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Política

Sánchez planea un cambio de Gobierno para enviar a Borrell a Europa y designar candidato en Madrid

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

Pedro Sánchez tiene margen hasta febrero o marzo, cuando se celebren las primarias del Partido Socialista de Madrid (PSM) para elegir a su candidato a la Alcaldía de la capital, para sacar del Gobierno al elegido, a día de hoy el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, o elegida, la ministra de Industria, Reyes Maroto, según diversas fuentes socialistas. Maroto, una mujer de partido, disciplinada, tiene más posibilidades porque Grande-Marlaska ya ha mostrado su recelo a una aventura municipal que puede acabar muy mal para el PSOE.

El presidente confiesa en privado que remodelar el gabinete no será un "problema" para elegir al alcaldable madrileño porque él insiste en que el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, encabece la candidatura socialista a las elecciones europeas y eso le obliga al cambio de todas formas.

Sánchez, que todavía no ha convencido a Borrell, tiene planes para el titular de Exteriores que van más allá de su tirón electoral: pretende que el hoy ministro acabe siendo a finales de 2019 vicepresidente de la renovada Comisión Europea. Un objetivo estratégico dentro de su proyecto para que España aumente su peso en la UE ahora que el Reino Unido abandona la unión y España va a pasar a ser la cuarta economía del club comunitario.  

Tras Borrell irá de número dos la eurodiputada Iratxe García y muchos nombres nuevos después del forzado adiós de la anterior cabeza de cartel, la exvicesecretaria general Elena Valenciano, por falta de sintonía con la nueva dirección, y con la jubilación de Ramón JaúreguiEnrique Guerrero y Juan Fernando López Aguilar; está en duda la continuidad de José Blanco, que aunque en las primarias se posicionó como los demás con Susana Díaz, rápidamente empezó a colaborar con Sánchez.

Si Borrell dice finalmente no, Sánchez no descarta que Iratxe García sea quien encabece la candidatura europea, aunque ella quiere terminar en el Congreso de los Diputados en la próxima legislatura, señalan diversas fuentes consultadas por este periódico. Por si acaso, Ferraz está dando más protagonismo a esta política vallisoletana para que crezca su grado de conocimiento ciudadano.

Más difícil lo va a tener el presidente del Gobierno con las candidaturas en Madrid. En el PSM contienen la respiración porque saben que ya van "tarde" para elegir a alguien con garantías a la Alcaldía de Madrid, después de un vodevil de nombres que llegó a incluir a la propia Manuela Carmena. Y ha terminado con el rechazo de Alfredo Pérez Rubalcaba a semejante caramelo envenenado para quien lo ha sido todo en el PSOE de las tres últimas décadas.

Si el ascenso de Vox es tan fulgurante como señalan algunos sondeos, y el PSOE queda último en la capital, no solo dará al traste con la reelección de Carmena sino que es muy probable que comprometa la elección de Ángel Gabilondo, al que algún sondeo da ganador en la comunidad, como próximo presidente de la Comunidad de Madrid. Y el Gobierno madrileño es de lo poco a lo que puede aspirar Sánchez a reconquistar.

El pistoletazo de salida de la remodelación del gobierno que planea Ferraz lo dará, paradójicamente la Ejecutiva Socialista madrileña que dirige el secretario general, José Manuel Franco, cuando, en ocho o diez días, apruebe el calendario de primarias para las que ya hay un candidato seguro: el veterano Manuel de la Rocha, de la corriente Izquierda Socialista, que ya se está empezando a mover con los secretarios generales de las agrupaciones en busca de apoyo militante.

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