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Política

PSE, Bildu y Podemos 'ensayan' en Irún un Gobierno vasco tripartito para echar al PNV

El lendakari, Íñigo Urkullu, habló con la prensa en un acto este miércoles en Bilbao.

Sigilosamente, sin tanto ruido como en la investidura de María Chivite como presidenta de Navarra, el PSE ha cerrado con Bildu y Elkarrekin Podemos en Irún, segunda ciudad guipuzcoana, un acuerdo presupuestario que no pocos socialistas y abertzales consultados por Vozpópuli ven el inicio de una "colaboración estratégica"; una entente que podría desembocar en un tripartito vasco si el PNV pierde algún escaño en las elecciones autonómicas que el lehendakari, Íñigo Urkullu, se dispone a convocar.

De momento es política-ficción ese desalojo peneuvista de Ajuria-Enea, pero "los números pueden dar", admiten varios de los consultados, por la gran fragmentación política que vive la comunidad. De hecho, el último sondeo del Gabinete de prospección sociológica del Gobierno Vasco daba en octubre pasado que el PNV obtendrá 30 diputados (dos más que ahora), Bildu 17, el PSE 12, Elkarrekin-Podemos 9 y el PP 7; es decir, aún subiendo los jeltzales, el tripartito sumaría 38 escaños, mayoría absoluta.

Dos factores dificultan sobremanera la coalición: por un lado, el hecho de que Bildu sería la fuerza dominante y reclamaría, consiguientemente, la Presidencia del Gobierno Vasco; y, por otro lado, que los seis diputados del PNV en el Congreso son cruciales para la continuidad del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en una legislatura muy complicada por el incierto apoyo de ERC.

Que la candidata de Bildu sea Maddalen Iriarte, no Arnaldo Otegi, puede facilitar un entendimiento para aupar a la socialista Idoia Mendía a 'lehendakari' con el apoyo de Elkarrekin Podemos

No obstante, que la candidata de Bildu a lehendakari vaya a ser Maddalen Iriarte -porque Arnaldo Ortegi sigue inhabilitado hasta 2021-, favorece un hipotético paso atrás de ella para que llegue a la Lendakaritza de la secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendía; algo prácticamente imposible con el histórico dirigente abertzale en el cartel electoral.

Mendía necesitará también del apoyo del hoy muy cuestionado internamente en el núcleo duro de Iglesias Lander Martínez, por su afinidad con Íñigo Errejón. Martínez ha permitido a Urkullu sacar adelante los Presupuestos autonómicos para 2020, dándole al PNV un balón de oxígeno que le va a permitir un adelanto electoral cuando más se le empezaban a complicar las cosas por la contaminación de la crisis catalana.

Algunas fuentes las sitúan en el 22 de abril y otras antes, incluso. Para ello, el lehendakari debería disolver el Parlamento vasco en semanas próximas. Sobre ello ironizó este miércoles diciendo que los comicios podrían celebrarse en "la horquilla entre el 5 de abril y el 25 de octubre”, fecha límite para poner fin a la legislatura. 

"El hecho cierto es que estamos en año electoral, que los partidos políticos están designando candidatos a lehendakari, que estirando lo más posible llegamos al 25 de octubre… y también que para llegar a la jornada electoral deben pasar 54 días desde la publicación en el Boletín Oficial del País Vasco", dijo Urkullu sin dar más detalles de la deliberación que mantuvo respecto a la fecha con su Consejo de Gobierno este martes.

"No renunciamos a hacer política sin el PNV"

Una señal de lo que se puede estar cociendo, señalan fuentes parlamentarias vascas, es el jarro de agua fría que ha echado Mendía a la cesión al Gobierno vasco de la gestión de la Seguridad Social. Eso se hará "más adelante", ha dicho la lideresa de los socialistas vascos, consciente de la negociación que se traen entre manos los Gobiernos de Urkullu y Sánchez con el trasfondo del imprescindible apoyo de los seis diputados del PNV al proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2020. 

Fuentes de la dirección de los socialistas vascos admiten a Vozpópuli que el escenario del tripartito puede darse numéricamente tras los comicios, y no se oponen porque "no podemos renunciar a hacer política sin el PNV", pero es complicado. Bildu sigue sin condenar la violencia de ETA de forma clara y eso "complica" la gobernabilidad en tanto que el lehendakari es alguien que tiene que tratar con víctimas "y está todo muy reciente todavía".

El PSE cree que, llegado ese momento, Bildu tendrá que hacer una reflexión y atender la llamada de la sociedad vasca para distanciarse nítidamente de lo que significaron los años de plomo de la banda terrorista, que causó 850 víctimas.

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