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Política

La expectativa de indultos ata el apoyo del separatismo y Podemos a los Presupuestos de Sánchez

Encuentro entre Quim Torra y Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene en su mano la aprobación de unos nuevos Presupuestos que le garantizan estirar la legislatura hasta el 2020 si así lo desea. Salvo una hecatombe en el Consejo de Ministros, que tampoco es descartable al ritmo de dimisiones y polémicas de estos 115 días, Sánchez está atando los apoyos necesarios para sacar adelante las cuentas.

El Gobierno está utilizando dos bazas en la negociación. Por un lado, la expectativa de indultos a los líderes del proceso separatista catalán encarcelados y sus manifestaciones a favor de terminar con la prisión preventiva si el juicio se retrasa. Por otro, la convocatoria de elecciones inmediatas si no hay Presupuesto. Sánchez confía en que estas presiones surtan efecto en el separatismo y Unidos Podemos, los socios con los que debe construir la mayoría en el Congreso de los Diputados.

El techo de gasto de Rajoy

El Gobierno del PSOE lleva tres meses dando vueltas a cómo sacar adelante los Presupuestos. Sánchez ha hablado de muchas cosas, pero no se ha concretado nada. El Ejecutivo y sus socios han sugerido algunas subidas de impuestos y medidas de aumento de gasto. Todos los intentos del Gobierno por esquivar al Senado, donde el PP tiene la mayoría absoluta, en la aprobación de un nuevo techo de gasto tampoco han surtido efecto. El último, el de la enmienda a la ley de Estabilidad vía ley contra la violencia de género, tampoco ha prosperado tras el voto en contra del PP y Ciudadanos. Una prueba evidente de la minoría del Grupo Socialista en el Congreso.

En Nueva York, Sánchez dio por terminados sus intentos de reforma de la ley de Estabilidad y dijo que elaborará los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019 con el techo de gasto que hizo el PP si se ve "obligado". El presidente se mostró convencido de que sus "potenciales aliados" han entendido que ha hecho lo posible por cumplir sus compromisos.

Sánchez necesita reconstruir la mayoría que le hizo ganar la moción de censura. Es decir, Unidos Podemos, PNV, ERC y PDeCAT. El diálogo con la formación de Pablo Iglesias sigue su curso de forma discreta. La del PNV, también. Con los partidos independentistas catalanes, todo es más complicado. Especialmente en vísperas del primer aniversario del 1-O. 

Sánchez advirtió en Nueva York que si el separatismo prioriza el conflicto a la cooperación "vamos a ir a elecciones y se acabará la legislatura". Un aviso con el que el jefe del Ejecutivo quiere sujetar el apoyo de los 17 diputados que suman ERC y el PDeCAT. Los ministros de Sánchez y el líder del PSC, Miquel Iceta, están asumiendo un alto coste político en el resto de España al solicitar el indulto de los líderes del proceso separatista encarcelados. Iceta ha dicho que la prisión preventiva tampoco tiene sentido.

El pago de la deuda

Además, el Ejecutivo ha reactivado las comisiones bilaterales y ha acordado saldar 1.500 millones de euros en los próximos cuatro años. De nuevo, es un anuncio de coste elevado, incluso dentro del propio PSOE. Sánchez, no quiere sorpresas. La expectativa de los indultos contra unas elecciones generales, que de celebrarse ahora producirían un resultado muy incierto, son la baza con la que Sánchez presiona al independentismo catalán.  

La jugada de Sánchez tiene sus riesgos. Algunos piensan que ha mostrado sus cartas demasiado pronto. Pero lo cierto es que la simple expectativa -que comparte Podemos pero ningún otro partido de ámbito nacional- le puede ayudar a tirar para adelante con los Presupuestos y la legislatura. Si ERC y PDeCAT respaldan los Presupuestos, el resto de apoyos se sumarían en cascada, tal y como ocurrió en la moción de censura.

El presidente podría pensar además en reeditar estas alianzas políticos después de otras elecciones generales. Eso sí, con nuevos compromisos y los indultos encima de la mesa. 

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