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Política

El 'salto' imposible de Ruth Beitia: hasta su patrocinador amenazó con dejarla

La renuncia de Ruth Beitia, otra victoria 'en diferido' del 'sorayismo' sobre Casado

El viernes 11 de enero quedará en la memoria de la campeona olímpica de salto de altura Ruth Beitia porque políticamente se rompió, como se dice en el argot deportivo. No esperaba ni el maltrato del que creía su partido -se ha dado de baja del PP- ni el de los medios de comunicación ni, mucho menos, el de su patrocinador, Nike; según ha sabido Vozpópuli en fuentes populares, la marca llegó a amenazarla con romper el suculento contrato si no ponía fin a la "deriva" que había tomado su carrera política. 

Esta última puede ser la razón última para alguien ajeno a la vorágine de la primera fila pero, visto lo visto, su error fue no haber sabido antes decirle no a Pablo Casado y aceptar el salto imposible: de secundaria en el Grupo Popular en la Asamblea a ser, nada menos, rival directa del regionalista Miguel Ángel Revilla en las elecciones del 26 de mayo; candidata a la Presidencia de Cantabria de un PP en guerra abierta -ambos sectores dirimen el conflicto en los tribunales- desplazando del cartel electoral a la presidenta de la formación, María José Sáenz de Buruaga, del bando rival.

Como diría un castizo, de ahí poco bueno podía salir. Pero es que, desde el minuto uno la propia Beitia empezó a mostrar sus carencias. No es lo mismo ser vocal del Comité Ejecutivo (2008/12) y diputada desde 2011, donde el cargo de mayor rango que ocupó fue secretaria primera de la Mesa del Parlamento, que acaparar sobre sí todo el foco mediático. 

Veinticuatro horas antes de la famosa entrevista en Mas de Uno, de Onda Cero, donde la ya ex candidata comparo hombres, mujeres y animales en cuanto a maltrato, jueves 10 de enero, ya dejó muchas dudas de estar capacitada; se lió ante Casado y el vicesecretario, Javier Maroto, con el guion hasta perderse, algo que hizo torcer el gesto al auditorio; y empezaron a circular vídeos.

Claro que comparado con lo que dijo al día siguiente comparando mujeres, hombres y animales, no tiene un pase:

La llamaron de la sede de Génova para que rectificara y, sobre todo, para que no volviera a hablar hasta nueva orden. Y Ruth Beitia tomó conciencia del lío político en el que se estaba metiendo hasta el punto en que decide que "lo deja". Y así se lo transmite a la Dirección Nacional, que envía a Maroto urgentemente a Santander, a tratar de convencerla para que siga. Entre medias se cruza un asunto personal que no hace sino reforzarla en su decisión: su padre y su madre están ingresados en el hospital Valdecilla aquejados de sendas dolencias.

Esa visita de la mano derecha de Casado iba a ser secreta, para tomar un café a solas con Beitia en el Hotel Bahía, pero al sector enfrentado a la candidata le falta tiempo para hacer correr la voz de que Maroto está en la capital cántabra y éste tiene que improvisar una agenda para disimular, que incluye entrevista con la alcaldesa y candidata a la reelección, Gema Igual.

El único compromiso que logran de Beitia es "aguantar" hasta la convención nacional del PP, este pasado fin de semana. Y ella lo cumple. Acude a Madrid sin entusiasmo y hace una intervención de tres minutos, "de trámite", dicen distintas fuentes; luego, se vuelve a Santander sin esperar a la clausura. Porque esa noche del sábado 19, mientras el resto de los candidatos del PP sigue en la convenció, ella asiste al cumpleaños de una amiga del que alguien se encarga de dejar testimonio gráfico en el perfil en Facebook del bar de copas:

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El dueño del conocido local santanderino La Pecera es un hijo de Gonzalo Piñeiro, ex alcalde de Santander (1995-2007) y ex presidente del PP cántabro, que, al igual que el exministro Íñigo de la Serna, apoyan a Buruaga en la guerra con el ex presidente regional Ignacio Diego, mentor de Ruth Beitia -es él quien introduce a la saltadora en política en 2007-. Beitia se sienta traicionada por lo ocurrido y acelera su adiós este martes.

Como ha declarado a Vanity Fair, modo de epitafio político, su amigo Eduardo van den Eynde, ex portavoz del Grupo Popular y mano derecha de Diego: "Yo se lo advertí hace 15 días: era un regalo envenenado", la candidatura a la Presidencia de Cantabria en las condiciones en las que está ahora mismo ese partido.

"Le envié un correo electrónico en el que le contaba lo que estaban ofreciéndole: un partido dividido, malas expectativas electorales, el aparato en contra… Ser la candidata era una decisión suicida, porque estaba en juego su prestigio personal". "Ruth quería creer que la iban a apoyar desde dentro, pero la han masacrado"

  

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