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Política

El frente de los presos del 'procés' se resquebraja ante el silencio de Puigdemont

Carles Puigdemont

Tres exconsejeros en prisión, Joaquim Forn, Jordi Turull y Josep Rull han salido en defensa de Carles Puigdemont. Han publicado tres tuits idénticos en los que muestran su respaldo absoluto a las decisiones que adopte el líder máximo del secesionista "ante los días trascendentes que vienen".

Esta semana debería despejarse la incógnita de si se intenta una nueva investidura o se enfila el camino hacia las urnas. Los exconsejeros han querido subrayar su pleitesía incondicional hacia quien fuera su jefe máximo. Lo han hecho desde la cárcel. Es una respuesta a las reclamaciones que vienen haciendo desde otros celdas. Por ejemplo, Oriol Junqueras, que urge la formación de un 'Govern' efectivo para superar el 155. Llamativo silencio de JxCat, Jordi Sánchez, también diputado de JxCat, quien no ha suscrito el tuit del fiel terceto.

El malestar en las filas de los presos es evidente. La inquietud, también. Carme Forcadell y Raúl Romeva, también de ERC, está más próxima a los planteamientos de su jefe de filas, y ha comentado a algunas de sus visitas su inquietud por la prolongación del actual bloqueo. 

La fecha límite para evitar elecciones se acerca. El 22 de mayo tiene que haber sido investido un nuevo presidente de la Generalitat y haberse formado ya un Gobierno. Una tarea en la que se afanan los diputados del PDeCat y de ERC y que tiene ya prácticamente ultimada. Todo, salvo el nombre del jefe del Ejecutivo.

Los escenarios de la incertidumbre

El 'dedazo' de Puigdemont se hace de rogar. Será un 'president' provisional, dicen en su entorno, que gobernará por un espacio de tiempo incierto. Dependerá todo de la decisión de los tribunales alemanes. Está pendiente su respuesta a la petición de la euroorden cursada por el juez Pablo Llarena. Una incógnita aún por despejar que puede influir en la evolución de los acontecimientos. Puigdemont declaraba días atrás a un medio internacional que da por hecho que pasará muchos años en la cárcel o en el 'exilio'.

En ninguno de ambos escenarios tendría la posibilidad de presentarse candidato a la presidencia. Su empeño es organizar en su día una especie de Gobierno simbólico en el exterior para, desde allí, impulsar la 'internacionalización' del conflicto y, al tiempo, teledirigir la acción del 'president'. La solución tarda en llegar y los presos, algunos de ellos con casi seis meses entre rejas, empiezan a hartarse. "¿Alguien se acuerda de nosotros, salvo esos testimonios esporádicos en algunos pueblos?", comentaba hace días uno de los reclusos. 

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