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Política

Menos Rey y más Vox: el juego de Sánchez

Su Majestad Pedro Sánchez

Pablo Iglesias se jacta de haber derribado a don Juan Carlos. O, el menos, de haber sido determinante en su abdicación. Pedro Sánchez pretende hacer lo propio con Felipe VI. No defenestrarlo pero sí jibarizarlo, achicarle espacios, dejarlo reducido a un puro elemento ornamental. "Quiere que pinte menos que Gustavo Adolfo de Suecia", apuntan con sorna en círculos socialistas.

Pedro en funciones no es como Zapatero, un hooligan del 31 y un hater del 78. Ni reniega de la monarquía ni le molesta la Transición. Tampoco sueña con la república. En realidad, tan sólo le estorba el Rey. ‘No soporta tener a alguien por encima de su cabeza en la cúspide de la pirámide del Estado’, comenta un paseante en Moncloa.

Tal es el nivel de la degradación al que se está sometiendo a las Instituciones que hasta Batet se permite incumplir con la tradicional prudencia sobre las conversaciones Reales

¿Complejo de inferioridad, rencor de clase?. Mero afán protagónico. "Cree que su trabajo consiste en ser importante", decía Mailer sobre Nixon. Cuando aparece junto a don Felipe, a Sánchez se le mineraliza la quijada, se le embrutece el gesto. Miradas como dardos. Por eso ahora le tiene arrinconado, con la agenda encogida y la presencia menguante. Pretende convertir al Rey en un personaje casi prescindible. Lo envió a Cuba cuando su acuerdo con Podemos. Intentó luego parachutarlo a Buenos Aires, con la fanfarria peronista, 'qué grande sós'. El Monarca se revolvió y bordó un gambeteo messiánico. Este martes estará en Palacio cumpliendo con su tercera ronda de consultas de investidura en lo que va de año.

Cierto es que Sánchez ya se ha adelantado pues comenzó su ronda republicana de consultas sin recibir el encargo regio. Meritxel Batet, obviando la respetuosa tradición, tampoco ha dudado en menospreciar a la Corona. Esta semana se autoinvistió solemnemente como intérprete oficial de la Zarzuela: "El Rey quiere un Gobierno cuanto antes", dijo tras la visita a Palacio ¿De verdad dijo el Rey 'cuanto antes'? Tal es el nivel de la degradación al que se está sometiendo a las Instituciones que hasta Batet se permite incumplir con la tradicional prudencia sobre las conversaciones Reales. 

Actos republicanos y morados

En Gobierno calla ante la reciente afrenta secesionistas en el Parlamento catalán contra la Monarquía. De momento, nada de recurso al TC, para evitar ofensas a ERC, su báculo. Tampoco le afea a Podemos, su socio de Gobierno, el menudeo de actos contra la Corona que impulsa el frente morado, ahora sacudido por un remake del escándalo Bárcenas

Menos Rey, menos Corona, menos Palacio. Es una de las obsesiones de Sánchez, que juguetea en sueños con la jefatura del Estado. Por ahora se conforma con prolongar su estancia en Moncloa. Para ello necesita más Vox. Más dosis de Abascal para encanijar a Casado. Ya se ha visto, ese duelo de zancadillas por la Mesa del Congreso. El PSOE le cedió un asiento a Vox antes de permitir que el PP se hiciera con la vicepresidencia primera. Ana Pastor, también al rincón y Gil Lázaro, al escaparate. Ya están a la greña Vox y PP. Se insultan y pisotean, sin atender al 'formidable enemigo que por todas patres les cercan', como escribió Galdós. Un contradiós. 

La jugada maestra de Sánchez. Sólo el PP, por ahora, puede desalojarle del poder. Vox será su gran aliado. Si ERC no lo impide, la legislatura de los horrores, el gobierno de la Hammer productions será más duradero de lo que algunos se empeñan en vaticinar. La Corona, prácticamente desactivada. Ya no cabe esperar otro discurso del 3 de octubre. El líder del centroderecha, en retroceso ante el avance de una fuerza imparable por su diestra. En fin, dijo Galdós, 'vengan granadas y bombas, si Dios lo dispone así'. ¡Que el estruendo comience! El riesgo es que España se le caiga encima.

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