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Política

La decisión de Rivera de no volver a reunirse con Sánchez reabre la crisis en Cs

Pedro Sánchez y Albert Rivera en una de sus últimas reuniones.

La decisión de Albert Rivera de no volver a mantener un encuentro con Pedro Sánchez, mientras duren las negociaciones de este último para su investidura, no contenta a algunos miembros de la Ejecutiva del partido naranja.

Varios de los dirigentes que, tras la dimisión de Toni Roldán, no secundaron la posición oficial de negarse a facilitar la reelección del presidente del Gobierno observan ahora con preocupación la contundencia con la que Rivera rechaza las citas que le ha propuesto Sánchez en las últimas semanas, según han relatado a Vozpópuli.

Una posición que difiere de la del líder del PP, Pablo Casado, quien sí acepta reunirse con el líder del PSOE e, incluso, aprovecha esos encuentros para llevarle propuestas por escrito de posibles pactos de Estado, tal y como ha desvelado este medio en los últimos días.

Las citadas fuentes admiten que hay "discrepancias internas" sobre este punto de no ir a la Moncloa, pese a que no ha habido un debate al respecto ya que la dirección no lo ha considerado necesario. En febrero de este año, la Ejecutiva de Ciudadanos ratificó "por unanimidad" de sus miembros el rechazo a Sánchez. Fue en los inicios de la campaña electoral y contó con el apoyo de Roldán, Luis Garicano o Javier Nart.

Luego vino a comienzos de junio otra decisión, adoptada por unanimidad, en la que se dejaba claro que Ciudadanos negociaría los pactos autonómicos y municipales con el PP por ser este último el "socio preferente" y que sólo se miraría al PSOE en "situaciones excepcionales", como así ocurrió en algunos municipios de Castilla-La Mancha. 

El informe de Garicano

Aquel compromiso contentó a todos, 'riveristas' y críticos, hasta que la negativa de líder naranja a facilitar la investidura de Sánchez, mediante una abstención negociada, provocó el 24 de junio la dimisión de Roldán y la votación del informe que planteó Garicano a favor de abrirse al PSOE. El resultado fue contundente: 24 votos en contra, tres abstenciones y cuatro 'síes'.

Desde entonces, las aguas siguen sin estar calmadas. "Ni siquiera hubo una reflexión, que se habría producido seguramente como es lógico. Una posición de este tipo tiene su cierto calado", afirma un miembro de la Ejecutiva ante la negativa de Rivera a ir a Moncloa.

"Tiene su importancia, no es una cuestión menor. Yo mismo no lo comparto pues me parece que no es acertado. Rivera, si se ve en la posición de Sánchez, no le gustará que alguien le diga que no va a hablar con él", subraya la citada fuente a Vozpópuli.

Deje de "marear la perdiz"

El presidente de Ciudadanos fue muy contundente el pasado jueves, al afirmar que no le corresponde a Sánchez realizar la ronda de consultas y que ese era el motivo por el cual había rechazado mantener otro encuentro. El líder naranja subrayó que esa tarea corresponde al Rey e instó al presidente del Gobierno en funciones que se reúne únicamente con los potenciales socios que le apoyarán en una investidura.

“Deje de confundir su papel. No es el Rey ni el jefe de Estado. Usted no hace rondas de consulta, las hace el Rey”, declaró en su cuenta personal de Twitter al tiempo que recordó que como presidente de Ciudadanos acudirá al Palacio de la Zarzuela “siempre” que Felipe VI le convoque.

Sin embargo, en el caso de Sánchez considera que realizar esas consultas “no es su función” como candidato a la investidura y que lo que debe hacer ahora es negociar con Unidas Podemos y los partidos nacionalistas. “Si quiere negociar un Gobierno con sus socios, que llame a sus socios, no a los que vamos a liderar la oposición”, subrayó.

Además, Rivera recordó que ya se ha reunido dos veces con el líder del PSOE desde las pasadas elecciones generales y que en ambos encuentros le dejó claro que Cs no facilitará su investidura: “Ya sabe que con sus socios y con sus políticas no vamos ni a la vuelta de la esquina”.

Por ello, pidió a Sánchez que deje de “marear la perdiz” y de “hacer perder el tiempo a los españoles”, afirmando que Ciudadanos no va a “jugar a su juego”, que consiste en que el Parlamento “no controle al Gobierno” –al no celebrarse aún sesiones de control–, en “agotar todos los tiempos” y en “no mover ni un dedo para negociar un Gobierno”.

El líder de la formación naranja defendió que España “necesita una oposición fuerte y firme” ejercida por un partido “limpio, liberal y moderado”. “Sánchez querría que la oposición fuera ‘friki’, radical o corrupta” para así poder seguir en la Moncloa durante una década, pero Ciudadanos “va a hacer oposición para que, en vez de una década, esté como mucho un mandato”, concluyó Rivera.

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