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Política

España es el único país de la UE que no deja salir a los niños a la calle por el coronavirus

Un parque vacío en Bilbao

España es el único país europeo de nuestro entorno que no permite que los menores salgan a la calle por culpa del coronavirus. Desde el 13 de marzo, la cuarentena de los niños españoles en sus domicilios es total, salvo contadas excepciones como que tengan autismo o "conductas disruptivas" que se puedan agravar con el enclaustramiento impuesto desde que empezó el estado de alarma.

Se da la paradoja de que los padres pueden salir a la calle a pasear con mascotas, pero no con sus hijos, una situación que podría cambiar a partir del 26 de abril, fecha en la que se renuevan los 15 días del período de vigencia del citado estado de alarma.

Italia, el espejo en el que se mira el Ejecutivo de Pedro Sánchez, ya suavizó a principios de abril la reclusión de los más pequeños. Allí se permite ahora que los pequeños salgan a la calle con un progenitor, cerca del domicilio y sin límite de tiempo establecido.

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En Portugal, la situación es parecida. Las autoridades permiten que los niños bajen a la calle sin límite de tiempo o de distancia y con la única advertencia de que se respeten 2 metros de distancia para evitar posibles contagios.

Mientras, en Francia los menores puedes salir a la calle con sus padres un máximo de una hora al día y a una distancia máxima de un kilómetro. Las mismas cifras que propuso el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, el pasado miércoles en la reunión del Gobierno regional, aunque la popular Isabel Ayuso tumbó la propuesta porque la iniciativa no estaba avalada por la Dirección General de Salud Pública.

En cuanto a Alemania, las autoridades permiten que los niños estén en la calle sin límite de tiempo ni de distancia y únicamente se pide que se mantenga una distancia de seguridad de 1,5 metros. Incluso, un progenitor puede salir al mismo tiempo con uno o más hijos si así lo desea.

Reino Unido autoriza paseos de menores acompañados de sus padres una vez al día. Es la única imposición. En Bélgica también se apela al civismo de la gente ya que sólo se pide que haya una distancia de seguridad de 1,5 metros y que la presencia de los menores en la calle "no supere el tiempo que sea estrictamente necesario".

En los Países Bajos no hay límite de tiempo ni de distancia para la presencia de los niños en las calles. Se pide a los padres que mantengan 1,5 metros de distancia con el resto de viandantes. En las calles sólo existe el requisito de un máximo de 3 personas juntas, pero quedan excluidos de esta medida los miembros del mismo hogar.

Imagen de un padre con su hija antes del confinamiento.

El Gobierno de Sánchez se encuentra ahora con la presión de varios presidentes autonómicos para que se relaje la reclusión de los pequeños. Los pronunciamientos han sido de todos los colores políticos. Desde el peneuvista Íñigo Urkullu, al popular Alberto Núñez Feijóo, pasando por los socialistas Ximo Puig y Javier Lambán. Una muestra de que el deseo de un cambio está muy extendido. También ha alzado la voz el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y ha sido muy comentado en círculos políticos el artículo de The New York Times sobre esta cuestión y que deja a España en mal lugar.

En el propio PP, Pablo Casado ha pedido públicamente que se busquen fórmulas que suavicen la cuarentena porque "los niños se suben por las paredes", pero el principal partido de la oposición se ha encontrado con la incómoda negativa de Isabel Díaz Ayuso en Madrid.

La presidenta madrileña se agarra a la opinión de los servicios epidemiológicos de la Comunidad de Madrid, que en un informe han determinado que, con las cifras de contagio y el número actual de enfermos, no se puede permitir el desconfinamiento de los pequeños, dado que es "clara" la "relevancia" de los más pequeños a la hora de transmitir la enfermedad.

Temor a un repunte

En este sentido, la jefa del servicio de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, María Ordabás, consideró esta semana “prematuro” tomar cualquier decisión que suponga una “desescalada” del confinamiento decretado. “Me gusta ser muy clara, la prudencia ahora tiene que mandar y hay que pensar en la relevancia que tienen los niños de cara a transmitir la enfermedad. Su papel en la transmisión del coronavirus está claro y hay que ser muy prudentes”, aseguró Ordabás.

No es de la misma opinión el 'número dos' del Ejecutivo madrileño, Ignacio Aguado, quien defendió la importancia de su propuesta: "Quiero que los niños puedan salir a tomar el aire, garantizando la distancia social y la higiene que marquen las autoridades sanitarias. Llevan ya demasiadas semanas encerrados en sus casas", subrayó.

A raíz del choque entre PP y Cs por esta cuestión, Díaz Ayuso pidió el jueves a las familias madrileñas que comprendan que los niños confinados en sus casas "lo están pasando muy mal", pero les pidió "un poco de paciencia" para que los menores puedan salir a la calle porque "no nos podemos permitir un repunte” de los casos de coronavirus.

Mientras, el Consejo General de la Psicología de España ha recomendado las salidas de los niños a la calle de forma gradual, acompañados de un adulto y durante una hora diaria para preservar su salud mental y la de sus familias.

Las restricciones al deporte

Los países de la UE más cercanos a España también permiten hacer deporte a sus ciudadanos. Todos ellos autorizan la práctica deportiva de forma individual, cerca del domicilio y sin límite de tiempo establecido. En París, únicamente, hay una prohibición puntual, la de salir a correr entre las 10.00 y las 19.00 horas.

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