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Política

Podemos afronta otra contradicción con la subida salarial de la cúpula de Bankia

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sube a la tribuna del Congreso

La fusión de Bankia con el grupo Caixabank tendrá entre sus efectos colaterales que los directivos de la entidad dirigida por José Ignacio Goirigolzarri ya no tendrán restricciones salariales. Es decir, que el actual tope salarial de 800.000 euros anuales saltará por los aires, y que los administradores de Bankia podrán equiparar su retribución a la de sus homólogos de Caixabank, como adelantó CincoDías. Para el partido de Pablo Iglesias, que considera la fusión "preocupante" para le economía española, este extremo representa otro revés.

En el partido morado la noticia de la fusión se recibió con sorpresa y preocupación. El equipo de Iglesias no fue informado de nada, lo que ha generado mucho malestar hacia el gabinete del presidente Pedro Sánchez y la ministra de Economía, Nadia Calviño. Podemos llevaba en su programa evitar la privatización de Bankia y recuperar los 22.400 millones que sirvieron para sanearla durante la crisis financiera. Ahora, deberán lidiar con el probable aumento salarial de la cúpula del banco.

La participación estatal en Bankia obligaba, de hecho, a sus directivos a no superar el tope de 800.000 euros anuales. Pero ahora esta norma se quedará en papel mojado, y la cúpula de Podemos tendrá más difícil explicar a sus bases su inacción. Para algunos dirigentes del partido, tal y como adelantó Vozpópuli, la noticia de la fusión con Podemos en el Gobierno significa algo parecido al “fin del proyecto” del partido que se inspiró en el 15-M.

Goirigolzarri y su cúpula

La probable subida salarial de Goirigolzarri (candidato para presidir el nuevo banco) y de su cúpula representa en declaración de esas mismas fuentes en “un elemento más” para calificar de “dañina” la operación. No obstante, Podemos cree que esta subida salarial no será el principal problema de cara a su electorado. Y mantiene que sus esfuerzos se centrarán en salvaguardar el capital público de Bankia para preservar la influencia del Estado en sus gestiones.

Este es el elemento en el que se centra el delegado económico de Podemos, Nacho Alvárez, y también el grupo parlamentario del partido, liderado por Pablo Echenique. Iglesias ha delegado la crítica hacia la fusión al grupo parlamentario, porque sabe que tiene poco margen de maniobra: su papel de vicepresidente le impide enfrentarse a los socialistas, so pena salir del Ejecutivo por el ninguneo. Un extremo que todas las fuentes consultadas descartan.

Por otro lado, en Podemos confían en que la fusión de Bankia con Caixabank no afectará a la imagen del partido. Según las fuentes consultadas, la prensa de referencia para su electorado no ha incidido en las contradicciones entre el mensaje de los morados y los acontecimientos de estos días. A la vez, Podemos prepara un mensaje público enfocado en ofrecer la idea de que el ICO pueda actuar como sustituto de esa entidad bancaria estatal. “Todos los países europeos tienen un banco público”, se queja un cuadro del partido.

Ocho años de salarios capados

El presidente y el consejero delegado de Bankia llevan ocho años con sueldos limitados con un tope de 800.000 euros anuales repartidos en 500.000 euros de salario fijo y 300.000 euros de variable. Una vez se fusionen, este veto desaparece como ya sucedió con los directivos de Catalunya Caixa, tras integrarse en BBVA. Esta caja fue intervenida en 2014 por el FROB por los que su cúpula también tuvo tope en la retribución.

El Estado inyectó 22.424 millones de euros en Bankia y hasta la fecha sólo se han recuperado 3.000 millones de euros que están depositados en BFA, la matriz que controla Bankia y que es íntegramente del Estado. De los 3.000 millones recuperados, 961 se han obtenido mediante el cobro de dividendos y el resto por la venta de dos paquetes de acciones en 2016 y 2017.

La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri se comprometió a entregar a los accionistas 2.500 millones de euros mediante dividendo, de los que 1.500 irían a parar al Estado gracias al 60% de la entidad que ostenta el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

En dos años sólo ha podido retribuir a los accionistas con 709 millones de euros, un 28% del total, y en 2019 tuvo que incrementar el pay out hasta el 65% para poder igualar la cifra del dividendo de 2018 (355 millones de euros, que se traducen en una devolución al Estado de 220 millones).El banco decidió paralizar este megadividendo después de que apareciera el coronavirus y el Banco Central Europeo (BCE) prohibiera remunerar a los accionistas para preservar el capital.

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