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Política

La dirección del PP defiende el 'silencio' de Pablo Casado: "Que hable Pedro Sánchez"

Pablo Casado

Pablo Casado va a mantener su estrategia de hablar "si tiene algo que decir", no salir en rueda de prensa todos los días "para desgastarse repitiendo lo mismo"; máxime, añaden a Vozpópuli fuentes del entorno del presidente del PP, "cuando todavía Pedro Sánchez no ha dicho nada del escándalo de corrupción más importante de la democracia": la dura condena por el caso ERE a dos ex presidentes del PSOE, ex ministros y ex presidentes de la Junta de Andalucía.

De hecho, este viernes los populares, a través de Javier Maroto, pidieron la comparecencia "urgente" de Sánchez ante el pleno del Congreso para que explique "la posible implicación" de tres miembros del actual Gobierno --la vicepresidenta, Carmen Calvo, y los ministros de Hacienda, María Jesús Montero, y Agricultura, Luis Planas--, porque formaron parte de los gobiernos andaluces de Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

"Que hable Pedro Sánchez", insisten las fuentes consultadas por este periódico, intentando así devolver la presión a un PSOE que se está encontrando dificultades objetivas para garantizar el apoyo de ERC a la investidura de Sánchez a corto plazo; tanto la Moncloa como Ferraz ya no dan por seguro que el pleno del Congreso se vaya a celebrar en la tercera semana de diciembre, dadas las dificultades de los republicanos en Cataluña, donde están muy presionados por Junts pel Cat y las CUP para que voten no a la investidura.

Casado cargó esta semana en Zagreb ya no solo contra el apoyo de los independentistas de ERC a la investidura sino contra la presencia de "comunistas" en el Gobierno de España

Y, en el caso de que salga el bautizado por Alfredo Pérez Rubalcaba gobierno Frankenstein, que necesita no solo el pacto con Unidas Podemos sino el apoyo de una sopa de siglas que va desde los independentistas catalanes hasta PNV, Más País, Compromís, Partido Regionalista de Cantabria (PRC), Teruel Existe¡ y Coalición Canaria, existen dudas sobre la duración de la legislatura. 

Por todo ello, la Dirección nacional del PP es consciente de las críticas de una parte del partido contra Casado por no ofrecer abiertamente la abstención patriótica, pero se declara dispuesta a aguantar. De momento, no parecen muy por la labor, y menos con el actual inquilino de La Moncloa como candidato y con el "comunista" Pablo Iglesias de vicepresidente del Gobierno: 

La semana que viene asistirá al Comité de Dirección del PP en la sede de la calle Génova, donde la única voz discrepante es la de la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, que con su propuesta de "gobierno de concentración" PSOE/PP para hacer frente a la crisis de Estado que vive España, va mucho más allá que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Estos dos últimos barones no comparten la estrategia de Génova de que Pedro Sánchez "se cueza en la salsa" de ese gobierno Frankenstein con independentistas; quieren un PP "más proactivo" en la solución al bloqueo político que vive España porque entienden que ese ejecutivo solo puede acabar en una crisis de Estado con Cataluña como telón de fondo.

Feijóo es de los que han subrayado que la culpa primera es de un PSOE que se ha equivocado eligiendo socios, pero piensa que el principal partido de la oposición tiene la obligación de ponérselo difícil haciendo que los españoles vean que hay una alternativa hoy, no dentro de cuatro años y una crisis de Estado mediante.

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