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Política

Los barones de Podemos advierten a Iglesias: quieren ministerios de peso o le quitarán apoyo

Pablo Iglesias.

“En el Consejo Ciudadano se ensanchó la brecha interna”. Podemos celebró el pasado lunes su gran cumbre interna a la que acudió el secretario general y los dirigentes locales, que empiezan a conformarse como el único contrapoder a Pablo Iglesias en el partido. En esa reunión, en la que el secretario general planteó su proyecto de entrar en el ejecutivo de Pedro Sánchez, hubo mucho que debatir y pocas sonrisas.

“El consenso fue unánime solo en cuanto a avanzar hacia una propuesta progresista, pero no en la forma”, explican a Vozpópuli dirigentes que acudieron al cónclave. “Decimos que sí a entrar en el gobierno de Sánchez, pero no a toda costa”. 

Los barones están dispuestos a dar su apoyo a Iglesias, pero solo si Sánchez le cede "ministerios de peso”, explican dirigentes afines a este grupo. “No nos conformaremos con cargos como direcciones generales donde colocar a Pablo, Irene y alguien más de la dirección”, aseguran. En caso contrario, después de los comicios autonómicos exigirán que se cuestione su estrategia.

Pablistas y errejonistas

El partido está más dividido de lo que parece. Y si bien la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo impide que aflore ese malestar, el sector crítico va ganando adeptos. Se trata de muchos dirigentes locales, algunos pablistas y otros ex errejonistas, que comparten una preocupación: que la maniobra de Iglesias de dar un giro de 180 grados y pactar ahora a toda costa con el PSOE responda al interés personal del secretario y de sus acólitos.

El sector crítico teme, de hecho, que la maniobra de acercamiento a Sánchez sea un movimiento para garantizarse el control de la dirección. Asimismo, miembros del partido revelan que en el partido dudan de que el socialista acabe cediendo y convierta a Podemos en un socio de gobierno.

Montero no acudió a la cumbre

Iglesias habló durante el encuentro del lunes algo más de 30 minutos. Abrió el baile de las declaraciones en una cita a la que no acudió Irene Montero, que se limitó a intervenir por videoconferencia. Iglesias llegó al encuentro sin saber que antes se había celebrado una reunión de estos barones, pero sí con en la cabeza la resolución de la delegación andaluza, que puso negro sobre blanco el pulso oficial al plan de entrar en el ejecutivo de Sánchez.

Podemos Andalucía manifestó su preferencia por el apoyo externo, es decir, la fórmula portuguesa. Iglesias criticó ese enfoque, que calificó de “una cómoda oposición parlamentaria”, y agitó el espectro de la consulta interna. El reglamento de Podemos obliga a ello, pero en el partido nadie se confunde: “En la consulta depende de cómo planteas la pregunta, y la dirección gana siempre”.

“Iglesias quiere entrar en el Gobierno”

El día siguiente, Iglesias acudió a la Moncloa para citarse con Sánchez. Hablaron algo más de dos horas, y aunque trascendió mucho de los términos de la conversación, fuentes de la cúpula socialista señalan a este diario que “lo que quiere Iglesias es que él y Montero estén en el ejecutivo”.

Fuentes de Podemos confirman que este es el planteamiento de la dirección, pero que Sánchez difícilmente lo asumirá. Sánchez quiere evitar el efecto Salvini, dicen para referirse al actual líder de la Liga en Italia, que, tras pactar un ejecutivo de coalición con el Movimiento 5 Estrellas, ha acaparado toda la atención mediática y ha adelantado al partido de los indignados italianos en los sondeos. “Pablo es un animal político y si entra en el Ejecutivo, rápidamente hará suyos todos los focos”, comentan miembros de Podemos.

Unidad hasta las autonómicas

En la reunión del lunes también se debatió sobre la campaña electoral del 28 de abril. Hubo críticas cruzadas entre miembros de la dirección y otros dirigentes. Montero, según las fuentes consultadas, achacó a la escasa participación de los políticos locales la pérdida de escaños prácticamente en toda España. Mientras que la opinión “mayoritaria” entre los barones es que la dirección moldeó una campaña solo para que destacara el núcleo madrileño y perdiendo de vista la vocación nacional de la formación.

Las perspectivas no son buenas para Podemos en las Comunidades y Ayuntamiento en los que se votarán el último domingo del mes. La sensación es que Iglesias intentará culpar a los dirigentes locales de una eventual caída. Mientras que estos últimos esta vez no callarán y achacarán la pérdida de votos a la política llevada a cabo por la dirección en estos años. Y si finalmente Iglesias no logra convencer a Sánchez, el nuevo congreso no tardará en llegar. “Como mucho después del verano”, aseguran en Podemos. 

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