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Política

Puigdemont entra en pánico: pide a los radicales que cesen las revueltas

Imagen de archivo de Puigdemont en un debate.

El expresidente de la Generalitat envía mensajes de calma a cuantos se acercan a la cárcel de Neümunster, donde se encuentra desde el pasado domingo. Al menos hasta mediados de la semana que viene no habrá novedades respecto a su destino. La violencia en el 'procés' es el elemento clave para que el presunto delito de 'rebelión' pueda ser considerado por las autoridades judiciales alemanas. 

"Calma", le pidió a su esposa, Marcela Topor, en una conversación tras ingresar en el presidio. "Ahora no debe haber violencia", subrayó. Pero la hubo y la sigue habiendo. Incluso el Parlament fue incapaz de votar una resolución contra el vandalismo de las fuerzas de choque de la secesión. Roger Torrent, presidente de la Cámara,  no se atrevió a tanto. 

El equipo de abogados de Puigdemont lanza mensajes de tranquilidad.  Y de cierta confianza, para mantener la moral alta. Wolfgang Schomburg, contratado a la carrera para dirigir la defensa en Alemania, insiste en que "la acusación de violencia es insostenible, la extradición es inviable". Algo que está por ver. La aceptación de la euroorden es la norma en los tribunales alemanes. Se responde positivamente a más del 80 por ciento. Este es un caso especial, insisten los abogados, que lo califican de 'causa política'.

Preocupación y nervios

El expresidente se encontraba más tranquilo en Waterloo. Confiaba en la Justicia belga a la hora de dictaminar su asunto. En Alemania todo parece distinto. El escenario ha dado un vuelco radical. Puigdemont está sereno, dicen las visitas. Pero preocupado. Y mucho. De ahí su insistencia en demandar calma. La 'causa de la república' no debe contaminarse con acciones violentas. Son momentos decisivos. Afloran ya los nervios.

Jaume Alonso Cuevillas, su defensor de la primera hora, asistió al pleno del miércoles y conversó con diputados de separatistas, informa La Razón. Transmitió dos ideas: No insistir con la investidura de Puigdemont (algo ya descartado) y mantener el patio en calma. 

Las acciones de los comités de defensa de la república (CDR) no parecen sintonizar con esta estrategia. Desde el pasado domingo, cuando se conoció la detención del prófugo, se pusieron en marcha. Es gente organizada y virulenta, jóvenes estudiantes y veteranos rurales. Giran en torno a la CUP y a su facción juvenil, Arran. También hay activistas de la ANC y Omnium. Han prometido un 'calvario' en Semana Santa. "Un verdadero infierno" en carreteras y plazas. 

Asalto en Barcelona

La emprendieron primero con la delegación del Gobierno en Barcelona. Luego cortaron la AP7 en Figueras durante seis horas. Y en el sur, en Alcanar, otro tanto. Intentaron asaltar la estación del AVE en Barcelona. Los 'Mossos' lo impidieron. Este Jueves Santo ya han ocupado algunas arterias importantes. En la Seo de Urgell colapsaron el tráfico dos horas. No parecen decididos a volverse a sus casas, pese a las invocaciones que llegan desde Alemania. 

El bloque secesionista, junto a sindicatos y entidades callejeras han convocado una concentración para el próximo día 15. Se supone que para entonces ya se encontrará a disposición del fiscal general del Estado. Esa es la fase decisiva de la causa. No conviene emitir una imagen de Cataluña en ebullición, con vías cortadas, choques con la policía, tumultos, incendios de contenedores. "Manifestarse pacíficamente" son las normas que expanden los dirigentes del golpe. "Necesitamos el respaldo de la calle, pero sin revueltas".

Los CDR van por libre. Igual que la CUP. Se mueven en su salsa en los conflictos y en la algarada. "Llevaban muchas semanas en calma, alimentando las ganas de volver al lío", señala un dirigente secesionista. Un flaco favor para su líder, al menos en la opinión de quienes han mantenido con él alguna comunicación en estas horas. 

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