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Política

Barones y diputados del PSOE se rebelan contra Sánchez: "La soberanía nacional está por encima del presupuesto"

Emiliano García Page y Pedro Sánchez en una imagen de archivo.

A pesar de que el Gobierno ha cambiado la expresión inicial "relator" -propia del lenguaje ONU para la resolución de conflictos- por la más neutra "facilitador", con el objetivo de rebajar la tensión en el PSOE, la cesión de Pedro Sánchez ante PDeCAT y ERC en la mesa de partidos para que le permitan seguir con la tramitación de los presupuestos amenaza con reabrir la guerra interna a tres meses de las elecciones europeas, autonómicas y municipales del 26 de mayo.

La confusión fue total este martes porque mientras en el hemiciclo del Senado el ministro José Borrell señalaba que si los independentistas siguen planteando "imposibles" como un referéndum de autodeterminación en Cataluña y la liberación de los "presos políticos", habrá que acabar con la política del ibuprofeno (desinflamación), la vicepresidenta, Carmen Calvo, reconocía fuera a los periodistas que habrá un "relator" en la misma para "coordinar y tomar notas".

Viendo el impacto que la noticia en digitales, radios y televisiones estaba produciendo, enseguida La Moncloa empezó a rebajar el asunto, pero el daño ya estaba hecho. Y eso que el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, el primero en sugerir alguien que "de fé" de esas reuniones, enseguida adoptó la consigna monclovita del "facilitador" para echar así un capote a la muy cuestionada vicepresidenta:

Hay "perplejidad", dicen varias fuentes consultadas por Vozpópuli, porque no se haya convocado al Consejo de Política Federal del PSOE para abordar un asunto de tanta trascendencia. Y aunque el asunto no vaya a más allá de nombrar a alguien del PNV, en federaciones como Aragón, Andalucía, Castilla-La Mancha o Extremadura, no parecen dispuestos a seguir en esta dinámica solo para seguir adelante con la tramitación presupuestaria. Unas cuentas que, en el fondo, no quieren ver aprobadas porque les resulta muy difícil explicar a sus votantes por qué en Cataluña va a aumentar la inversión un 66% respecto a 2018 mientras en Galicia, País Vasco, Cantabria o La Rioja baja o aumenta tan solo un 0,1%, caso de Madrid.

El diputado y ex lendakari Patxi López, conocedor del enrevesado lenguaje de resolución de conflictos, mediadores en el final de ETA, etcétera, optó este martes por el modo ironía para mostrar su claro desacuerdo -"no sé bien qué es un relator"-, pero otros, como el presidente aragonés, Javier Lambán, no se anduvieron por las ramas: apela a la "decencia" del presidente del Gobierno para que se oponga al "cáncer" del separatismo.

De forma gráfica, fuentes de la federación castellano-manchega que dirige Emiliano García-Page, quien a esta hora guarda silencio público, como el extremeño Guillermo Fernández Vara o la andaluza Susana Díaz, señalan a este periódico: "la soberanía nacional está por encima de cualquier presupuesto", por importante que sea.

"Que los partidos y los grupos parlamentarios de Cataluña se organicen como quieran, pero si se trata de hablar de España, hablamos todos los españoles", advierten las mismas fuentes; recalcan, además, que si PDeCAT y ERC cumplen su amenaza y tumban las cuentas públicas el miércoles 13 de febrero en el Pleno del Congreso, eso "eso no tiene por qué significar la convocatoria de elecciones generales el 26 de mayo" junto con con europeas, autonómicas y municipales. Pedro Sánchez puede "perfectamente" aguantar hasta octubre a golpe de decreto ley, que es lo que le recomendaron todos los presidentes autonómicos del PSOE en la ronda de entrevistas que celebró con ellos en La Moncloa antes de Navidad.

"No es posible que dos partes del mismo Estado necesiten un mediador y sería esperpéntico que fuera de otra nacionalidad", dice indignado un alto responsable municipal

El temor de los candidatos del PSOE ahora mismo es ese: que el presidente del Gobierno convierta el 26M en un superdomingo electoral, con generales incluidas. Inevitablemente se convertiría en un "plebiscito" sobre sus ocho meses de mandato -particularmente sobre el "diálogo" con la Generalitat- y todos auguran unos pésimos resultados a tenor de lo sucedido el 2 de diciembre pasado con el desalojo de Susana Díaz en Andalucía por la espectacular irrupción de Vox a cuenta de Cataluña.

En el Grupo Socialista del Congreso varios de los críticos no salen de su "asombro" porque el gabinete esté dando la sensación de que acepta el ultimátum que le están planteando Quim Torra, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, a través de las enmiendas. De momento, solo Soraya Rodríguez, ex portavoz del grupo en la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba abrió la boca en público, pero el malestar es muy grande entre los críticos con el sanchismo:

Un alto responsable municipal en una de las principales ciudades señala también a Vozpópuli rotundo: "No es posible que el Estado negocie con el Estado; no es posible que necesitemos un mediador entre dos partes del mismo Estado; y no es posible, sería esperpéntico, que el mediador entre las dos partes de ese Estado fuera de otra nacionalidad", como piden PDeCAT y ERC.

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