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Política

Feijóo consigue que el pacto preeelectoral entre PP y Ciudadanos no incluya Galicia

Casado habla con Alberto Núñez Feijóo en una Junta Directiva del PP gallego

El Partido Popular (PP) está dispuesto a pactar con Ciudadanos para concurrir juntos a las elecciones autonómicas de Cataluña y País Vasco, pero no en las de Galicia, que preside Alberto Núñez Feijóo, porque allí "el centro derecha no va fragmentado a las urnas", señalan fuentes de la Dirección nacional de ese partido; "el PP siempre ha sido la suma con la que aglutinar a todos" los electores de centro-derecha gallegos, se asume ahora en la calle Génova.

Feijóo ha logrado convencer a Pablo Casado de que sería un error crear un Galicia suma en una autonomía donde, desde los tiempos de Manuel Fraga (años 90) y salvo cortos períodos de gobierno socialista, el PP ha sido hegemónico varias legislaturas y su sigla voto útil de todo cuanto está a la derecha del PSOE.

La debacle popular en las elecciones generales del 29 de abril llevó al presidente nacional del PP a cuestionarse esa lectura, muy instalada en el partido, porque los 184.045 votos que logró Albert Rivera solo le dieron dos diputados, por A Coruña y Pontevedra, y Santiago Abascal , con 87.047 sufragios, se quedó sin representación para Vox; mientras, el PP (451.300) o el PSOE (528.195) sumaron nueve y diez escaños, respectivamente, en las cuatro provincias.

El presidente gallego está convencido de que mucho de ese voto a Rivera o Vox en las elecciones generales de abril y noviembre acabará volviendo al PPdeG en las autonómicas

Feijóo está convencido que mucho de ese voto a Vox o a Rivera en generales volverá al PPdeG en las autonómicas sin necesidad de un Galicia suma, y así se lo ha hecho saber a Casado, quien ahora va a "respetar" que Ciudadanos celebre en marzo su trascendental congreso de refundación tras el adiós de Rivera e Inés Arrimadas haya consolidado su liderazgo internamente, para negociar ambos esa coalición preelectoral en Cataluña y País Vasco, donde ni populares ni naranjas levantan cabeza.
De hecho, Alfonso Alonso ya está explorando con C's un Vascos suman porque el calendario apremia. Sabe que el lendakari, Íñigo Urkullu (PNV), no va a dejar que las elecciones allí coincidan con las de Cataluña y si las convoca a finales de mayo, para marzo el Parlamento de Vitoria quedará disuelto.   

El anuncio hecho por la lideresa de C's este viernes "es una buena base sobre la que seguir avanzando en el proyecto de suma que siempre ha planteado Casado", avisan las fuentes populares, siempre que no incluya a Galicia en la operación. Porque "cuando el centroderecha acude dividido a las urnas, ganan Sánchez, los radicales y la izquierda", recalcan. 

En el País Vasco es más fácil el acuerdo porque Ciudadanos es una fuerza casi inexistente, pero en Cataluña y pese a que el independetismo logró sumar para imponer como president de la Generalitat a Quim Torra, los de Arrimadas siguen siendo la fuerza más votada en las elecciones autonómicas celebradas en diciembre de 2017; justo después de la aplicación del 155 para desalojar de la Generalitat al hoy huido Carles Puigdemont.   

Roldán, Cañas, Carrizosa o Martín

Dos años después, Arrimadas no está y en la formación naranja se ha desatado un pulso interno por ver quién encabezará ese Cataluña suma, una vez que el PP ha aceptado ser subalterno en esa lista en la que su presidente, Alejandro Fernández iría de número dos.

Ahora mismo la incógnita es si Lorena Roldán, actual portavoz de C's en el Parlament, será cabeza de cartel o tendrá que dejar paso a un Jordi Cañas, Carlos Carrizosa o, incluso, a un Nacho Martín, a quien muchos en esa formación ven como el sustituto natural de Arrimadas a medio plazo en el constitucionalismo catalán.

Ambas formaciones defienden esa alianza por diferentes motivos. Ciudadanos para amortiguar su previsible caída en las autonómicas -los sondeos le dan una bajada al cuarto puesto, por debajo del PSC- y el PP para lograr un grupo parlamentario que le haga salir de la situación de fuerza residual en Cataluña durante la última década. No obstante, los expertos advierten que la suma de siglas, en España, nunca ha dado buen resultado.  

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