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Política

Sánchez renunciará a la investidura si Iglesias se queda en la oposición

Felipe VI y Pedro Sánchez.

Acuerdo y estabilidad. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, renunciará a la investidura si no cierra un pacto con Podemos que cumpla estas dos premisas. Sánchez quiere atajar cualquier intento del líder morado, Pablo Iglesias, de ofrecer su apoyo a cambio de nada y hacerle la vida imposible desde la oposición.

El PSOE y Unidas Podemos retoman este jueves las negociaciones para desbloquear la investidura y evitar una repetición de las elecciones el 10 de noviembre. El plazo para que el Congreso elija presidente expira el 23 de septiembre. La última oferta de Sánchez es que Podemos controle algunos organismos y entes públicos del Estado, pero fuera del Consejo de Ministros.

Lo que Sánchez no está dispuesto a aceptar, y así lo ha trasladado a su equipo, es una investidura sin acuerdo. Es decir, el líder del PSOE no irá al Congreso sin un pacto cerrado que dé una mínima estabilidad a su nuevo Gobierno. 

"Cuando se produjera esa situación, de producirse, lo veremos", ha dicho el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.

Problemas para Felipe VI

Podemos insiste de momento en la coalición, que el PSOE descarta por completo. Pero una de las opciones que maneja Iglesias si finalmente no hay acuerdo es votar a favor de Sánchez. Podemos lo puede vender como un gesto patriótico y marcharse a la oposición. El PSOE, con 123 diputados, quedaría con una mayoría parlamentaria mínima. 

Fuentes del PSOE dicen que Sánchez no se someterá a una investidura en esas circunstancias. Y recuerdan que el presidente ha repetido que el Gobierno necesita estabilidad ante los retos que están por venir. "Sin acuerdo y estabilidad, no hay investidura", repiten. "Tuvimos que ir a unas elecciones porque nos tumbaron los Presupuestos y no queremos vernos en esa tesitura otra vez".

El problema es que esta negativa pone en aprietos al Rey, que tiene previsto convocar una segunda ronda de consultas con los grupos parlamentarios antes de que expire el plazo para la investidura. Si Iglesias comunica a Felipe VI su disposición a votar a favor de Sánchez, el monarca tendrá muy difícil no proponer al candidato socialista.

Y esa situación obligaría a Sánchez a declinar la investidura como hizo Mariano Rajoy en su momento. Y que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, no convoque el Pleno. Esa decisión, ya sin margen de maniobra, abocaría al país a nuevas elecciones el 10 de noviembre.

El PSOE insiste en que es pronto para hablar de esa posibilidad y confía en que la negociación con Podemos llegue a buen puerto. El partido morado ha aceptado sentarse con los socialistas a sabiendas de que la coalición no está encima de la mesa. En julio no negociaron hasta que el PSOE se plegó a hablar de la coalición, que no cuajó.

Presión de ERC y el PNV

Sánchez ha propuesto a Podemos ocupar cargos en organismos e instituciones que todavía no se conocen. El abanico de entes que podría controlar la formación morada incluye el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y la Agencia Tributaria. El PSOE quiere además acordar un programa sobre la base de las 370 medidas que presentó el presidente esta semana.

La investidura de Sánchez no sólo necesita el de Iglesias, sino la abstención de otras fuerzas nacionalistas. El PSOE cuenta con ERC y el PNV. El portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, ha reiterado la disposición de su grupo parlamentario a facilitar la investidura. Rufián ha arremetido además contra Iglesias, al que ha acusado de pasearse por los platós de televisión "enfadado" y quejándose.

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha dicho que el grupo nacionalista vasco "no será un obstáculo" para la investidura. Ortuzar ha señalado que los seis diputados vascos valorarán pasar de la abstención de julio al  en septiembre siempre que Sánchez cuente con el apoyo de Unidas Podemos.

Ortuzar, sin embargo, no ha descartado el apoyo de Iglesias sin acuerdo. Y ha asegurado que tampoco sería un escenario indeseable, porque obligaría al Gobierno a negociar con todo el arco parlamentario cada semana. "Si esas condiciones se dan, ahí estaremos, ha dicho.

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