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Política

Sánchez busca un pacto con Torra en quince días que le garantice los presupuestos 2019

Sánchez y Torra en la 'fuente de Guiomar', en la Moncloa, el 9 de julio pasado

Cuando Pedro Sánchez dijo hace una semana en Canarias que PP y Ciudadanos pueden "esperar sentados" si creen que va a haber elecciones antes de 2020 sabía bien de lo que hablaba. Este viernes volvieron a reunirse en Barcelona la vicepresidenta, Carmen Calvo, y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, con el mismo objetivo de siempre: seguir ganando tiempo para llegar al inicio del debate presupuestario. Y entonces anunciar alguna solución de compromiso que permita salvar la cara a ambas partes sin decir que han cedido.

Por eso, explican diversas fuentes gubernamentales, Calvo, Aragonés, la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, y la consejera de Presidencia, Elsa Artadi, se han emplazado de nuevo "dentro de dos semanas", asegura a Vozpópuli una de las fuentes consultadas. Se trata de que el contenciosos político llegue encauzado al debate de enmiendas de totalidad contra el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado 2019; que ERC y el PdeCat no tengan motivos para tumbarle las cuentas al PSOE y al inquilino de La Moncloa.

La Generalitat y el Gobierno llegaron a la reunión del viernes con visiones dispares sobre cómo debía ser la mesa de diálogo que dé una salida a Cataluña: para el presidente del Govern, Quim Torra y los suyos, debe tener presencia de partidos catalanes y de ámbitos estatal como el PSOE y Podemos; para el Ejecutivo central, solo de partido catalaness, entre otras razones porque una mesa estatal sin PP y Ciudadanos, que ya han dicho que no van a participar, nacería coja.

La mesa de partidos catalanes este viernes va a suponer una primera 'toma de temperatura' que permita ver si hay posibilidades de sacar otra en Madrid dentro de quince días

De ahí que ambas partes se hayan emplazado a "seguir negociando" para "avanzar", porque ahora mismo sigue encallado el diálogo. Su éxito, admiten fuentes socialistas, va a depender mucho de cómo se desarrolle este viernes uno de febrero en Barcelona la mesa de partidos catalanes. En noviembre encalló en la búsqueda de soluciones, pero el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, cree que hay margen para que Torra realice un esfuerzo de integración.  

La mesa catalana se iba a reunir el 8 de febrero, una semana más tarde, pero se va a adelantar para dejar margen a ese posible acuerdo Gobierno-Generalitat antes de que empiece en el Tribunal Supremo el juicio a los dirigentes independentistas por el referéndum ilegal del 1-O y posterior proclamación de la República desde el Palacio Sant Jaume, y antes, también, de que se cumpla el plazo para que las direcciones de PdeCat y ERC decidan si presentan enmienda de totalidad al proyecto de presupuestos de Sánchez.

Uno de los principales escollos para el acuerdo es que los independentistas insisten en hablar en esa mesa de autodeterminación, algo a lo que se niega hasta el PSOE; también de la situación de Oriol Junqueras y el resto de "presos políticos" que van a ser juzgados por el Supremo. Aún así, en el Ejecutivo, el sector que más defiende la tarea de la vicepresidenta Calvo cree que hay margen para sacar adelante un pacto de no agresión (incluidos los presupuestos), en el que se pacten los "desacuerdos".

El 'escollo' Puigdemont

El principal escollo, señalan las fuentes consultadas por este periódico, sigue siendo la "interferencia continua" que supone el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y su agenda paralela que, en muchos casos eclipsa a la del propio Torra y su gobierno; de forma que cuando Moncloa negocia con Artadi presente -Aragonés (ERC) es "otra historia"- nadie sabe el recorrido final.

Porque, una cosa tienen clara los interlocutores socialistas: en paralelo al pulso Generalitat/Estado hay otro PdeCat/ERC por ver quien se hace con la hegemonía independentista en las elecciones autonómicas en Cataluña, que Torra convocará a la vuela del verano, una vez concluido el juicio por el 1-O y cuando Puigdemont tenga completamente desarrollado su proyecto de La Crida, siga con la cual quiere superar las siglas PdeCat y ERC, y hacerse con la hegemonía secesionista:

     

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