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Política

La Justicia italiana desbarata la operación de propaganda de Sánchez en la crisis del Open Arms

Salida del buque de la Armada 'Audaz' de Rota (Cádiz).

El desembarco de los 83 inmigrantes a bordo del barco Open Arms en Italia ha puesto fin a una crisis que termina en fiasco para el presidente Pedro Sánchez. El Gobierno, que cambió de opinión después de varias semanas negándose a ofrecer un puerto a la ONG española, se ha quedado sin el golpe de efecto que buscaba después de movilizar a la Armada en una decisión sin precedentes.

Sánchez se ha estrellado contra la improvisación, las críticas de la ONG, el silencio de la Unión Europea y una justicia italiana que ha torcido la mano al ministro del Interior, Matteo Salvini. La Fiscalía ha ordenado incautar el barco y desembarcar a todas las personas a bordo. Y la orden se ha cumplido en la madrugada de este miércoles.

La decisión del fiscal se ha anunciado poco después de que el buque Audaz de la Armada española zarpase de Rota con destino a Lampedusa. Es una incógnita si regresara de forma inmediata. Pero el viaje, de tres días, no tiene demasiado sentido. Y lo más lógico es que dé media vuelta.

Sánchez moviliza a la Armada

Es probablemente la primera vez que a Sánchez no le sale bien uno de sus órdagos. Y es difícil explicar lo que ha ocurrido en los últimos días. El Gobierno se mantuvo firme durante casi dos semanas en su negativa a ofrecer un puerto al Open Arms pero cambió de opinión de forma repentina en el último momento. 

Sánchez anunció que España estaba dispuesta a acoger el barco en Algeciras. La ONG acusó al Gobierno de "postureo mediático". El barco estaba cerca de Lampedusa, a más de cinco días y casi mil millas náuticas de distancia. Sánchez ofreció otros puertos españoles sin éxito y acabó movilizando a uno de los buques más modernos de la Armada para rescatar a los inmigrantes.

El objetivo de sensibilizar a la Unión Europea tampoco ha surtido efecto. Y, al mismo tiempo, el Estado de derecho italiano ha demostrado que tiene mecanismos para contradecir una orden del Gobierno. Sánchez se enfrentará en los próximos días a la oposición, que ha criticado los "bandazos" del Gobierno en este caso.

Tampoco están claras las razones que habían llevado al Gobierno a elegir la solución militar en lugar de una opción aparentemente más lógica como sería la de Salvamento Marítimo. El Audaz es un buque de acción marítima (BAM) de casi 94 metros de eslora. Se entregó hace poco más de un año y fue construido en los astilleros de San Fernando, en Cádiz. La dotación del barco es de 48 hombres y mujeres de la Armada. 

El hartazgo de Fomento

En el trasfondo de la polémica está el hartazgo cada vez más evidente de las autoridades marítimas españolas y del propio ministro de Fomento, José Luis Ábalos, con la ONG catalana Proactiva, que gestiona el Open Arms. Ábalos llegó a decir en El País que le "molestaban los abanderados de la humanidad que no tienen que tomar nunca una decisión".

La Dirección General de la Marina Mercante, dependiente de Fomento, denegó en enero el permiso de salida al Open Arms debido al cierre de los puertos de Italia y Malta. El barco estuvo fondeado seis meses en Barcelona. El Gobierno no quería verse envuelto en una situación como la actual.

La dirección de la Marina autorizó al Open Arms a zarpar en julio bajo la advertencia de multas cercanas a los 900.000 euros si participaban en operaciones de rescate. La ONG respondió entonces que se daba por enterado y que sólo realizaría labores de "observación y vigilancia". Nada más lejos de la realidad.

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