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Política

Del nazismo al 23-F, los recursos de la Fiscalía para sostener la rebelión

Los fiscales Javier Zaragoza y Fidel Cadena en el Tribunal Supremo

La Fiscalía del Tribunal Supremo ha desplegado este martes un duro alegato en favor de su acusación por rebelión contra los líderes independentistas en el juicio del procés. Los representantes del ministerio público han recurrido a una víctima del nazismo o el 23-F para defender la gravedad de unos hechos que han situado a la altura del “golpe de Estado”, la “insurrección” o la “subversión”.

El fiscal Javier Zaragoza ha sido el encargado de abrir el turno de las conclusiones finales y ha defendido que "no puede hacer democracia sin ley". En ese sentido, ha advertido de que primar la voluntad popular por encima del reglamento como hace el independentismo fue “el origen de funestas experiencias históricas”. El fiscal no concretó en ese momento a qué épocas se refería pero minutos después usó como ejemplo el caso de un perseguido por el nazismo.

"Lo que sucedió en Cataluña entre marzo de 2015 y octubre de 2017, y sobre todo, en los meses de septiembre y octubre de 2017, es lo que en la terminología de Hans Kelsen, ese ilustre jurista austriaco que tuvo que huir en los años 30 a Estados Unidos ante el auge del nazismo, es lo que se llama golpe de Estado", ha dicho.

En la alusión al golpe de Estado

Zaragoza, conocedor del funcionamiento de los medios de comunicación, ha situado esta alusión -que no ha improvisado, sino que traía escrita- justo en la parte en la que ha calificado como golpe de Estado lo que sucedió en Cataluña, la frase que se ha llevado la mayoría de los titulares durante la mañana.  

Los fiscales se han turnado la palabra para repartirse el informe de conclusiones finales. Jaime Moreno ha empleado su exposición en describir el grado de violencia idónea que justifica la acusación por rebelión. Consuelo Madrigal se ha encargado de explicar la presunta malversación y Fidel Cadena los aspectos más técnicos en cuanto a la tipificación del delito y la intencionalidad de los acusados.

En este caso, Cadena ha incluido la intimidación en la ecuación de la rebelión, que a su juicio, no puede consistir solo en la violencia física. Es ahí cuando ha recurrido al golpe de Estado fallido del 23 de febrero de 1981. “La existencia de la violencia física quedaría reducida al zarandeo a Gutiérrez Mellado, que en paz descanse”, ha dicho Cadena. Sus palabras han provocado la única intervención del presidente del tribunal, Manuel Marchena, que ha pedido silencio en la sala.    

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