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Política

Pedro Sánchez intenta robar voto de centro a Rivera y luego le ofrecerá pactar

Sánchez y Rivera en la firma del pacto para la investidura fallida de febrero de 2016

Cuando José Luis Ábalos, pensando en voz alta, dijo la pasada semana que "prefiere" un pacto de investidura con Ciudadanos a uno con Podemos, en el PSOE se encendieron todas las alarmas, no porque estuviera contando una mentira, sino porque su sinceridad frene la vuelta de votantes de Podemos que reflejan los sondeos.

A medida que esas encuestas vacían a la formación morada y consolidan al PSOE como primera fuerza, le alejan de la suma con los de Pablo Iglesias; y lo que no quiere nadie en Ferraz, mucho menos las federaciones socialstas, es "depender de Carles Puigdemont" para la investidura de Pedro Sánchez, coinciden todas las fuentes consultadas por Vozpópuli.

Empiezan a hacerse a la idea de que igual hay que volver a pactar con el detestado Albert Rivera tanto en Madrid como en la Comunidad Valenciana, donde a día de hoy al presidente de la Comunidad, Ximo Puig, tampoco le salen los números para otra investidura si no es con la formación naranja que allí lidera Toni Cantó.

Adiós al 'Pacto del Botanic'

El Pacto del Botanic, por el que en 2015 Compromís y Podemos auparon a Puig a la Presidencia del Govern, poniendo fín asi a 20 años de gobiernos del PP, no suma porque Vox está muy fuerte en esa comunidad y no es descartable hasta un tripartito PP, C's y Vox, como el andaluz. 

Eso sí, de momento el PSOE está intentando hacer la misma jugada que con Podemos: robarle voto ahora que los naranjas han elegido poner a Sánchez cordón sanitario para luego pedirles pacto: "Incluso hay que pedir el voto a los que nunca han votado al PSOE y para los que no soy yo su candidato preferido pero que, visto lo visto, el único partido y el único proyecto que garantiza la estabilidad, el sentido común y una España cabal es el PSOE", dijo este sábado el presidente durante un mitin en Jaén.

En la Ejecutiva del PSOE hay todavía un grupo, cuya cara más visible es la vicesecretaria general, Adriana Lastra, que insiste en una investidura con Podemos aún en segunda votación -no necesitaría mayoría absoluta (176 diputados)- para luego iniciar la legislatura bajo el prisma de la "geometría variable" de pactos, como hizo José Luis Rodríguez Zapatero en 2004.

La opción con Podemos pasaría por una investidura en segunda votación sin mayoría absoluta, pero también necesitaría la abstención de Puigdemont y los suyos

El problema es que Sánchez necesitaría contar probablemente con la abstención de ERC y el PDeCAT, y los independentistas ya han dicho que no va a ser políticamente gratis: o derecho de autodeterminación para Cataluña y libertad para los procesados por el 1-O en el Tribunal Supremo o nada; y parece que va a ser nada.

Porque, además, un mes más tarde, el 26 de mayo, se celebrará la segunda vuelta en que se han convertido las elecciones autonómicas y municipales; y ocurre como en la Comunidad Valenciana, que todos los sondeos dan a Ciudadanos como el único socio que puede dar la mayoría a los Javier Lambán (Aragón), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), o Guillermo Fernández Vara (Extremadura). 

Ahora mismo, en la sede federal socialista se escrutan los tracking diarios -alguno ha habido que ha llegado a darles 140 diputados- y, además de controlar la euforia, se estudian posibles escenarios que, básicamente son dos: pactar con Podemos, ERC y PNV, una variante de lo que llama Alfredo Pérez Rubalcaba Gobierno Frankenstein, cada vez más lejano; o con Ciudadanos y PNV este último para quitarle la pátina de "recentralizador" al próximo Gobierno Sánchez.

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