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Política

El sainete de Móstoles: un conflicto heredado de la guerra Sánchez-Díaz en el PSOE

La alcaldesa socialista de Móstoles enchufa a su hermana y a su tío en el ayuntamiento.

Noelia Posse se convirtió en alcaldesa de Móstoles por accidente. Su apoyo a Pedro Sánchez durante las primarias del 2017 le dio una oportunidad en la segunda ciudad de la Comunidad de Madrid con la que no contaba. Hoy, abandonada a su suerte por el PSOE, Posse protagoniza un sainete que puede culminar con una moción de censura de sus propios compañeros si no dimite antes.

"No es un enchufe. Es una torre de luz", decían fuentes de la oposición en Móstoles. Esta ciudad del sur de Madrid (208.000 habitantes) lleva un mes enfrascada en la polémica por las contrataciones de familiares y amigos de la alcaldesa o el reciente robo de documentos. Posse ha sido suspendida de militancia por su propio partido, que le ha pedido la dimisión.

El entorno de Posse admite que cometió un error en esas contrataciones. Un error que al principio negó. Pero insiste en que ella no ha cometido ilegalidad alguna (la ley permite a la Alcaldía nombrar asesores). Y que no hay motivo para dimitir.

La rebelión de Posse

El conflicto que vive el ayuntamiento mostoleño se remonta a la guerra fratricida de Sánchez contra Susana Díaz. En aquel tiempo el alcalde de Móstoles era el socialista David Lucas, y Posse ocupaba un discreto puesto seis en la lista con la que Lucas ganó la alcaldía en mayo del 2015.

Lucas se significó a favor de la abstención del PSOE a la investidura de Mariano Rajoy en el caótico comité federal que tumbó a Sánchez. Y posteriormente apoyó a Díaz en las primarias. Posse, sin embargo, se encuadró en el sector sanchista. Y cuando el actual presidente regresó a la secretaría general empezó a cobrarse la factura.

Hay quien dice que Posse sigue en el cargo porque Sánchez se resiste a dejarla a caer. Y que el presidente no olvida su apoyo en las primarias

El PSOE de Madrid empezó a hacerle la vida imposible a Lucas, que dimitió de su cargo a principios del 2018, cuando apenas llevaba tres años en el cargo. El dirigente socialista adujo "razones estrictamente personales", pero su mala relación con responsable del PSOE-M, José Manuel Franco, fue el detonante de la dimisión.

El PSOE aupó entonces a Posse a la alcaldía, en un movimiento que se interpretó como un premio de Sánchez a una de sus fieles en Madrid durante el proceso de primarias. Fue una sorpresa. Posse era una desconocida. Y nadie contaba con ella.

Posse se presentó ya como candidata a las pasadas municipales del 26-M y ganó las elecciones con 10 concejales. Mantuvo la alcaldía gracias al apoyo de Podemos (2 ediles) y Más Madrid (2). Pero sus problemas empezaron pronto al desvelarse que había fichado a su hermana, un tío y una amiga.

Sánchez se resiste 

Hay quien dice que Posse sigue en el cargo porque Sánchez se resiste a dejarla a caer. Y que el presidente no olvida su apoyo en las primarias y que además mantienen una cierta amistad. Pero día sí, día también Móstoles tiene un hueco reservado en las preguntas que responden los candidatos del PSOE a las elecciones generales del 10-N.

El PSOE de Madrid ya le ha suspendido cautelarmente de militancia y amenaza con ponerle una moción de censura si no dimite. Para eso necesitará convencer a otros partidos, porque necesita una mayoría absoluta de 14 ediles -Móstoles tiene 27 concejales- para llevar la moción a pleno.

Franco ha pedido paciencia. El PSOE todavía confía en Posse acaba cediendo. Pero la alcaldesa se mantiene de momento en el cargo y no parece dispuesta a abandonar pese a la presión que está soportando.

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