Quantcast

Política

Puigdemont evoca el himno del Real Madrid en su 'deshielo' con Rajoy

El entrenador de fútbol Vicente del Bosque (i), el ministro de Educación y Cultura, Íñigo Méndez de Vigo (c), y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (d)

Por vez primera en un año, un ministro del Gobierno asistió a un acto del presidente de la Generalitat en Madrid. Carles Puigdemont protagonizó desayunos informativos, celebrados en mayo y octubre del pasado año, sin la presencia de miembro alguno del Ejecutivo. Este miércoles, con motivo de la entrega de los premios Blanquerna, que concede la Generalitat, Mariano Rajoy le levantó el veto y envió al acto al titular de Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, quien subió al estado a hacerse la foto con los premiados, Vicente del Bosque y José Luis Rodríguez, presidente de Nueva Economía.

Un acontecimiento menor, un guiño de distensión desde Moncloa en la semana de la sentencia del 9-N que inhabilita a Artur Mas y dos altos cargos de su antiguo equipo por desobediencia. El hecho de que uno de los premiados fuera el exjugador y exentrenador del Real Madrid y de la selección nacional, le brindó la ocasión a Puigdemont para evocar unas frases del himno del equipo merengue. "Una bandera limpia y blanca que no empaña", recordó el president en su breve intervención en la que se encomendó a la figura de José María Martín Patino, como antes había hecho el propio Del Bosque, para envolverse en las palabras diálogo y tolerancia. "Necesitamos más Del Bosques que esgrimen la tolerancia y aceptan la diferencia como un valor", subrayó. "Para reconocer al otro, no es necesario renunciar a las ideas propias, hay que estar siempre dispuesto a que los demás expresen ideas con las que no estás de acuerdo, que son contrarias a las tuyas".

Un despliegue desde Moncloa

Las relaciones entre la Moncloa y la Generalitat atraviesan un momento de frialdad, sin que la 'operación diálogo' que conduce la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se haya disuelto. En el acto, precisamente, estaban presentes dos de sus más fieles peones, José Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y Roberto Bermúdez de Castro, de Administraciones territoriales. También asistió la secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela. Todo un despliegue gubernamental.

El ministro de Cultura cruzó saludos de cortesía con el anfitrión de la velada, fue invitado a subir al estrado, no tuvo oportunidad de dirigir unas palabras a los presentes y se fue satisfecho. Quizás en su cabeza resonaban aun las palabras del presidente catalán: "Hay que saber jugar limpio en una sana rivalidad".

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.