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Política

Los planes del independentismo para desafiar al Estado por la sentencia del procés

Un mujer sujeta un cartel en el que se lee 'Unitat' (Unidad) durante la manifestación convocada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

Mientras España parece encaminada a repetir por cuarta vez en cuatro años unas elecciones generales, la sentencia del juicio del procés parece ser el elemento que agitará el invierno político junto a la posible cita electoral del próximo 10 de noviembre

El independentismo catalán se prepara para absorber políticamente la decisión del Tribunal Supremo, que presumiblemente se dará a conocer en las próximas semanas. Entre los separatistas, que últimamente andan más peleados que bien hallados, parece existir una máxima, que es que debe existir una respuesta al Estado español cuando se conozca la sentencia de ser esta condenatoria. Pero en lo que no se ponen de acuerdo es en qué hacer.

A mediados de semana, el diputado de la CUP en el Parlament de Cataluña, Carles Riera, se mostraba optimista en que la respuesta fuese unitaria, yendo todos a una. En declaraciones a Efe, Riera explicó que en los últimos meses ha habido reuniones "a nivel bilateral y multilateral" para explorar una respuesta unitaria a unas posibles condenas a los líderes independentistas juzgados por el Supremo.

"Yo creo que hay un avance en que en estos momentos la clave es intensificar y agudizar el conflicto y la confrontación con el Estado, y que esto debe pasar por la movilización social, la desobediencia civil no violenta y una respuesta muy contundente desde el punto de vista institucional", destacó.

ERC

La portavoz de ERC, Marta Vilalta, consideró este pasado sábado que un "paro de país" podría ser "una buena opción" para responder a una sentencia condenatoria del juicio del "procés", "siempre que sea una acción de consenso".

En una entrevista en Catalunya Ràdio, Vilalta admitió este sábado que "encontrar consensos" en el mundo independentista es difícil, aunque aseguró que las relaciones entre ERC y JxCat están "bien", con "muchas discrepancias pero también objetivos comunes". Y ha añadido que estos consensos deben hacerse extensivos a la CUP y a las entidades civiles y sociales.

Vilalta precisó que los republicanos son partidarios de "una respuesta en cuatro ámbitos: institucional, internacional, jurídico y social".

Jordi Sánchez

El dirigente de JxCat, Jordi Sánchez, uno de los enjuiciados en la causa, apostó este pasado viernes "acciones concretas" de desobediencia civil, como por ejemplo que la ciudadanía no pague impuestos al Estado, pero remarcó que estas no se deben llevar a cabo desde las instituciones.

Como próximos pasos en el proceso soberanista, Sánchez, en una entrevista por escrito publicada este viernes en TV3, indicó que la fuerza de la desobediencia civil está "en la capacidad de ser muchos" y requiere la asunción de "riesgos personales".

Como ejemplo, señaló que si 100 ciudadanos no pagan los impuestos al Estado seguro que estos "tendrán un problema", pero si lo hacen 300.000 personas, "el problema lo tendrá el Estado".

Reunión del nacionalismo moderado

El próximo día 21 el conocido como "nacionalismo moderado" se reúne en Poblet con un documento concreto sobre el que debatir qué hacer tras la sentencia y de cara al futuro para constituir un Estado soberano e independiente, según ha publicado La Vanguardia.

El texto pide a los partidos independentistas que admitan el “fracaso estratégico del procés”. “La independencia es un objetivo legítimo y al que nadie debe renunciar”, se apunta en el texto, pero su promoción “no debe confundirse con la capacidad de alcanzarla por cualquier medio”, ya que “la vía unilateral no era la mejor opción”.

Las jornadas están coordinadas por Antoni Garrell, presidente de la Fundación Reial Monestir Poblet, y figuran nombres como el exconseller Lluís Recoder, la senadora del PDECat Marta Pascal o exdiputados como el nacionalista Carles Campuzano o la exsocialista Esperança Esteve.

El documento político a debate considera el proceso soberanista “una oportunidad perdida” al haber adoptado una “estrategia errática e improvisada”. Y subraya que “en el marco de un Estado (España) reconocido internacionalmente como una democracia liberal”, la promoción de la independencia “requiere grandes dosis de realismo, paciencia y perseverancia”.

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