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Política

El PSC pierde la batalla por controlar Sociedad Civil Catalana

El centro de Barcelona se abarrota de manifestantes por la unidad de España

Sociedad Civil Catalana (SCC) ha alcanzado una solución de consenso para renovar su junta directiva tras la polémica destitución de su presidente José Rosiñol antes de Navidad. La plataforma pone fin a una guerra que amenazaba la supervivencia de la entidad, que agrupa al constitucionalismo en Cataluña.

El catedrático de derecho internacional de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Rafael Arenas volverá a la presidencia, que ya ocupo entre 2015 y 2016. En conversación con Vozpópuli, Arenas no ha confirmado ni desmentido la información. Y ha declinado hacer comentarios.

Rosiñol y el actual presidente en funciones, Álex Ramos, renuncian al cargo y está previsto que apoyen a la nueva junta directiva que encabezará Arenas en la asamblea de socios que se celebrará el próximo 19 de enero. Algo menos de 100 socios están llamados a participar en la asamblea.

La primera etapa de Arenas al frente de SCC también comenzó de una manera convulsa. El catedrático fue nombrado tras la dimisión de José Ramón Bosch, que fue identificado como el autor de un perfil falso en las redes sociales desde el que se insultaba y amenazaba a personalidades del independentismo.

Arenas: "Firme, pero no un exaltado"

El acuerdo pacifica la batalla entre distintos integrantes de la junta que acabó con la caída de Rosiñol. La debilidad de SCC ha provocado movimientos de los partidos constitucionalistas catalanes -Ciudadanos, PSC y PP- por controlar la organización. Las tres formaciones políticas están completamente divididas en su manera afrontar la lucha contra el separatismo después del golpe de octubre de 2017.

El PSC es el gran perdedor del pulso. El socialismo catalán aboga por encauzar la crisis por la vía del diálogo con el independentismo, dentro de los límites de la Constitución. Ramos, que hasta hace solo unas horas aspiraba a mantenerse como presidente, es militante del PSC.

El regreso de Arenas es, en principio, una vuelta a la trinchera y una SCC más combativa a pie de calle contra el separatismo. El objetivo, dicen varias fuentes consultadas, es preservar ese espacio de unidad, pero no responder de cada acto ante tal o cual partido.

“Es una persona inteligente, con la cabeza muy bien amueblada y que hace muy buenos análisis”, dice una persona que conoce a Arenas. “Es firme, pero no un exaltado”.

Llegada de Valls; diálogo con la ANC

Uno de los principales motivos detrás de la caída de Rosiñol fue precisamente el perfil más dialogante con el separatismo y el sello amable y menos reactivo que quiso imprimir a SCC.

Rosiñol dio varias batalles judiciales exitosas y bajo su presidencia se organizaron las dos manifestaciones más multitudinarias a favor de la unidad de España que se recuerdan en Barcelona los días 8 y 29 de octubre del 2017. También se le atribuye un papel decisivo en la candidatura de Manuel Valls a la alcaldía de Barcelona.

Al mismo tiempo, SCC se mantuvo al margen de fenómenos como Tabarnia y tendió la mano sin éxito a sus nemésis independentistas ANC y Omniúm Cultural. La búsqueda de ese equilibrio y, según sus detractores, un cierto personalismo que le llevó a no consultar al resto de la junta determinadas decisiones le generaron muchos problemas. No todos sus compañeros estaban de acuerdo

Las denuncias de irregularidades durante su mandato filtradas el día de su destitución han sido rechazadas categóricamente por el entorno de Rosiñol. Según ha sabido Vozpópuli, está previsto que el ex presidente tome la palabra en la asamblea, se aprueban sus cuentas y ponga en valor lo logrado en su mandato.    

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