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Política

La primera ministra de la democracia, sobre la igualdad: "Los cambios empezaron con Suárez"

Soledad Becerril fue nombrada ministra de Cultura en 1981.

El día que Soledad Becerril (Madrid, 1944) se convirtió en la primera mujer ministra de la democracia -la primera de la historia de España fue, efímeramente, la también madrileña Federica Montseny durante el Gobierno de Negrín en la Segunda República- no recibió ninguna cartera de cuero negro con la inscripción del nombre del ministerio y el escudo de España. Corría 1981 cuando el presidente Leopoldo Calvo Sotelo la nombró ministra de Cultura, un cargo que durante la I Legislatura había ocupado Íñigo Cavero. 

No era época de tanta simbología, pero las llamadas para darle la enhorabuena y solicitarle entrevistas fueron, según recuerda la política de UCD, más de doscientas. "Tuve que decir que no podía atenderles. Hoy, afortunadamente, la presencia de mujeres es lo habitual. Así es la sociedad", cuenta Becerril a Vozpópuli. Han transcurrido 37 años de aquello -y España se ha convertido en el país con más ministras del mundo, por encima de otros referentes como Suecia o Islandia, pero también de otros menos sonados y que, sin embargo, lideraban los ranking hasta ahora, como Nicaragua o Bulgaria.

Compatibilizar familia y trabajo

"Me parece muy bien, y me alegro de ello", dice Becerril en referencia a las once mujeres que lideran hoy el Gobierno de España. En materia de igualdad, la que también fuera alcaldesa de Sevilla señala que los cambios en la legislación empezaron con el presidente Adolfo Suárez: "No debemos ignorarlo. Después, el desarrollo de la Constitución, también, supuso un cambio muy grande, y año tras año la situación de la mujer ha mejorado. Pero no es el final". 

Para la primera ministra de Cultura, un gobierno es feminista si, fundamentalmente, se ocupa de problemas que pueden afectar esencialmente a mujeres. "Es muy difícil para la mujer compatibilizar vida de familia y trabajo profesional. Quedan medidas para hacerlo posible", considera Becerril, que declina dar consejos a las parlamentarias y parlamentarios de los nuevos partidos porque "he dejado la vida pública y no procede".

Sobre el traspaso de carteras: "Recibí a Javier Solana en la puerta del despacho y una amiga me llevó al aeropuerto para volver a mi casa en Sevilla"

Cuando dejó su ministerio tampoco hubo traspaso de cartera a Javier Solana, el ministro nombrado por Felipe González para dirigir Cultura. "Un equipo del ministerio y otro del partido socialista se reunieron durante muchos días para hacer el mejor traspaso posible, con toda la información necesaria. Luego yo recibí al nuevo ministro en la puerta del despacho y una amiga me llevó al aeropuerto para volver a mi casa en Sevilla", recuerda Becerril.

Pionera en muchas cosas, la política de UCD y PP fue la primera mujer en ocupar el cargo de Defensora del Pueblo, puesto que asumió desde 2012 hasta el 21 julio de 2017 porque "cinco años son un tiempo suficiente para llevar a efecto una labor". "Detrás de cada queja hay un ciudadano que necesita ayuda y comprensión. Creo que lo que tiene la institución es autoridad moral, para defender los derechos y libertades de los ciudadanos y servir de control a las administraciones para que siempre se atengan a esos derechos", manifestó en su despedida.

En 2013, durante su etapa como defensora, Becerril se sumó a la ola de reprobaciones al Ejecutivo de Mariano Rajoy por instalar las concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla en noviembre de ese año y calificó la medida de "barbaridad". "La aspiración a una vida mejor no va a cesar por altas que sean las alambradas", alertó Becerril por entonces. 

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