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Política

Guerra de nervios en Madrid ante una moción de censura que enterraría el adelanto electoral

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso conversa con el vicepresidente de la Comunidad, Ignacio Aguado.

La política madrileña se ha instalado en un tablero de ajedrez en el que las jugadas están empujando a dos escenarios impensables hasta hace poco: la moción de censura o el adelanto electoral. El primer botón que se active anularía la otra opción y marcaría el resto de la legislatura, de la que aún quedan tres años. 

Las dos opciones ya no son palabras tabúes en los mentideros políticos de la capital, lo que está provocado una guerra de nervios que puede acabar con una eventual reprobación de Isabel Díaz Ayuso o una hipótesis nada descabellada de que los madrileños vuelvan a las urnas en unos meses tras el fin del estado de alarma. Juan Carlos Girauta, exdirigente de Ciudadanos, animó a la presidenta madrileña a dar el paso.

https://twitter.com/GirautaOficial/status/1266108604760895488?ref_src=twsrc%5Etfw

El primero en hablar de forma explícita de la moción de censura fue el portavoz del PSOE, Ángel Gabilondo. Lo hizo la semana pasada, justo después de que se conociese la oferta del vicepresidente del Ejecutivo y líder de Ciudadanos en la región, Ignacio Aguado, de que todos los partidos busquen una salida económica y social a la crisis de la covid-19 como se ha pactado en comunidades autónomas como Aragón -donde sólo faltó la firma de Vox- o en ciudades como Granada, donde el alcalde naranja, Luis Salvador, ha logrado cerrar los primeros presupuestos en cinco años con el apoyo de PP y PSOE.

La mano tendida de Aguado solo fue aceptada por las formaciones de izquierda -PSOE, Más Madrid y Podemos- de modo que la primera reunión sobre la reconstrucción dejó una imagen insólita desde las elecciones de hace un año: la de Ciudadanos hablando del futuro de la región con la oposición. En el PP produjo indignación el formato elegido por el vicepresidente naranja al recibir a sus interlocutores en la sede de Vicepresidencia y buscar una imagen 'presidenciable' ante sus invitados.

Las ecuaciones surgidas del 26-M

Las elecciones madrileñas del 26-M de hace un año dieron el siguiente resultado: PSOE (37 escaños), PP (30), Ciudadanos (26), Más Madrid (20), Vox (12) y Podemos (7). La suma de las fuerzas de izquierda (64 escaños) se quedó, por tanto, a tres escaños de la mayoría absoluta, un umbral que superan las formaciones de centro-derecha con el pacto de gobierno entre PP y Cs (56) y el apoyo en cada votación de los 12 representantes de Vox. 

Pero esas ecuaciones podrían modificarse con un eventual acuerdo entre PSOE y Cs (63 escaños) y los apoyos puntuales de Más Madrid, mucho más favorable a una coalición de centro-izquierda que Podemos. En todo caso, tanto Aguado como Gabilondo niegan que haya "negociación política" detrás de las reuniones para fijar consensos económicos tras la covid-19.

Un elemento a tener en cuenta es que los Presupuestos regionales fueron prorrogados en diciembre ante el enroque de Vox para que se aprobase el llamado 'pin parental', de ahí que haya cierta urgencia por elaborar unas nuevas cuentas públicas para la comunidad autónoma, sobre todo ante la recesión económica que se avecina por culpa de la pandemia.

El adelanto electoral

Para desactivar una inminente moción de censura, Ayuso tiene en su mano la convocatoria de nuevas elecciones. El Estatuto de la Comunidad de Madrid estipula en su artículo 21 que el presidente podrá acordar la disolución de la Asamblea "con anticipación al término natural de la legislatura", si bien exige una "previa deliberación" dentro del Gobierno, lo que implica que Ciudadanos sería el primero en enterarse.

Nada impide a Ayuso que dé el paso en estos momentos pues la obligación de que transcurra el primer período de sesiones de la legislatura ya quedó atrás, concretamente en diciembre. Hay otros impedimentos en el estatuto -que quede menos de un año de legislatura, que se esté tramitando una moción de censura o que esté convocado un proceso electoral estatal- pero ninguno de ellos se da en estos momentos.

En todo caso, la nueva Asamblea madrileña que resulte de la convocatoria electoral tendría "un mandato limitado por el término natural de la legislatura originaria", es decir hasta mayo de dentro de tres años. Además, fuese quien fuese el vencedor de esos hipotéticos comicios, no se podría disolver de nuevo la Cámara autonómica "antes de que transcurra un año desde la anterior". Pero para eso quedaría aún mucho.

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