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Política

Batalla final: 3.082 'elegidos' del PP deciden entre Santamaría o Casado

Sustituir al dirigente más longevo de la democracia, Mariano Rajoy, 40 años en política, los últimos siete como presidente del Gobierno, no es facil. Sobre todo si, quien lo tiene que hacer, el PP, habituado como está desde hace décadas a que el saliente designe a su sucesor, como hizo Manuel Fraga con José María Aznar y éste luego con Mariano Rajoy, se ve abocado a elegir.

Hoy, 3.082 compromisarios eligen entre Soraya Sáenz de Santamaría, que ganó el pasado 5 de julio la votación entre los militantes populares con 21.513 apoyos, el 36,9%, y Pablo Casado, que quedó segundo con 19.967 votos, el 34,3% del censo. Serán los más de 15.000 votantes que apoyaron a la tercera en liza, María Dolores de Cospedal, y, sobre todo, los compromisarios que representen a estos, quienes decidan entre una u otro.

Sáenz de Santamaría vs Casado, una batalla con un trasfondo más ideológico de lo que parece porque, de forma soterrada, el PP elige entre dos modelos de partido: un proyecto más pragmático, tecnocrático, el que encabeza la exvicepresidenta del Gobierno, con apego a la economía social de mercado; y otro, el que encabeza Casado, que, sin decirlo explícitamente, representa una vuelta a los valores del aznarismo.

En el fondo, los compromisarios también van a elegir hoy entre Aznar y Rajoy; entre la vuelta a las 'esencias' de Casado o la 'continuidad' de Sáenz de Santamaria

Así, la vieja guerra que mantienen Mariano Rajoy y José María Aznar desde que el primero se alejara de las formas y fondo que imprimió su mentor, allá por 2008, en el Congreso de Valencia, vuelve a protagonizar el futuro del centro derecha. Con un matiz: ahora el centro derecha esta dividido.

El PP ya no tiene once millones de votos y 186 escaños, como en 2011, sino poco más de cinco o seis, 135 diputados, y, según las últimas encuestas antes de la moción de censura que desalojó a Rajoy, bajando en apoyos. El resto se lo han comido Albert Rivera y su partido, Ciudadanos.

Así que la elección no es fácil para esos 3.082 elegidos para elegir esta mañana de sábado en el hotel Auditorium de Madrid, de entre los más de 66.000 militantes que tiene el PP repartidos por toda España. Nadie, ni ellos ni los candidatos, está acostumbrado a decidir y eso se ha notado en esta batalla mano a mano entre los dos finalistas en estas ultimas dos semanas.

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El punto álgido fue la emisión de ese vídeo contra Soraya Sáenz de Santamaría, a cuenta de quienes le apoyan: Javier Arenas, Celia Villalobos o Cristóbal Montoro. Enseguida Pablo Casado alejó de sí cualquier sospecha sobre la autoría del mismo porque sabía que su sola propagación desde el PP madrileño, que le apoya masivamente, le inculpaba políticamente.

Claro, que como ese vídeo tuvo mucho eco, se habló mucho de él en redes y en informativos, enseguida tuvo otro de réplica contra Casado de cuya autoría el sorayismo también se alejó raudo y veloz.

Dos candidatos, dos modelos de entender la política se la juegan hoy sin que su antecesor, Mariano Rajoy, haya dado pistas en público, por más que, en privado, no haya parado en la última semana de hacer gestiones a favor de la que fue su vicepresidenta

Lo último que quiere el expresidente del Gobierno, admiten fuentes de su entorno, es que un Casado que obedece más al perfil que les gusta tanto a Aznar como a otra adversaria tradicional suya, Esperanza Aguirre, se haga con el control ideológico de un PP que no tiene nada que ver con aquel de la refundación del Congreso de Sevilla (1990); cuando Fraga rompió teatralmente la carta que le había entregado Aznar a modo de renuncia en diferido por si salia mal, al grito de "¡Ni tutelas ni tutías"! No parece que Rajoy vaya a romper carta alguna y Aznar no ha aparecido por este hotel; Ni fisicamente ni en los discursos... Curiosamente, Fraga sí. 

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