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Política

Iglesias aspira al ministerio de Transición Ecológica para gestionar una nueva empresa pública de energía

Pablo Iglesias

Trabajo, igualdad y políticas verdes. La portavoz Irene Montero reiteró más de una vez las áreas con las que están interesados los morados de cara a un futuro gobierno de “cooperación” o cohabitación con los socialistas. Fuentes de la formación revelan a Vozpópuli que esto significa ocupar la cartera de Transición Ecológica (o por lo menos una vicepresidencia en ese ámbito). Se trata de un sector clave por el impacto político del ecologismo y porque el programa electoral de Podemos destaca la puesta en marcha de una nueva "empresas energética eléctrica” adscrita a dicho departamento.

Fuentes tanto de Podemos como de Equo, el partido ecologista que forma parte del grupo de Unidas Podemos en el Congreso, sostienen que el departamento de Transición Ecológica puede ser “más fácil” de lograr en la negociación con Pedro Sánchez. Son conscientes de que los llamados ministerios de Estado (Exteriores, Defensa, Interior, etc.) quedan lejos. Pero insisten en que el apoyo de Podemos a un gobierno socialista tiene que pasar por la "proporcionalidad" en el futuro Consejo de Ministros.

Las presiones de Podemos han cobrado fuerza, además, tras conocerse el pacto regional alcanzado entre el PP y Ciudadanos en Castilla y León, Murcia y Madrid. Este acuerdo, que según los de Podemos aleja la abstención de Albert Rivera en la investidura, facilita el entendimiento con Sánchez. Y sobre esa base viven una inyección de optimismo, después de que el lunes el secretario general tuvo que renunciar oficialmente a la palabra “coalición”, pero no a su ambición de obtener carteras.

Pacto a la valenciana

El caso valenciano también ha añadido esperanza. Podemos se enrocó y amenazó con dinamitar la investidura de Ximo Puig. El socialista finalmente cedió, y entregó a Podemos la vicepresidencia verde. Montero señaló el pasado jueves que este pacto a la valenciana (el Botànic II) es la estela a seguir, como adelantó este diario.

Ximo Puig (i), Mónica Oltra y Rubén Martínez Dalmau.

Las políticas ecologistas representan, además, un activo estratégico. Se trata de un segmento que los morados quieren conquistar y que adscriben al paquete de “derechos sociales” de los que quieren ser “garantes”. Conscientes, además, del impacto del ecologismo a nivel de opinión pública y de que la formación de Íñigo Errejón está pisando fuerte para ocupar ese nicho.

Nueva empresa y nuevo banco

A todo eso se suma que en el programa de Podemos se apuesta por la creación de una nueva macroempresa pública de energía. “En el caso de la empresa pública eléctrica, esta será, junto con la Vicepresidencia de Transición Ecológica y Nuevo Modelo Industrial y el Banco de Inversión para la Transición Tecnológica y Económica (BITTE), un agente esencial a la hora de emprender esta transformación”, reza el documento programático.

“Esta empresa desempeñará un rol activo en la instalación de energías renovables, empujará hacia la transformación del mercado eléctrico”, añade el programa, que también menciona la voluntad de que esa sociedad trabaje “de forma coordinada con las empresas públicas municipales que se han creado o que se puedan crear para la comercialización y la gestión de su propia energía”.

Dicha empresa, por su tamaño y peso, se convertiría en un verdadero gigante del sector público. Y permitiría colocar a personas afines en un sector estratégico. Una situación que paliaría algunos efectos negativos del batacazo electoral del 26 de mayo, entre otros la caída vertical de los ingresos públicos y de las contrataciones internas.

Para ese ministerio resulta lógico que Iglesias piense en Juan López de Uralde. López de Uralde es el portavoz de Equo en el Congreso y cumple con los requisitos que el líder de Podemos pide para las personas que quiere promover: lealtad y habilidad en la negociación a nivel de Consejo de Ministros. Y según ha sabido este diario esta opción no está descartada. La actual ministra socialista de Transición Ecológica y Energía, Teresa Ribera Rodríguez, suena, además, con fuerza como posible futuro alto cargo en la Unión Europea. Es decir, que el sillón de ministro quedaría virtualmente vacío.

Ministerio fragmentado

Aun así, los morados también reflexionan sobre la posibilidad de que Sánchez decida fragmentar el ministerio para separar las funciones energéticas de las políticas verdes. Esto reduciría la relevancia de ese departamento, pero lógicamente aseguraría a los de Iglesias tener peso en la nueva empresa energética nacional.

Iglesias aseguró el lunes que es esencial ahora mantener la “discreción”. Confía en la palabra del socialista, que abrió a un entendimiento entre ambas formaciones. Las declaraciones de ERC a favor de una abstención también alimentan las esperanzas. Aunque nadie se confunde. Saben que hace falta presionar y que el modelo a seguir es el valenciano. Y presionar coincide con doblar la apuesta. 

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