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Política

Puigdemont elige a Torra, un separatista furibundo, como presidente 'títere' de la Generalitat

Carles Puigdemont

No milita en partido alguno. Su único partido es Carles Puigdemont. Su obsesión, la independencia de Cataluña. Su característica más acendrada, su incendiario antiespañolismo. Su trayectoria política: la agitación. Quim Torra, 55 años, abogado, escritor, editor, sin problemas con la Justicia, ha sido el elegido por Puigdemont para ocupar su sillón vacante en el Palacio de la Generalitat. Un perfecto 'mandado' con visos de interinidad.

Cataluña se encamina hacia el final del 155. Roger Torrent convocará en las próximas horas al Parlament para celebrar un pleno de investidura que, en segunda vuelta, con mayoría simple, sin el respaldo de la CUP, proclamará a Quim Torra como el presidente 301 de la Generalitat. Inmediatamente, se formará 'Govern' y Mariano Rajoy y el Ejecutivo central cesará en su intervención de las instituciones catalanas. 

Un presidente marioneta, comentan en círculos secesionistas. Presidente títere, de paja,de adorno... todos los calificativos se acumulan en torno al papel que le tocará representar al seleccionado por el  prófugo en Alemania. En su mensaje de la noche del jueves, difundido por vídeo a las televisiones y las redes, Puigdemont se encargó de recordar dos cosas. Primero, que se trata de una medida de provisionalidad para una situación de excepcionalidad. Y segundo, que el Estado no ha respetado la legilitiidad de su candidatura ya que, a todos los efectos, sigue siendo el 'president' hasta que el Parlamento catalán "no tome otra decisión". 

Subrayó que el designado se encargará de 'la gobernación interior', es decir, con mando a distancia desde Berlín. Le puso además tareas a su pupilo. La primera, mantener el choque frontal con el Estado, al que dirigió sus viscerales acusaciones de siempre yl al tiempo, que vele por la lengua, la cultura, la educación, los jubilados y hasta por la defensa de la libre  'orientación sexual' de los catalanes. Es decir, todo eso que él mismo ha desatendido en sus dos años y medio al frente de la comunidad. 

Para el común de los catalanes, incluida gran parte del mundo secesionista,. Torra es un desconocido. Sustituyó en Omnium a Muriel Casals, tras su fallecimiento, hasta la llegada de Jordi Cuixart, ahora en prisión. Se acopló al alcalde Xavier Trias, de Convergencia, y consiguió un chollo en forma de director del Centro Cultural del Borne, un mausoleo nostálgico en el que se recrea la historia apócrifa de una Cataluña independiente. "Desde 1714 estamos ocupados por los españoles", dejó dicho al futuro 'president'. 

Un abuelo de la Lliga

Torra es, excepcionalmente para lo que abunda en el separatismo, un tipo leído, y hasta escrito. Trabajó veinte años en la empresa privada y vivió dos de ellos en Ginebra en la empresa Winterthur, de donde salió, con jugosa gratificación, de vuelta a Cataluña. Se adhirió entonces al movimiento nacionalista, heredado de su abuelo, que militó en la Lliga de Cambó, ese nido de burgueses que germinó, décadas más tarde, en el pujolismo. 

Su momento de revelación, su bautismo político, fue su debut en la Cámara durante la investidura fallida de Turull. El 23 de marzo, con el postulante preso, Torra asumió la voz de su grupo, JxCat, en cuyas filas ocupó el puesto número 11 en las elecciones, y lanzó un mensaje de un separatismo visceral, recoroso, con un verbo de encendido antiespañolismo y una lastimeros victimismo que encandiló a los presentes. 

Buen orador, de ademanes ponderados, fino dialéctico, Torra pasó mucho tiempo en la Biblioteca de Cataluña revisando la historia y las vidas de los próceres de la nación. Pergeñó algunos escritos de escasa relevancia pero de interesante documentación. Su estilo tiene un algo británico. En la puerta de su despacho en el Parlament, que comparte con otros dos diputados, figura la leyenda de Churchill: "Never surrender" ("No nos rendiremos jamás"). 

Sus mensajes contra España son virulentos, pasionales, viles, sin matices. "Los españoles solo saben expoliar". "La palabra vergüenza no figura en su diccionario". "Los catalanes votamos y los españoles vienen a vigilarnos. Fue de aquí de una vez". "El fascismo de los españoles que viven en Cataluña es patético, repulsivo y burdo". Y así sucesivamente. No será interlocutor de Madrid. Rajoy ofreció este jueves, en Antena 3, diálogo al nuevo Gobierno catalán. Puigdemont ha elegido a un rottwiler. 

Elsa Artadi , musa de las quinielas

Puigdemont ha mantenido hasta el final el secreto sobre su 'heréu'. Tan sólo algunos fieles empezaron a colegir el perfil del elegido al conocerse que Elsa Artadi, la eterna favorita, filtraba que se retiraba de la carrera sucesoria. pretende asumir importantes responsabilidades en el nuevo equipo de Gobierno. 

Torra tendrá que perfilar los últimos toques para el encaje del nuevo ejecutivo que, según perece, está prácticamente ultimado. PDeCat y ERC han avanzado mucho en esa faena en las últimas semanas. 

La gran incógnita pasa por saber si Torra cumplirá completo su mandato al frente de la Generalitat o, como se sospecha, tan sólo es una figura de transición para cuando, llegado el momento, convocar nuevas elecciones. Se habla de octubre, cuando esté en su apogeo el juicio contra los cabecillas del 'procés'. Y cuando ya de puede formalmente llamar a las urnas para después de diciembre, cuando se cumpla un año de los anetriores comicios. 

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