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Política

Los siete indicios criminales por los que 'El Gordo' se juega ir a prisión en el 'caso Villarejo'

Enrique García Castaño (segundo por la izquierda) es uno de los investigados en el 'caso Tándem'.

El próximo martes declarará como imputado ante el juez Manuel García-Castellón el ex jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo de la Policía Nacional (UCAO) Enrique García Castaño, conocido como 'El Gordo'. Y lo hace ante la advertencia del instructor de que si no se presenta ese día a las diez de la mañana, la citación "podrá convertirse en orden de detención".

En esa comparecencia, García-Castaño, que contará con la defensa de un abogado del despacho de Baltasar Garzón, tendrá que explicar los indicios criminales que la Unidad de Asuntos Internos de la Policía y la Fiscalía anticorrupción han acumulado su contra. El ministerio público le considera uno de los "consortes criminales" del también comisario jubilado José Manuel Villarejo, el presunto cabecilla del "clan policial mafioso".

Los dos primeros indicios se refieren a la denominada pieza Iron. Es una de las más desconocidas, y en principio una de las menos trascendentes. En ella, García Castaño está imputado por haber facilitado información secreta a Villarejo. En concreto, información policial y bancaria sobre un bufete de abogados que competía con sus clientes, otro despacho, que se comprometió a abonar a Villarejo más de 600.000 euros por sus servicios, considerados ilegales por la Fiscalía.

Datos de BBVA

Estos dos indicios son, en primer lugar, los correos electrónicos facilitados por BBVA. Estos muestran que García Castaño habría reclamado al banco un extracto bancario interceptado por la Policía a Villarejo. Es decir, que El Gordo habría utilizado su empleo de comisario para obtener información de la entidad entonces a cargo de Francisco González. Estos datos los habría entregado de forma irregular a Villarejo.

El segundo indicio es un documento Word denominado "Gestiones Big", con fecha de 8 de noviembre de 2013, que fue enviado por fax a Cenyt (empresa propiedad de Villarejo), que contenía una serie de requerimientos de información dirigidos a El Gordo en relación a los movimientos de las cuentas de Balder Law IP en el extracto bancario, como por ejemplo tres préstamos y una transferencia al extranjero.

Francisco González y el comisario VIllarejo.

La tercera prueba o indicio de la participación de García Castaño en la red corrupta de Villarejo es relativa a la pieza separada Land. En ella, el juez García-Castellón investiga otro trabajo del excomisario. Susana García-Cereceda LópezFrancisco Lorenzo Peñalver Sánchez y David Fernández Aumente abonaron mediante la sociedad Procisa entre 2012 y 2014 al comisario 362.000 euros por informes sobre sus familiares que pudieran ser utilizados en sus disputas por la herencia familiar. 

"Ahora serás Big"

Aquí la Policía también requisó otro documento a Villarejo, lo que sería el cuarto indicio, en el que el excomisario había plasmado las gestiones de Big, que según el propio Villarejo en sus grabaciones era García Castaño. Le dio este nombre tras la visita de un agregado de seguridad de Siria, que se refería a El Gordo como Big [grande, en inglés]: "A partir de ahora tú serás El Big", llegó a espetar Villarejo a García Castaño.

Estas gestiones estaban relacionadas con los números de teléfono que Villarejo quería espiar. Según la Fiscalía, El Gordo era la persona que facilitaba el tráfico de llamadas, como por ejemplo en el caso de los Cereceda, o en el espionaje masivo ordenado por el BBVA de Francisco González contra Sacyr en 2005.

La quinta prueba es la participación de García Castaño en el espionaje presuntamente realizado por la cúpula policial del Gobierno de Mariano Rajoy contra el extesorero del PP Luis Bárcenas, que en 2013 amenazó con tirar de la manta en relación con la caja B del partido.

Luis Bárcenas en una imagen de archivo

600.000 euros

El Gordo habría sido uno de los policías que trataron de robarle las pruebas a Bárcenas. Esta investigación se encuadra en la pieza denominada Kitchen, que se mantiene bajo secreto.

La sexta prueba, adelantada por Vozpópuli, son los más de 600.000 euros en metálico que García Castaño ingresó en sus cuentas, según datos de la propia Policía; una cantidad muy difícil de justificar para un funcionario del Cuerpo.

El séptimo indicio es que el comisario jubilado se habría beneficiado de pagos en especie por las actividades presuntamente delictivas de Villarejo. En este sentido, un oficio de la Policía relata que El Gordo y sus familiares directos son usuarios de al menos dos vehículos que fueron pagados por Villarejo o sus empresas. Su hija también obtuvo beneficios.

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