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Política

Casado: "Es temerario que se juegue a las quinielas o la ruleta rusa con el voto "

Casado: "Es temerario que se juegue a las quinielas o la ruleta rusa con el voto"

Domingo por la mañana. Cielo encapotado sobre el aeropuerto de La Coruña. Mucho trasiego de personal por la Semana Santa. Pablo Casado llega con su reducido equipo con el que recorre España en un preregrinaje interminable. A los coches y, raudo hacia Nemenzo, pequeña localidad al norte de Santiago, donde celebrará un almuerzo con la militancia de la zona. Allí anunciará, junto a Alberto Núñez Feijóo, que se ha acercado a recogerle, su Ministerio de la Familia, una de las bazas importantes de su programa.  

Parece fatigado, pero rezuma optimismo. Desde hace ocho meses, cuando asumió la presidencia del PP, no ha descansado más que cinco días. En Semana Santa pasará un par de días con la familia en tierras andaluzas. Optimista por naturaleza, está convencido de que el PP podrá formar Gobierno. Las encuestas no piensan lo mismo. "Siempre ha sido así, en el 15 y el 16, auguraban un empate a cuatro y luego ya se vio".

Centra su discurso en Pedro Sánchez, "el presidente más radical de nuestra democracia, el peligro número uno de España". No le preocupa demasiado el lío de los debates, porque él siempre quiso un cara a cara que Sánchez rehuye, y niega estar obsesionado con Vox, en contra de lo que algunos apuntan. "Yo no les atacado, sólo respondo a algunas de las cosas que nos dicen". Y lanza una advertencia: "No hay margen para el error, no hay segunda vuelta, lo que salga de las urnas se quedará para los próximos cuatro años".

-¿Es la campaña más agresiva, como algunos apuntan?

-Es una campaña inédita, porque habla de la existencia de España como nación. Si gana Sánchez, va a haber sin duda cesiones a los independentistas, va a validar la estrategia de Pedralbes, es decir, la autodeterminación tal y como reconoció el propio Iceta. Es la primera campaña en los últimos 40 años en la que se valida la propia desaparición de España como nación unida.

-Sánchez asegura que "si hay otro desafío en Cataluña" actuará "con toda la contundencia". ¿Cómo entiende usted estas palabras? ¿Es verborrea de campaña? ¿Cabe creerse a Sánchez?

-Es una mentira más. Ocultó dos meses el documento con las 21 medidas de Torra tras la cumbre de Pedralbes y ahora lo que estamos viendo es que Sánchez necesita esos votos y por eso, cuando Junqueras ha dicho que le apoyaría, él no ha descartado los indultos; o cuando los de Junts per Catalunya recomiendan en un artículo que hay que votar a Sánchez. Está claro que volverían a ratificar el bloque de la moción de censura. O lo que es más claro, el hecho de que al preguntarle a Sánchez si va a indultar a estos presos, responda que eso tiene que ser la política una vez que hable la Justicia. Considero que es una ratificación de esa estrategia.

- ¿Cree que el indulto está pactado y negociado?

- Absolutamente. Y la autodeterminación. De hecho, en una entrevista en la Ser, Sánchez afirmó que algo habría que votar y todas las llamadas que ha habido tanto de Batet, como de Cunillera, como de Borrell o de Ábalos en estos meses, van en la dirección de ese apaciguamiento, que no es muy distinto del de Zapatero y Maragall. Hay una hoja de ruta ya trazada, que es el intento de la izquierda de ser hegemónica aliada con el independentismo, incluso con el más radical, como Batasuna. Esa agenda del 2008 la ha plagiado Pedro Sánchez. Sánchez es una burda copia de Zapatero. Pero Zapatero al menos creía en lo que hacía. Sánchez lo hace por pura ostentación del poder, en su aspecto más epidérmico, superficial, en el puro oropel. Le queda grande el traje de presidente del Gobierno. Por eso se ha disfrazado de una falsa moderación, de una impostada centralidad para ocultar que es el presidente más radical de la historia de España.

"Sánchez es cobarde, nunca da la cara"

- ¿Que piensa de todo lo que está ocurriendo con los debates?

- Lo importante del debate es que no ha querido debatir. Nunca da la cara. Esa cobardía demuestra que no está dispuesto que se le pregunte por lo que a los españoles les importa. A los españoles no les importa Franco, les importa el empleo, las pensiones, la educación, la unidad Nacional… En todo esto Sánchez es un desastre. Ahora mismo, es la constatación de un fracaso. El PSOE bajo su mandato ha decidido echarse al monte, ha perdido el cordón umbilical que tenía como partido clave en la construcción de la Constitución y de la transición y se ha aliado con una minoría residual y no homologable en términos europeos de partidos que apelan a la vía eslovena, a la xenofobia supremacista, donde nunca debería estar el PSOE. Por eso los históricos socialistas se llevan las manos a la cabeza. Ese debate pretendía mostrar dos modelos de los dos únicos candidatos que pueden ser presidentes del Gobierno, con el añadido de que el líder de la oposición tiene 50 escaños más que el presidente del Ejecutivo.

- ¿Por qué cree que Sánchez rehuye ese cara a cara?

- Yo lo dije hace dos meses. Quiero debatir con Sánchez cuando quiera, como quiera y donde quiera. Y si tiene miedo, tiene miedo a los españoles, a la democracia y a la libertad. Yo no me opongo a otros formatos de debate. Me parece bien que esté Vox, que tiene un senador. Y que estén otros que tienen representación parlamentaria. No me importa debatir a siete o a diez. En ese plató veremos a los socios de Sánchez. Sin Podemos, sin ERC, sin el PDCat y sin Bildu es un candidato incompleto. Debates, los que quiera. Pero un cara a cara. Todo es un cúmulo de tacticismos por parte de Sánchez. Es un juego de trileros, es lo único que puede hacer en la campaña, jugar con la imagen, con los lemas, con las tácticas, porque no tiene nada y lo que esconde es inconfesable. Por mucha bandera en la que se envuelva, lo que oculta es la fractura de España y la tercera recesión, después de las que dejaron González y Zapatero. El panorama es muy desalentador. Y me temo que el PP es el único dique de contención a que pase eso.

- Si sólo pudiera plantearle una frase a Sánchez en un debate, ¿qué le diría?

- Solo le haría una pregunta. Si va a aceptar la autodeterminación y va a indultar a los presos golpistas.

- En algunos mítines le dedica algunos comentarios críticos a Ciudadanos y Vox. ¿Va a ser así una tónica en sus mensajes hasta el final de la campaña?

- Fue una respuesta. Están demasiado tiempo hablando de nosotros. Que si ‘la derechita cobarde’, que si ‘he tirado la toalla’. Es una respuesta para decirles que el enemigo, nuestro adversario, es Sánchez. Yo no voy a perder el tiempo dando publicidad a otros partidos con los que además creo que coincidimos en lo esencial que es la unidad nacional y el rechazo a unas políticas económicas bolivarianas que destruyan la prosperidad en España. Lo relevante no es si yo contesto a unas afirmaciones, sino por qué las hacen los otros. A lo mejor es que su estrategia se reduce a competir en el espectro ideológico en el que antes era hegemónico el PP, y que mi proyecto desde que soy presidente del PP es volver a recuperar esa hegemonía. Tengo claro que mi adversario es Sánchez, que es el verdadero peligro para España. Es el peligro público número uno para España.

- Crece la idea de que estas elecciones tienen un resabio de tiempos pretéritos, de las dos Españas enfrentadas…

- Para la izquierda desde luego, la apelación a Franco, a la república, las visitas a las tumbas, unas cosas bastante anacrónicas. Soy el único candidato que está hablando de futuro, he hecho una propuesta de revolución fiscal inédita en nuestra historia, del blindaje del ahorro, que los especialistas han saludado como algo sin precedentes en nuestro país. Por no hablar de una ley de Maternidad que nunca se había planteado, la unidad de mercado... Soy el único que habla de la política internacional o de la revolución digital. Estamos mirando al futuro. Intentamos decir que en estos meses coinciden todas las elecciones que va a haber en cuatro años. No hay ni libro de reclamaciones ni segunda vuelta. La política es como en el fútbol, el que gana una circunscripción se lleva los tres puntos, es decir, tres escaños en el Senado y uno más en el  Congreso por lo menos. Es temerario hacer quinielas con el voto, por no decir jugar con él a la ruleta rusa. Al final, lo puede pagar tu pensión o tu empleo.

Estoy convencido de que vamos a gobernar, nos ha pasado siempre

- Sus apelaciones a la unidad en el voto no parece que esté cuajando, como si predicara en el desierto…

- Es que creo que nos va ir muchísimo mejor de lo que nos dicen las encuestas. Estoy convencido de que vamos a gobernar, nos ha pasado siempre; en el 2015 y 2016 igual, y es porque la gente se da cuenta de que en aquel caso Podemos era un peligro y había que concentrar fuerzas en torno al PP. Ahora mismo el peligro es Sánchez, directamente. Sánchez da miedo. Una persona que compadrea con Torra, dialoga con Otegi, no critica a Maduro, visita al dictador de Cuba, en cualquier país sería considerado una persona poco fiable. Yo hago una pregunta. ¿A qué candidato le dejaría el PIN de su tarjeta de crédito o le compraría un coche usado? Entregar el voto no deja de ser un contrato de confianza, como el que tienes con tu banco, con tu agencia de seguros o con tu médico. Y aquí estamos en una campaña tan frívola y de laboratorio por parte de Ferraz, con una instrumentalización institucional absolutamente soez. Esto va de confianza de quien garantiza mejor lo básico para una persona, tu empleo, tus hijos, tu nación…

- Le acusan de que, en ocasiones, su campaña peca de radicalidad…

- Mi campaña es absolutamente moderada. La radicalidad la tiene el PSOE, que pacta con terroristas. Lo que me sorprende es que se ponga el foco en quien lo denuncia y no en el hecho. Estamos a lo mejor con el síndrome de Estocolmo de la corrección política. Da igual que estés negociando con Otegi, un terrorista confeso, lo grave parece que utilices el adjetivo correcto para denunciarlo. O que estés negociando con un iluminado que pretende una guerra civil en Cataluña. No, eso no. Lo importante es que cuando lo denuncies no digas que ese señor es un… tal. Habría que reflexionar lo que es España y en manos de quién estamos.

- Si sólo pudiera aplicar tres medidas de las quinientas que incluye el programa electoral del PP…

- Recuperación de la legalidad en Cataluña, la revolución fiscal y la reforma educativa.

- ¿Qué se le viene a la cabeza cuando ve las riadas de gente que desbordan los escenarios de Vox?

- Que nosotros tenemos mucha más gente, nosotros hacemos 20 o 25 actos al día. Si sumáramos toda la gente que viene a nuestros actos cada día, llenaríamos 3.000 veces lo que otro partido. El PP ha vertebrado, capilarizado, estamos en cada aldea, en cada pueblo, en cada rincón de España. Los grandes mítines es algo que, en fin, Alianza Popular también llenaba y al final… tenía menos votos de los que tenía el PP. Lo importante es tener no sólo un mitin, sino un equipo y un balance de gestión en cada pueblo, que tampoco viene mal. Estamos hablando de gobernar España y no de presentarnos a presidir la asociación de vecinos de nuestra escalera.

Los españoles son mucho más listos como para tomarse el aceite de ricino de la independencia de Cataluña amén de un riesgo cierto de ruina económica

- Menos de 90 escaños ¿sería un desastre, un fracaso?

- Salimos a ganar y nos va a ir muy bien, de verdad. Nadie pensaba que nos iba a ir bien en Andalucía y nadie pensaba que en el 2015 y en el 2016 nos iba a ir bien… El PP tiene los mejores equipos, la mejor propuesta de futuro y el mejor balance de gestión. La gente sabe que cuando gobierna el PP las cosas le van bien. En este caso o cambiamos el Gobierno o nos cambian la nación. No hay margen para el error. Nos encontramos que el PSOE es la guarnición, el plato principal son Bildu, los secesionistas, los comunistas de Podemos. Ya lo han dicho. Ya ha dicho Pablo Iglesias que quiere un ministerio, ya ha dicho Rufián que quiere tumbar al Rey, ya ha dicho Junqueras que votará a Sánchez… Los españoles son mucho más listos como para tomarse el aceite de ricino de la independencia de Cataluña amén de un riesgo cierto de ruina económica. Ya tenemos 126.000 parados más desde que llegó al Gobierno, 21.000 autónomos menos, 14.000 millones más de previsión de déficit… ¿Los españoles no se acuerdan de lo que pasó en 2011, cuando la 'Champions League de Zapatero'? Tres millones y medio de españoles se fueron a la calle. Es la mitad de todo Madrid. Todo viene de ahí. ¿Están dispuestos los españoles a jugarse su bienestar a la ruleta rusa de este Zapartero para que se vuelva a echar a tres millones y medio de españoles al paro? Quiero pensar que este país no se va a suicidar. Apoyar una alianza de socialistas, comunistas, filoetarras y secesionistas lleva al suicidio de un país. Y mi obligación es decir que no nos encerremos en una granja a suicidarnos todos. Espero que el voto se utilice de forma responsable, unido, si no votamos unidos España se desunirá.

- Usted presidente, Rivera vicepresidente.. Si el resultado lo permite, ¿reproducirá el esquema de Gobierno andaluz de mitad y mitad con Ciudadanos?

- Algunos están todo el día hablando de eso. Ya se verá. Queremos que la mayoría social que se ve en la calle y reflejan las encuestas se convierta en mayoría electoral. Somos un partido de mayorías y de Gobierno. También de acuerdos y de pactos. Con nosotros la gente no tiene miedo a un bloqueo. En Andalucía pactamos sin perder nuestra esencia y en 2015 y 2016 demostramos que sabemos llegar a acuerdos. Algunos partidos no son capaces de sentarse a hablar entre ellos. Somos el antídoto al bloqueo, a la inestabilidad institucional en España, al parón de 2015, a otras elecciones. Lo que no puede ser es que Sánchez ahora diga que no hay el voto suficiente. Hay una alternativa, la nuestra, moderada y centrista.

Corren hacia Santiago. El cielo se abre a su paso. 

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