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Política

La receta de Podemos para evitar la debacle: concentrarse en provincias donde hay cuatro escaños o más en juego

El líder de Podemos Pablo Iglesias, durante el acto de conmemoración del cuarenta aniversario de la Constitución.

De la plaza a las redes, pasando por el marketing segmentado importado de casos exitosos como la campaña del Brexit. Podemos ha decidido entrar en su fase más virtual, consciente de la dificultad de llenar grandes auditorios. De aquí la decisión de Pablo Iglesias y su comité de campaña de centrarse en los próximos 30 días en enviar propaganda por Internet cribando geográficamente las provincias en las que se eligen a más de cuatro diputados.

El plan revela un cambio de estrategia con respecto al primer Podemos, el de los indignados en plazas y teatros abarrotados. Esta vez, el partido apuesta por pequeños actos, con escenarios al centro y rodeado de sillas para llenar el vacío. Esa es la orden que han recibido algunos dirigentes de la formación con la excusa de que la dirección no quiere malgastar esfuerzos y fondos en una campaña ramificada en todo el territorio.

Propaganda segmentada

Las redes se convertirá en el gran campo de batalla de Podemos. La propaganda se enviará a través del llamado marketing diferenciado (opuesto al marketing masivo). Se trata de una técnica que permite modular en función del usuario la propaganda. Así, a modo de ejemplo, si a un potencial votante de Podemos le interesa la política agrícola, el sistema de comunicación le informará sobre las propuestas del partido en ese ámbito. Si el usuario, en cambio, es un autónomo, el mensaje se moldeará sobre las necesidades de esa categoría profesional. Y así en los demás ámbitos.  

Podemos llegará a los móviles y ordenadores de centenares de miles de ciudadanos, pero concentrando su esfuerzo también por áreas. La criba será por provincias en las que se reparten al menos cuatro escaños. En un escenario por primera vez pentapartítico, Podemos considera que en algunas zonas es mejor no involucrarse del todo. Eso implica que de las 52 circunscripciones actuales, Podemos dejará fuera del radar de su propaganda online las de Ceuta, Melilla, Soria, Ávila, Cuenca, Zamora, Teruel, entre otras.

Como los 'brexiters'

La campaña electoral realizada con el marketing diferenciado se estrenó antes del referéndum sobre el Brexit. Los partidarios de la salida de la UE sortearon los medios y el tradicional door to door (puerta a puerta, en inglés). Se entregaron a las redes y el web y ganaron contra la unión de los laboristas y conservadores. Iglesias ha llegado incluso a recuperar en su primer mitin el famoso lema de aquella campaña: habló de la necesidad de “retomar el control” (take back control, fue el lema en inglés) al que añadió una invitación casi épica: “La historia la escribes tú”.

Fuentes de Podemos añaden que la campaña en redes se realizará sobre todo a través de dos empresas que tienen sede en Brasil y México (aunque se desconoce el nombre de las mismas). A estas el partido entregará el grueso de sus fondos, que hace tres años ascendieron a dos millones de euros.

Modificación de la Ley Electoral

Pero, ¿es legal ese uso masivo de los datos? Técnicamente sí. El Parlamento aprobó en el ecuador de la última legislatura una modificación a la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) que amplió los márgenes que tienen los partidos políticos para recopilar de las páginas webs y otras fuentes de acceso público los “datos personales relativos a las opiniones políticas de las personas en el marco de sus actividades electorales”.

La ley concluye que los partidos no difunden anuncios comerciales y por lo tanto se escapan a las restricciones a las que están sujetas las empresas privadas. Les permite rastrear los datos ideológicos de los ciudadanos y ampliar su campaña a través de sistemas de chat para móviles como Whatsapp.

Con esa receta Podemos espera aguantar y no bajar de los 30 diputados, porque de ser así la apuesta de Iglesias de sumar con Pedro Sánchez para un gobierno de izquierdas se vería seriamente afectada. Iglesias sabe que solo llegando al Ejecutivo podrá blindar su núcleo duro, silenciar las críticas y avanzar en su relevo con Irene Montero. De no ser así, otra batalla interna le esperará a la formación morada en su quinto año de vida.

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