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Política

Puigdemont desprecia las amenazas de la CUP y se abraza a Podemos

La CUP es, junto al Estado, el mayor damnificado de los juegos malabares de Puigdemont. Proclamada la independencia, el 'president' busca apoyos parlamentarios para la fase constituyente que se supone ahora comenzará. A expensas de la respuesta del Gobierno central, Puigdemont ya ha enseñado sus cartas y no le han agradado a los antisitema.

Anna Gabriel, la portavoz parlamentaria de los radicales anarquistas, mostró su desagrado conlaformula elegida durante la que se pretendía sesión histórica en el 'Parlament'. No hubo ampulosa declaración, ni himnos, ni cánticos, ni balcón. Fue una liturgia pobre y sin épica. Y sin DUI. La CUP le ha dado un mes al 'Govern' para que rectifique. Mientras tanto, le retira su apoyo en el Parlament. O república, o nada. La calle amenaza. 

Puigdemont, más astuto que Artur Mas, ya ha buscado un repuesto, un cambio de pareja. Podemos será el nuevo partenaire dela coalición que gobierna Cataluña. Desde la cena secreta de Oriol Junqueras y Pablo Iglesias en el domicilio del empresario audiovisual Jaume Roures, el escenario ha cambiado. Podemos abandonó su actitud distante hacia el referéndum ilegal y se mostró muy activo en defensa del 1-O. Ada Colau colaboró todo lo que pudo en sacar adelante la consulta. El martes, después de la declaración de independencia, las muestras más entusiastas tras la sesión vinieron de las filas moradas. La extrema izquierda corre en apoyo de la derecha corrupta y caciquil catalana en un emparejamiento que desconcierta a la militancia de ambas partes.

Ls separatistas catalanes que gobiernan Cataluña ya han decidido quién será su nueva pareja. El conglomerado podemita en la Cámara catalana suma once escaños, uno más que la CUP y carece de un liderazgo claro. Sólo la alcaldesa de Barcelona reúne las condiciones para asirar a destinos mayores.

Este cambio de socios, ya ostensible, agitará aún más las presiones de la CUP sobre Puigdemont. El 'president' no parece inquietarse demasiado. La respuesta callejera de los antisitema es una cuestión que, como todo,le achacará al Gobierno central. "Traidor", gritaban las juventudes de la CUP frente al 'Parlament' en la noche de la DUI. Habrá agitación, tumultos. Nada que le preocupe demasiado a Puigdemont que ya tiene el recambio para su mayoría.

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