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Política

Una recepción con pocos canapés está en el origen del cese del cónsul

Miguel Ángel Vecino y Nicola Sturgeon.

Un catering que estuvo "bastante pobre y de muy mala calidad" está en el origen del cese del cónsul español en Edimburgo, Miguel Ángel Vecino. El expediente administrativo remitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores el pasado 16 de octubre al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que analiza la demanda del diplomático contra su cese, no incluye ninguna mención al hecho de que se extralimitase en sus funciones al hacer manifestaciones políticas.

Esa supuesta extralimitación de funciones fue el argumento de peso del departamento de Josep Borrell para justificar su cese en junio, tras conocer que en la prensa escocesa había aparecido una carta de Vecino sobre la posición española ante una hipotética Escocia independiente que pidiese la entrada de la UE.

Exteriores indica en su escrito al TSJM, al que ha tenido acceso Vozpópuli, que hubo otros elementos que motivaron la destitución del cónsul. El primero de ellos, y el más significativo, es la queja de la directora del cine documental iberoamericano en Escocia -IberoDocs-, Mar Felices González, quien envió un escrito a Madrid lamentando el “comportamiento inapropiado para una figura diplomática de primer orden”, refiriéndose a Vecino.

Una cerveza que no se sirvió

"En general el catering estuvo bastante pobre y de muy mala calidad, tanto la bebida como la comida", señaló González al hablar de una recepción que hubo en febrero en la sede del consulado español en Edimburgo en torno a la edición anual de IberoDocs. "Sin lugar a dudas el apoyo en especias no llegaba cerca de las 500 libras (580 euros al cambio) que el cónsul se había comprometido a ofrecer al festival para este evento", apostilló.

"Yo conseguí beber una copa de vino. Tuve que preguntar a los camareros que llegaron a última hora si podían servir una cerveza a un invitado de prensa. Bebida que nunca se sirvió", lamenta la directora del certamen cinematográfico.

Dentro del expediente también consta la carta de renuncia del cónsul honorario en Aberdeen, Ignacio Chanzá, tras siete años en el cargo en el que lamenta que el trato dado por Vecino hacia sus subordinados "distaba de respetar la dignidad profesional".

Y unos días antes de la polémica por la carta del cónsul en la prensa escocesa, que él alega en su descargo que era privada, se recibió en Madrid una carta de varios empleados del consulado en el que se mencionaban “situaciones de acoso, difamación y desprestigio profesional” por parte del cónsul, aunque no se aportan pruebas de ello.

El bufete Cámara&Villalba, que ha redactado la demanda de Vecino, muestra su sorpresa a este medio al comprobar que Exteriores, "lejos de hacerse la más mínima referencia a esa presunta 'extralimitación de funciones', en dicho expediente únicamente figuran como justificación del cese dos quejas recibidas en el Ministerio".

La ley de transparencia escocesa

Aquella destitución se produjo el 6 de junio después de que el diario The National publicase una misiva en la que el diplomático aseguraba que el Gobierno español no vetaría la entrada de Escocia como país independiente en la UE si dicha secesión se consumaba por vías legales. Curiosamente, la carta no había sido enviada a The National, sino a otro periódico -The Herald-, que a mediados de abril había decidido no publicarla al tratarse de una carta privada.

Su contenido, sin embargo, llegó a oídos del Gobierno escocés, que pidió al cónsul español una copia de la misma ya que resumía la posición oficial del Ejecutivo de Pedro Sánchez. El diplomático español accedió a ello a condición de que no se hiciera pública, pero la ley de Transparencia escocesa obligó al Ejecutivo de Nicola Sturgeon a informar de ella cuando The National se lo pidió por escrito. De ahí que, en último término, Vecino culpe al Gobierno escocés de haber actuado con mala fe en este asunto.

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