la otra formación. 

Pero en los pasados comicios del 28 de abril se dio la particularidad de que en siete provincias las papeletas se distribuyeron de manera distinta por la posibilidad de votar por separado a los senadores de hasta tres partidos distintos. Así, se llamó a marcar sólo un candidato por cada formación (PP, Cs y Vox), lo que terminó dividiendo los apoyos del bloque de la derecha.

En Madrid, el resultado fue 2+1+1 (PSOE, PP y Ciudadanos, respectivamente) mientras que en Barcelona se registró un empate a 2 entre ERC y el PSC. En otras provincias como Murcia, Palencia, Segovia, Soria y Zamora también empataron a 2 el PP y el PSOE.

En el resto de provincias, la regla del 3+1 se mantuvo y los socialistas lograron anotarse 123 senadores que le permitieron alcanzar la mayoría absoluta gracias a sus diez de los 57 parlamentarios designados por las Comunidades Autónomas. En este momento cuentan con 18 escaños de este tipo, por lo que necesitaría 115 senadores para volver a ostentarla. 

El gran damnificado de los pasados comicios fue el PP, que vio esfumarse el 'rodillo' del que disfrutaba en la anterior legislatura. Así, sus representantes electos cayeron hasta 55. La clave de este domingo estaba en determinar si los socialistas lograban mantener la aritmética de 123+18 o los de Pablo Casado lograban achicar la brecha y arrebatar la presidencia que hasta ahora ostenta el filósofo Manuel Cruz. Era en lo que confiaban en la sede de Génova

Para ello necesitaban prácticamente duplicar los 55 senadores obtenidos en abril y sumar los 14 autonómicos con los que cuentan y el de Navarra Suma. A pesar de tener menos senadores, en la legislatura de 2004-2008 los socialistas lograron ostentar la dirección del Palacio de la plaza de la Marina Española gracias al apoyo de ERC.

El hecho que la Cámara Alta se fragmente como el Congreso sin una mayoría clara de ningún bloque puede suponer problemas importantes en caso de que Pedro Sánchez logre formar gobierno. A pesar de su fama de Cámara de poca utilidad, desde el Senado se puede boicotear la acción del Ejecutivo cuando domina una mayoría distinta a la que ocupa el Palacio de La Moncloa

Así, la Cámara Alta puede ralentizar la aprobación de la senda de déficit que debe elaborarse antes de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Algo que ya ocurrió el pasado año, cuando los socialistas querían elevar el objetivo del 1,3% del PIB al 1,8% para tener 6.000 millones euros más de gasto público. La maniobra supuso un choque institucional que los socialistas intentaron sortear sin éxito introduciendo una reforma exprés a través de otra norma. 

En cuanto al resto de partidos, Ciudadanos sólo logró cuatro senadores el pasado mes de abril y ni Vox ni Unidas Podemos lograron representación en la Cámara Alta a través de los senadores electos. Los de Santiago Abascal han optado en estos comicios por hacer un gesto hacia los populares y presentar sólo un candidato en cada provincia, en lugar de los tres posibles. 

La razón es que la otra función clave del Senado es la aprobación del artículo 155 de la Constitución, como ya ocurrió en 2017 tras la declaración de independencia por parte de las autoridades catalanas. Eso sí, para activarlo hace falta primero que el Gobierno envíe un requerimiento previo al presidente de la Comunidad Autónoma para pedirle que se atenga a la legalidad vigente y envíe un proyecto de aprobación al que debe dar luz verde por mayoría absoluta la Cámara Alta.  

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