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Política

Problemas para el PSOE por la izquierda: Podemos sube tras el debate

Pablo Iglesias durante el debate electoral

Los sondeos hasta el pasado lunes, fecha tope según la legislación electoral para publicar estudios, son tozudos: en contra de lo que buscaba Pedro Sánchez con la repetición de los comicios este 10 de noviembre, Ciudadanos no acaba de trasvasar voto al PSOE en cantidad tal que le permita subir de sus actuales 123 a 140 escaños; solo PP y Vox se benefician en las encuestas de la fuerte sangría que van a sufrir los de Albert Rivera.

Pues bien, esta semana llega un segundo jarro de agua fría para la dirección socialista porque, tras el debate televisivo a cinco del lunes 4 de noviembre, Podemos recupera terreno en los tracking cuyos trabajos de campo se han hecho a partir del martes, aseguran a Vozpópuli diversas fuentes de los partidos y de las casas demoscópicas.

En alguna de esas encuestas se llega a vaticinar que Pablo Iglesias y los suyos podrían subir de los actuales 42 escaños, algo que se antojaba quimérico hace tan solo unos días por la dinámica depresiva en que se hallaba una formación a la que le ha salido incluso un competidor por la derecha en la formación Más País, de Íñigo Errejón

La línea de dureza en el conflicto catalán anunciada por el presidente en funciones durante el debate -volver a penalizar el referéndum ilegal y control de TV3- y, sobre todo, el decreto del viernes pasado facultando al Gobierno para cerrar webs por razones de seguridad nacional han hecho revivir a Podemos, cuyo electorado es muy sensible a los recortes de libertades, explican a este periódico fuentes de una de las principales casas de sondeos.   

En la 'frutería', también al alza 

Se mantenga o no Iglesias en 42 diputados el 10-N, lo que sí señalan todos los trabajos demoscópicos en esta última semana de campaña es que el líder morado ha logrado invertir la tendencia a la baja en la intención de voto morado por su actuación frente a Santiago Abascal el lunes ante millones de españoles.

Y esa tendencia al alza ya se reflejaba este miércoles en el sondeo diario que El Periódico de Andorra publica tradicionalmente en la última semana de cada campaña española para sortear la prohibición de publicar encuestas adjudicando a cada sigla una fruta simbólica. Los únicos que suben son el PP de la gota azul (+0,9% en intención de voto) y el Podemos de la berenjena morada (+0,4%). La rosa (PSOE) y el trébol Vox siguen igual que el día anterior, mientras la naranja (Ciudadanos) continúa su particular descenso a los infiernos con una bajada del 0,8%. 

Como se puede ver en el vídeo del debate que se muestra a continuación, Iglesias no se achantó cuando Abascal recordó su condición de víctima del terrorismo, recordando que Rosa Lluch, hija del asesinado exministro socialista Ernest LLuch, encabeza la candidatura de Podemos al Senado por Barcelona y no va sacando pecho por ello.  

Ni Sánchez ni mucho menos el presidente del PP y candidato a La Moncloa, Pablo Casado, quisieron responder al líder de Vox. En el caso del candidato del PSOE, tanto La Moncloa como Ferraz avisaron con antelación que no le haría "la campaña a la ultraderecha" en televisión, y Casado también guardó silencio, pero para no asustar al potencial exvotante del PP que se pasó a Vox en las elecciones generales del 28 de abril y que ahora esté tentado de volver a votar útil al PP.  

El problema es que, por momentos, Abascal fue dueño y señor de un debate celebrado en el plató montado por la Academia de Televisión en la Casa de Campo; solo recibió réplicas muy concretas del secretario general de Podemos y de Albert Rivera. El primero referido al terrorismo, y el presidente de Ciudadanos para reprocharle su pasado como asalariado de Esperanza Aguirre en un organismo de la Comunidad de Madrid a 80.000 euros/año. 

No son pocos en el PSOE los que echaron en falta que el presidente en funciones hubiera parado los pies a Abascal ante los millones de españoles que vieron el debate este lunes por la noche

A posteriori no son pocos los socialistas consultados por este periódico que creen que el presidente en funciones, sin perder su sitio en el debate, sí debió aprovechar alguno de sus turnos de palabra para "condenar los ataques" del presidente de Vox al sistema autonómico, a la inmigración y a la lucha contra la desigualdad de género.  

"No se trata de bajar al barro, pero sí de intervenir con contundencia para dejar clara tu repugnancia por unas propuestas que, además de ser inconstitucionales, de aplicarse alterarían gravemente la convivencia territorial y social... Dices eso y te llevas el debate de calle, porque buena parte de nuestro electorado lo necesitaba. Por eso, sin llegar a eso exactamente, Iglesias sí tuvo los reflejos suficientes como para plantarle cara", explica una fuente consultada.

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