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Política

Moncloa culpa a Adriana Lastra de firmar el acuerdo con Bildu sin consultar su contenido con el Gobierno

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado por la portavoz socialista, Adriana Lastra, a su llegada al Congreso de los Diputados

Incendio entre el Gobierno y el PSOE. La Moncloa ha señalado a la portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Adriana Lastra, como responsable de estampar la firma del partido en un acuerdo a tres bandas con Unidas Podemos y EH Bildu sin revisar su contenido con el Gobierno, según ha sabido Vozpópuli de fuentes del Ejecutivo.

Estas fuentes aseguran que Lastra firmó el pacto a ciegas. Y que en realidad el PSOE no participó en la negociación con la izquierda abertzale, que lideró en su totalidad el portavoz morado en el Parlamento, Pablo Echenique. El resultado fue un acuerdo para derogar de forma "íntegra" la reforma laboral antes de la finalización del estado de alarma, previsto para finales de junio.

"Es un desastre"

"Es un desastre". Es la expresión más repetida en privado este jueves por los equipos de los principales ministerios y casi la totalidad de los líderes territoriales del PSOE. El malestar con Lastra en el seno PSOE y parte de la cúpula de Moncloa ha provocado el caos y una batalla campal entre la cúpula del Ejecutivo y los Ministerios económicos y el partido, y de Unidas Podemos contra el PSOE.

Es cierto que el Gobierno no ha cuestionado el pacto con Bildu, pero sí parte de su contenido. El número tres del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha defendido en Onda Cero que el Grupo Socialista tiene derecho a buscar apoyos ante la negativa del PP a apoyar el estado de alarma. El PSOE rectificó a medianoche la redacción del primer punto para recuperar la literalidad del acuerdo de coalición entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. El líder morado sin embargo ha mantenido que el documento firmado inicialmente es el que vale.

El PSOE atribuye a Unidas Podemos esta maniobra, que se ha fraguado a espaldas de los partidos que sostuvieron al Gobierno en la quinta prórroga del estado de alarma: PNV y Ciudadanos. El pacto se anunció minutos después de la votación del miércoles en el Congreso. Iglesias quería un gesto claro de la vocación de izquierdas de la coalición después de apoyarse por dos veces en Ciudadanos. El gesto se ha vuelto en contra del Gobierno como un bumerán.

Los barones territoriales se han mordido la lengua para no salir en tromba contra Sánchez a la espera de más rectificaciones. El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha defendido que está a favor de mantener los acuerdos con Inés Arrimadas. Y ha evitado entrar en más detalles. Fuentes próximas su homólogo castellano manchego, Emiliano García Page, han mostrado su "perplejidad y dolor" por lo ocurrido.

La clave vasca del 12-J

Además del giro hacia la izquierda abertzale para alejarse de Ciudadanos, en Podemos ofrecen otra clave sobre el pacto con Bildu que apunta a las elecciones autonómicas de julio. “Es una señal al PNV”, admiten, conscientes de que los puntos del acuerdo sobre la reforma laboral incomodan al partido del lehendakari, Íñigo Urkullu. “Es una señal de cuidado al PNV: a Bildu ese acuerdo le puede beneficiar electoralmente de cara al electorado de centroizquierda del PNV”, comentan algunos.

El tablero vasco es clave para Iglesias. La formación morada admite que esas elecciones serán el primer “termómetro político” del partido tras su entrada en el Gobierno y temen una debacle. Sobre todo porque Iglesias cambió de manera la anterior cúpula del partido en la Comunidad Autónoma, que estaba liderada por el sector errejonista.

El entorno de Iglesias admite su incomodidad por la entente cordiale de Sánchez con Arrimadas

El entorno de Iglesias, por otro lado, admite su incomodidad por la entente cordiale de Sánchez con Arrimadas. Iglesias dio su bendición al acuerdo, pero las críticas de Arrimadas y otros diputados de Ciudadanos incomodan a la cúpula morada. Podemos quiere salvaguardar el relato que consiste en diferenciar la crisis del coronavirus de la crisis financiera de 2008, pero la presencia de un partido “liberal” como Ciudadanos en la ecuación es contradictorio con el mensaje que Iglesias quiere enviar a sus bases.

De ahí que el pacto con Bildu puede poner palos en las ruedas del acercamiento de Sánchez a Arrimadas. El intento de Iglesias es evitar que el presidente del Gobierno consolide su pacto con Ciudadanos, y vuelva al terreno de la negociación con los independentistas. Y en esa dinámica la cúpula morada ha decidido dar la batalla a Ciudadanos sobre todo en el terreno económico. El impulso a la tasa a los ricos por la covid-19 y ahora la defensa de Iglesias de una derogación “integral” de la reforma laboral de 2012 son prueba de ello.

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