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Política

Podemos e IU planean resucitar la guerra de 'socialismo' y 'susanismo' en las andaluzas

La líder 'Adelante Andalucía', Teresa Rodríguez.

Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez escenificaron este martes su reencuentro de cara a las elecciones andaluzas del 2 de diciembre que servirán como punto de partida para el nuevo ciclo electoral que se abre en 2019. Acompañados por el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, y el dirigente de esa formación en Andalucía, Antonio Maíllo, sentaron las bases de su estrategia para una campaña electoral a la que quieren imprimir un carácter social (sanidad-educación), sectorial y andaluz, aunque conscientes de que estará dominada por el marco estatal. 

La dirigente gaditana de Podemos consiguió, tras meses de tensiones con la dirección estatal, presentarse a los comicios mediante la plataforma Adelante Andalucía, una confluencia no sólo con IU, sino también con otras formaciones andalucistas.

El choque de estrategias entre Madrid y Sevilla es claro en el caso del partido morado. Iglesias se encuentra volcado en la colaboración con el Gobierno socialista de Pedro Sánchez para sacar adelante los Presupuestos de 2019. Y muestra intención de extender la estrategia a los territorios y a un futuro Gobierno de coalición en 2020. Rodríguez, en cambio, haciendo gala de la autonomía de decisión a la hora de los pactos, se mantiene firme en su negativa a entrar en un gobierno con la actual presidenta Susana Díaz

La cuestión, por tanto, será delimitar muy claramente lo que representa Sánchez y lo que significa Díaz, que ha ido de la mano de Ciudadanos hasta que los de Albert Rivera dieron por roto el pasado mes de septiembre su pacto con la dirigente socialista. Un modelo, el del socialismo andaluz, que la confluencia tratará de mostrar agotado y sin capacidad de aportar descolocado ante el nuevo ciclo político. Y sin dejar de subrayar que apoyó en su día a Mariano Rajoy y después gobernó con el apoyo de Ciudadanos. 

Ante la guerra abierta entre los partidos de la derecha, la tesis morada es que en Andalucía, los triunfos de Sánchez no son de la actual inquilina del Palacio de San Telmo. Por eso confían en poder arrebatar a los socialistas ese porcentaje de votos descontento con la actual presidenta, pero que ve con buenos ojos la estrategia del jefe del Ejecutivo. Una base social del PSOE que ve cómo su partido de las casas del pueblo ya no está presente en la dirección de la formación.

De hecho, el juicio de los ERE marcará la campaña, sobre todo después de la decisión de la Fiscalía. Una de las tesis que manejan es que el PSOE evite la confrontación directa con el tándem Rodríguez-Maíllo y tratará de erigirse como el partido de centro frente a la pugna de PP y Cs. De ahí la importancia de saber si quedan por encima de la formación naranja, erigiéndose en alternativa a un 'susanismo' al que sostendrían mediante acuerdos concretos y no mediante un pacto global. Apretar desde fuera para seguir abonando el terreno para un salto definitivo. 

El secretario general de Podemos y los diputados y dirigentes andaluces del partido se "volcarán" en un campaña en la que creen que los votos se disputarán hasta el final y en la que se prevé un descenso de la movilización respecto a la anterior votación. Aunque la agenda no está cerrada, podrían ser importantes puntos como Málaga, Córdoba o Sevilla para Iglesias y lugares donde IU tiene más arraigo -en el mundo rural- para Garzón. Por lo pronto, Iglesias participará en su primer acto en Andalucía para presentar el acuerdo que selló con Sánchez hace tres semanas en La Moncloa. 

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