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Política

Calviño se plantó ante Sánchez para frenar la derogación "íntegra" de la reforma laboral

La vicepresidenta económica del Gobierno de España, Nadia Calviño.

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, no se ha planteado dimitir pero sí ha ejercido esta noche del miércoles una "influencia" decisiva para que Pedro Sánchez ordenara dar marcha atrás en el acuerdo que habían firmado horas antes PSOE, Unidas Podemos y Bildu para derogar "integramente" y antes de que acabe el estado de alarma la reforma laboral de 2013, admiten a Vozpópuli fuentes próximas a Calviño.

"Eso es lo relevante, que su influencia hizo cambiar el tema", no los rumores sobre una dimisión que corrieron como la pólvora esta noche pasada en círculos políticos y del propio Ejecutivo, insisten estas fuentes. Y es que no es ningún secreto que la vicepresidenta, quien esta tarde de jueves interviene en la reunión anual en el Cercle de Economía, y habrá que estar atentos a sus palabras porque allí desgranará "lo que va a hacer" el Ejecutivo en materia económica, añaden, siempre se ha mostrado muy reticente a dejar sin efecto toda la reforma que llevó a cabo el gobierno de Mariano Rajoy.

Calviño cree, como muchos economistas y como la propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de Unidas Podemos, que eso sería contraproducente porque dejaría a España con un vacío legal muy importante; máxime ahora, cuando ahora mismo hay cientos de miles de trabajadores acogidos a la figura del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que también se vería puesta en cuestión.

"No tiene que llamar nadie de Bruselas. Este país está hoy en otra pantalla y otra realidad", explican fuentes próximas a la vicepresidenta para poner de relieve que el debate de la derogación total es pasado

Las fuentes consultadas por este periódico señalan que no ha hecho falta que nadie de la Comisión Europea telefoneara a la vicepresidenta económica para recordar a España su rechazo a una derogación total. "No tiene que llamar nadie. Este país está hoy en otra pantalla y otra realidad", añaden estas fuentes en el sentido de que el debate sobre la derogación "íntegra" de la reforma del Estatuto de los Trabajadores que llevó a cabo el PP es un tema del pasado.

Sin embargo, el otro gran socio de gobierno, por boca del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, ha planteado un nuevo pulso de autoridad a Pedro Sánchez al insistir en esta mañana de jueves en que esa reforma laboral se va a derogar "integramente":

El presidente del Gobierno tiene un nuevo problema político porque no solo los empresarios se han opuesto en un durísimo comunicado a esa derogación de amplios capítulos del Estatuto de los Trabajadores, sino que en el PSOE el solo pacto con Bildu, una formación que este mismo miércoles se negaba a condenar la agresión sufrida por la secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendía, ha causado una honda conmoción.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha declarado "dolido y perplejo" por el acuerdo firmado con un partido que sigue sin condenar los asesinatos de ETA, muchos de ellos de cargos del PSOE en los años de plomo. Page está en la línea del presidente aragonés, el también socialista Javier Lambán, de que hay que virar a una legislatura de pactos presupuestarios con Ciudadanos y, eventualmente, con el PP porque la tragedia económica y social que va a dejar el coronavirus ha hecho saltar por los aires la estrategia del pacto de izquierdas con Unidas Podemos y los separatistas.

Fue muy significativo, en este sentido, el tuit que colgó Lambán este mismo miércoles, tras el pacto entre Sánchez e Inés Arrimadas y tan solo una hora antes de conocerse el contenido del pacto que acababa de firmar el Grupo Socialista del Congreso con Bildu:

En el PSOE muchos "no entendemos ni eso ni una estrategia que va a echar por tierra los esfuerzos para que Europa ayude a España", señala un alto cargo consultado por este periódico. Se refiere a que todos los esfuerzos desplegados por la canciller alemana, Ángela Merkel, tras su acuerdo con el presidente francés, Emannuel Macron, para convencer a la Europa del norte de que el medio billón de euros del fondo de reconstrucción se reparta vía subvenciones y no nuevos créditos que lastren las finanzas de los países del sur, "se pueden ir al traste".

 

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