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Política

El Gobierno admite injerencias de Rusia y Venezuela en la crisis catalana

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo (2i), y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal (i)

El Gobierno reconoció hoy, por vez primera, que desde Rusia y Venezuela se está interfiriendo en el conflicto de Cataluña.

Ha sido la ministra de Defensa y secretaria general del PP, Maria Dolores de Cospedal, quien ha señalado que, si bien no está probado que el Ejecutivo de Vladimir Putin esté detrás, “lo que si tiene contrastado el Gobierno es que muchos mensajes (en las redes) vienen de territorio ruso”.

Posteriormente, fuentes gubernamentales añadieron que “también están viniendo muchos desde Venezuela”. No hay evidencias de que Putin y el régimen de Nicolás Maduro.

Cospedal ha asegurado que en este delicado asunto hay que actuar con la “máxima prudencia” y sin lanzar acusaciones sin fundamento.

No obstante, el Ministro Portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, ha añadido que la próxima semana el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, va a hablar de este asunto en el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE de las “fuerzas extrañas” que hay en este asunto porque “la democracia tiene que hacer frente al mal uso de las tecnologías y de Internet”.

Méndez de Vigo ha señalado, por otra parte, que el hecho de que la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, se haya retractado demuestra que “la normalidad constitucional” está volviendo a Cataluña.

El Gobierno cree que las elecciones del 21-D van a servir para pasar una de las páginas más inestables de la historia de Cataluña, con fractura social y éxodo de 2.300 empresas, y, en este sentido, se felicita porque el espíritu de los miembros de la Mesa del Parlament ayer, a la hora de declarar fuera mucho más colaborativo con la Justicia que el de los miembros del Govern hoy en prisión provisional.

Respecto al expresidente de la Generalitat huido, Carles Puigdemont, el Ministro Portavoz ha dicho que en sus mensajes desde Bruselas se le oye “cada vez más agrio y más alto y con menos eco” internacional.

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