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Política

La semana trágica de Sánchez: de la barra libre del 8-M al estado de alarma

Pedro Sánchez decreta el estado de alarma en España por el coronavirus

El Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha quedado marcado por la gestión de la crisis del coronavirus. El Ejecutivo pasó de negar la existencia de un problema a decretar el estado de alarma en apenas seis días. Los reproches de la oposición y de la comunidad internacional han debilitado la posición de Sánchez, que ha sido portada de medio mundo por lo que muchos expertos consideran una actitud imprudente.

La coalición PSOE-Podemos se asoma a un abismo económico en el país de consecuencias imprevisibles. La OCDE da por sentado que España entrará en recesión. Lo que no está tan claro es cuando se recuperará la economía. La hoja de ruta de la legislatura que pactaron Sánchez e Iglesias ha saltado por los aires.

Fuentes del Gobierno admiten que es urgente un cambio en las prioridades del Ejecutivo. Esta es la crónica de la peor semana de Sánchez en La Moncloa. Seis días en los que un virus descosió las costuras del Gobierno.

8-M: todas a la calle

Ministras con guantes. Las calles llenas. Los embajadores de la Unión Europea en España no daban crédito. Centanares de miles de personas se manifestaron el Día de la Mujer. Un error, del que advirtieron algunas de las organizaciones feministas convocantes. Nadie echó el freno.

El Gobierno dijo que el cambio en la tendencia de contagios se produjo el domingo por la tarde, horas después de las marchas. Pero la Comunidad de Madrid llevaba días advirtiendo en las interterritoriales de Sanidad de que el avance del virus era imparable.

Ningún miembro del Consejo de Ministros, del PSOE o Podemos ha admitido error alguno en permitir la manifestación. Ese mismo día, Vox celebró un congreso multitudinario en el palacio de Vistalegre en Madrid. El resultado fue el contagio de los principales líderes de su cúpula, incluido Santiago Abascal

9-M: Madrid cierra los colegios

El cambio de tendencia se hace evidente menos de 24 horas después de las marchas del 8-M. La Comunidad de Madrid decreta el cierre de los centros escolares en todos los niveles educativos. Las previsiones de contagios en la Comunidad superan a Italia. 

El Gobierno da un giro radical al discurso de tranquilidad que mantenía hasta ese momento. Y anuncia un plan de choque con algunas medidas extremas. Sánchez se enfrenta a los reproches de sus socios europeos, que no entienden la permisividad del 8-M, y la falta de restricciones en espacios públicos. El fútbol sigue con público, los cines y los bares, abiertos. 

La población empieza a inundar los supermercados ante el temor a un cierre total del país.

10-M: primer Consejo de Ministros

El Gobierno consuma su giro de 180 grados en el abordaje de la crisis del coronavirus. El primero de los tres Consejos de Ministros de la semana prohíbe los vuelos de Italia a España. Una medida que Sánchez tuvo encima de la mesa semanas antes y que no se atrevió a tomar. Además anuncia un plan de choque económico para un Consejo de Ministros extraordinario el jueves.

Sánchez comparece por primera vez en la noche del martes después de un Consejo Europeo extraordinario por videoconferencia. Es la primera vez que el presidente del Gobierno toma las riendas de una crisis que pasó semanas negando. Y empieza a preparar a los españoles para el golpe. 

"Para combatir esta emergencia de salud pública, haremos lo que haga falta, donde haga falta y cuando haga falta", dijo.

12-M: Consejo extraordinario sin medidas

El segundo Consejo de Ministros de la semana aprobó las primeras medidas de carácter económico. El Gobierno suspendió los viajes del Imserso. Y acordó la inyección de 2.800 millones para las comunidades autónomas, entre otras medidas de estímulo para pymes.

Pero Sánchez no anunció medidas concretas contra la pandemia. Dictó una recomendación general de suspensión de las clases en todas las comunidades autónomas. El Ibex 35 sufrió la mayor caída de su historia después de la intervención de Sánchez.

13-M y 14-M: Estado de alarma interminable

Sánchez anunció el viernes que decretaría el estado de alarma en un tercer Consejo de Ministros. La reunión se celebró el sábado y se extendió durante más de siete horas por las discrepancias en el seno de la coalición. El Gobierno aprobó un decreto por el que asume las competencias autonómicas para centralizar la gestión de las crisis. Y se ha limitado el movimiento de los ciudadanos.

Pero el Gobierno fue incapaz de acompañar estas medidas de un plan de contingencia económico. Las vicepresidentes Carmen Calvo y Nadia Calviño, de un lado, y el vicepresidente Pablo Iglesias, los ministros morados y también algunos del PSOE, de otro, han discrepado sobre la prioridad de algunas recetas.

Se han puesto encima de la mesa medidas excepcionales, como una moratoria del pago de hipotecas para desempleados. Y otra serie de iniciativas que se debatirán de aquí al martes, cuando se volverá a reunir el Consejo de Ministros en sesión ordinaria.

A última hora del sábado, La Moncloa anunció que la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, había dado positivo por coronavirus. Gómez asistió a la manifestación del 8-M. 

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