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Política

La campaña del PSOE: "España está parada porque Iglesias quiso entrar en el Gobierno"

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias antes de su reunión.

"Al menos, la campaña electoral esta vez será solo de una semana", recordaba Pedro Sánchez a la Ejecutiva del PSOE a puerta cerrada este lunes, un día antes de su trascendental cita con Pablo Iglesias para negociar la investidura, relatan a Vozpópuli fuentes de la dirección socialista. Las mismas fuentes que no dudan en señalar el que puede ser leitmotiv de esa campaña: "España está parada porque Iglesias quiso entrar al Gobierno".  

En la reflexión compartida con los dirigentes de su partido se refería el presidente en funciones a uno de los cambios llevados a cabo en la Ley del Régimen Electoral General (Loreg) en octubre de 2016, ante la amenaza de terceras elecciones. La frase en sí es reveladora de lo que pasa por su cabeza: repetir elecciones el 10 de noviembre si no resulta investido el 23 de julio o in extremis el 25 -solo con mayoría simple-.   

Y es que 24 horas antes de verse con Iglesias debía intuir ya el fracaso de un encuentro, el quinto entre ambos, que, esta vez sí, se había planteado como crucial para saber si el debate de investidura convocado los días 22 y 23 de julio en el Congreso de los Diputados tenía alguna posibilidad de prosperar.

"No habrá una segunda oportunidad"

"No habrá una segunda oportunidad", confirmaba después la vicesecretaria general socialista, Adriana Lastra, tras el no de Iglesias a nombrar un comité negociador si no hay ministros de Podemos en ese gobierno. Lastra daba así la razón a las fuentes de Podemos que afirmaban: "Pedro Sánchez nos ha trasladado que llevará al país a elecciones si no cuenta con apoyos en la investidura de julio".  

El episodio de la 'vicepresidencia' que Podemos asegura que Iglesias no pidió este martes a Sánchez es más revelador que nada del deterioro de la relación

No en vano la Ejecutiva estaba reunida el lunes para respaldar por unanimidad su decisión inamovible de ir a un gobierno "monocolor" apoyado parlamentariamente por los morados sobre la base del documento 'España avanza. Propuesta abierta de cooperación para un gobierno social, feminista, ecologista, europeísta y progresista'.

El único guiño apreciable en este "copia-pega del programa electoral" (sic), según se apresuró a descalificarlo inmediatamente Iglesias, es la reforma constitucional para blindar las pensiones y la derogación "urgente" de los "aspectos más lesivos" de la reforma laboral del PP (2012); sin más concreción.

Y, harto del ninguneo de su interlocutor, Podemos se lanzó a asegurar que Sánchez se había comprometido ya el 7 de mayo, en la primera reunión en La Moncloa -cuando Iglesias todavía se ufanaba: "Hemos acordado que tenemos que ponernos de acuerdo"-, a dar dos ministerios en un hipotético gobierno de coalición.

Claro, que la otra parte no se ha quedado corta: este martes, molesta por lo de los ministerios, dejó correr la especie de que el líder de Unidas Podemos le había insistido a Sánchez en ocupar una vicepresidencia o nada, algo desmentido a las pocas horas. "No se ha hablado de eso", aseguran los morados

Con estos mimbres, lo extraño habría sido que la cita con el todavía "socio preferente" hubiese ido bien. La del martes no lo fue. A la salida, una fuente muy próxima a Sánchez reconocía, mitad resignada mitad aliviada, que el PSOE lo tiene muy fácil si finalmente hay que volver a las urnas el 10 de noviembre por el no de la coalición a la investidura: "España está parada porque Iglesias quiso entrar en el Gobierno", será su lema no escrito.

En eso, el relato del fracaso, andan ambas partes desde el primero de los cinco encuentros que han mantenido Sánchez e Iglesias desde las elecciones generales del 28 de abril y quizá sea esa una de las claves sobre por qué la relación parece conducir al fracaso.

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