El 'dedazo' de Puigdemont aviva las tensiones entre los independentistas

El bloque secesionista se dispone a librar una nueva batalla interna. Tras el paso atrás de Carles Puigdemont en su empeño por ser investido 'president', se abre ahora la pugna por el nombre del candidato. En JxCat, la plataforma electoral del prófugo, se da por hecho que el investido será aquella persona en la que Puigdemont pose su dedo.

Esta semana pueden despejarse las dudas. El Parlament celebra un pleno el jueves en el que la vía del fugado en Berlín queda descartada y se abre la opción de un candidato sin problemas procesales. Todo se acelera. el día 23 de mayo termina el plazo para evitar nuevas elecciones.

No todos comparten ese criterio. y hasta lo manifiestan en público. Así, ha sido objeto de enorme eco polémico en las redes la postura de Maria Senserrich, portavoz del PDeCat, quien exigía que se escuchen 'todas las voces' del grupo parlamentario, incluidos los presos, ERC, la CUP y hasta los comunes. Nada de acatar el designio del expresident. Hay que atender las propuestas de todo el mundo soberanista, subrayan también en ERC.

El silencio del prófugo

El escollo principal radica en que Puigdemont no ha insinuado quién será el elegido. En las quinielas han figurado decenas de aspirantes, algunos de ellos, meras especulaciones sin base alguna. En un principio, el nombre más mencionado era el de Elsa Artadi, la número dos de Puigdemont y jefa de su campaña electoral.

El pulso va a ser intenso porque en el PDeCAT, que ha. Transigido que enorme paciencia todas las ocurrencias de Puigdemont, se creen con derecho a opinar ahora sobre el futuro presidente. Nada hay pactado, aunque en fuentes del secesionismo afirman que Artur Mas habló en Berlín con Puigdemont sobre esta cuestión.
Ferran Mascarell, Marc Solsona figuran también en las listas de posibles. nada hay de cierto aún. Todos esperan el 'dedazo' que llegue desde Berlín. En lo que sí ha habido avances es en la composición del futuro 'Govern'. PDeCat y ERC se han repartido las consejerías a partes iguales. Junqueras finalmente se quedaría con el control de TV3 y los neoconvergentes mantendrían el departamento de Presidencia y portavocía.