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Política

Profesores y alumnos de la URJC estallan: "Ahora parece que nos regalan los títulos"

Campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid

Humillados, hartos y crispados. El escándalo en torno al máster en Derecho Público del Estado Autonómico que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, supuestamente cursó en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ha terminado con la paciencia de los alumnos del centro. También con la de numerosos docentes que imparten clases en la institución académica.

"Ahora parece que nos regalan los títulos", lamenta un estudiante de 3º de ADE. Junto a sus compañeros, el joven denuncia que el caso en torno a los estudios de Cifuentes está repercutiendo a todo el alumnado. "La universidad ha perdido credibilidad. ¿Ahora qué hacemos?", se pregunta. Y no es el único. Sus profesores están "ofendidos".

Desde bedeles a becarios, pasando por recepcionistas, catedráticos y quiosqueros. Cifuentes se ha convertido en la comidilla de todo el personal de la URJC

La presidenta de la Comunidad de Madrid se ha convertido en la comidilla de los cinco campus en los que se distribuye la Rey Juan Carlos. En especial, en el de Vicálvaro, donde se ubica el Instituto de Derecho Público que lidera Enrique Álvarez Conde, el director del ya extinguido máster y en el de Móstoles, donde se encuentra el edificio del rectorado y se llevan a cabo las sonadas ruedas de prensa.

Desde bedeles a becarios, pasando por recepcionistas, catedráticos y quiosqueros. "Estamos hartos y crispados. Queremos de una vez por todas gente honesta en la universidad", se quejan fuentes universitarias. "Sinceramente, Cifuentes debería dimitir. No sólo está perjudicando la imagen de su partido, lo está haciendo con una institución pública", añaden.

Indignación entre el profesorado

"Tengo una enorme indignación por la visión que la presidenta de la comunidad ha dado de los másteres, absolutamente falsa y torticera y que está dañando de forma irreparable el nombre de mi universidad. En esos mismos años [2011-2012] yo daba clases en un máster, y el TFM realizado por la veintena larga de alumnos se parecía más a una tesis doctoral, con una defensa pública en la que se discutía pormenorizadamente con el alumno durante una o dos horas, que a lo que ha aludido la presidenta en el parlamento", denuncia un profesor.

Minutos antes de entrar a dar clase, otra de sus colegas denuncia que "poco se está hablando del asunto a nivel interno para lo gordo que es". "Yo solo lo comento con gente muy allegada, pero deberían darnos explicaciones y por supuesto, depurar responsabilidades si es que se ha cometido algún delito", apunta. No obstante, asegura que apoya al rector Javier Ramos. "Después de prestarse a aquella rueda de prensa bochornosa del 21 de marzo [día en el que estalló el escándalo], rectificó y abrió una investigación con observadores externos, que era lo que tenía que hacer", destaca.

Movilizaciones y manifiestos

La revolución que ha desatado el máster de Cifuentes es tal que algunas asociaciones de alumnos llaman a la movilización el próximo 9 de abril, mientras que ciertos profesores han optado por divulgar manifiestos a través de la plataforma Change.org. Es el caso de la catedrática Carmen Caffarel, que forma parte del grupo de 20 docentes que ha firmado un texto titulado 'Prestigio o estigma' en el que exigen que la comisión que investigará las irregularidades en el máster de Cristina Cifuentes "trabaje con celeridad y transparencia" y que el resultado se haga público "interna y externamente".

Los firmantes declaran además "repudiar" las prácticas que se están poniendo "en evidencia" relacionadas con Cifuentes. Las explicaciones de la URJC les parecen "insuficientes" y las contradicciones "lesivas" para el prestigio y valor social de la institución. Además, destacan que este escándalo se suma a la cadena de "lamentables" noticias que han lastrado la imagen de la universidad, en lo que parece una referencia a los plagios que forzaron a la dimisión del anterior rector.

"Estamos muy humillados y disgustados porque esta universidad también tiene cosas estupendas y ha desarrollado grandes investigaciones", reconoce una profesora. "Si todo lo de Cifuentes es verdad, que las pruebas existentes apuntan a que lo es, ella debería dimitir, pero también debería haber un gran cambio en la cúpula de la universidad de una vez por todas", pide un grupo de alumnas. 

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