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Política

Casado encumbra en Baleares al sector más catalanista del PP

Pablo Casado.

La supuesta 'derechización' que se le achaca al Partido Popular de Pablo Casado no es aplicable a lo que está ocurriendo en Baleares. Dos dirigentes del sector más catalanista de la formación serán proclamados este viernes candidatos a los principales puestos en las elecciones de mayo. Biel Company y Mateo Isern encabezarán las listas a la Presidencia de la comunidad y al Ayuntamiento de Palma, respectivamente. Una apuesta que ha sorprendido enormemente en el partido, donde se esperaban cambios importantes en esta nueva etapa del PP.

Tanto Company como Isern representan la línea menos combativa y más complaciente con el catalanismo que practica afanosamente el Ejecutivo de la socialista Francina Armengol, quien gobierna con Mes, un partido nacionalista. También hay rastros de su relación con el pasado más turbio del PP en las Baleares, en concreto con Gabriel Cañellas, quien fuera presidente autonómico y que fue el principal acusado del escándalo del túnel de Sóller, que le costó el puesto, la carrera política, pero no su influencia en el PP.

Hostigamiento al castellano

Cuando llegó al vértice de Génova, Casado se encontró a Company como líder del PP balear, ya que meses antes se había impuesto en las primarias a José Ramón Bauzá, el presidente más votado en la historia del archipiélago. La confirmación de Company como candidato parecía obligada, de acuerdo con los estatutos de la formación. Al igual que lo ocurrido en Andalucía, no había tiempo para buscar un sustituto, según la teoría que circuló en su momento por los despachos de Génova. Company representa, sin embargo, una línea opuesta a lo que defiende ahora Casado, en especial en el feroz combate contra el nacionalismo lingüístico  y la defensa la libre elección de escuela.

Menos se entiende en estos sectores la candidatura de Isern, quien ya fue alcalde de Palma hace dos legislaturas y que abandonó en forma súbita e inesperada la política dos años atrás. Isern, de la misma cuerda política que Company, se distinguió en su paso por el Consistorio de Palma por aplicar medidas de fomento y apoyo al catalán y de entregar subvenciones a los medios de comunicación afines con el soberanismo, según se denunciaba en los sectores constitucionalistas de las islas. También impuso  el catalán como requisito excluyente entre los funcionarios, con lo que cerraba la puertas a la incorporación de profesionales de otros lugares de España. Su regreso y su encumbramiento, conocido hace una semana, ha producido una enorme sorpresa en el PP, donde se daba a Isern por alejado definitivamente de la política.  

También produce enorme sorpresa la proclamación de Llorenç Galmés como candidato al Consejo insular de Mallorca. Galmés, actual portavoz del PP balear, ha sido objeto de numerosas críticas como alcalde de Santanyí por el arrinconamiento del castellano y el respaldo permanente al catalán en ese municipio. "Le estamos sirviendo en bandeja miles de votos a Vox y Ciudadanos", comentan en estos sectores, muy sorprendidos por las decisiones de la nueva cúpula nacional. 

Gobernar con Vox

Ciudadanos aparece ya en algunos sondeos como la segunda fuerza de Baleares, por encima del PP. Vox, que también irrumpe en esas encuestas, ha 'reclutado' como cabeza de lista la alcaldía de Palma al general Fulgenio Coll, quien fue jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra. Coll, todo un referente y una institución en Mallorca, ha decidido a dar un paso al frente en defensa de la Constitución, según ha declarado estos días. El partido de Abascal concurrirá en Palma en coalición con Actúa, una agrupación de corte antinacionalista que emergió de la sociedad civil ante el creciente abandono del PP por defender su tradicional ideario. 

Biel Company, amparado y protegido por el anterior equipo de Génova, confía en que pueda repetirse en Baleares un escenario similar al de Andalucía, con un PP respaldado por Ciudadanos y Vox para hacerse con el control del Gobierno regional. Los populares se impusieron en 2015 con 20 escaños, pero no pudieron gobernar ante la coalición liderada por el PSOE que se había quedado a cinco escaños. 

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