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Política

El PSOE busca en educación y violencia de género las primeras conquistas de su 'oposición útil'

Antonio Hernando, portavoz parlamentario del PSOE.

Pasar la página de la división interna e iniciar la del trabajo institucional. Esa es la misión en la que se halla sumido el PSOE, que trata de enterrar la etapa guerracivilista que acabó con Pedro Sánchez para ofrecer los primeros frutos del desbloqueo que hizo posible su abstención en la investidura de Mariano Rajoy. Los socialistas que defendieron ese viraje lo hicieron con un argumento clave: no hay más alternativa a Rajoy que otras elecciones y ese es el mejor camino para que nada cambie. Facilitando la formación de Gobierno, aseguraban, se podría empezar a legislar construyendo mayorías alternativas, revirtiendo la gestión del PP. Desarrollando, en definitiva, una 'oposición útil' frente a la inane estrategia de tierra quemada que plantea su competidor en la izquierda, Unidos Podemos.

El PSOE espera obtener los primeros resultados de esa táctica hoy mismo, en el primer pleno tras la reelección de Rajoy. El Congreso debate dos iniciativas socialistas que tienen todos los visos de ser aprobadas y suponen una enmienda al Ejecutivo del PP. En primer lugar, se debatirá la toma en consideración de una proposición de ley para paralizar la implantación de la la LOMCE, la reforma educativa que pilotó José Ignacio Wert. “Ha cosechado grandes desencuentros entre toda la comunidad educativa, los interlocutores sociales y las fuerzas políticas”, argumentan los socialistas en la exposición de motivos de la iniciativa. Asimismo, afean al PP el uso del “rodillo de la mayoría absoluta” para aprobar la norma, evidenciando “su desprecio al diálogo con todos los agentes que intervienen en el ámbito educativo”.

El PSOE quiere presumir ya de haber provocado el principio del fin de la denostada 'Ley Wert'

“La LOMCE es una contrarreforma segregadora e intervencionista que ataca directamente a la igualdad de oportunidades y retrocede en la equidad y en la calidad de la educación”, prosigue el texto, que concluye con la propuesta de paralizar el “calendario de aplicación de la LOMCE y la consiguiente suspensión de la entrada en vigor de las normas que desarrollan su implantación que no tuvieran vigencia efectiva”. Se trata del “paso prioritario para poder comenzar a reconstruir un acuerdo común entre toda la comunidad educativa, los interlocutores sociales y las fuerzas políticas para lograr un sistema educativo estable y de calidad”. Igualmente, insta al Gobierno a impulsar un acuerdo político y social que alumbre una nueva ley y “suponga la derogación” de la LOMCE.

El PSOE ha buscado estos días el apoyo del resto de fuerzas para sacar adelante la proposición, informan fuentes parlamentarias, y cuenta con poder hacerlo sin problemas. Ya en la legislatura fallida logró aprobar una iniciativa idéntica con el 'sí' de su grupo, Podemos y los soberanistas. Ciudadanos, crítico con la Ley Wert, se abstuvo porque consideró el texto poco constructivo al no incluir la voluntad de forjar un pacto nacional por la educación.

El "gesto" de Rajoy

En esta ocasión sí aparece esa referencia y la proposición podría recibir el visto bueno tanto de los diputados de Rivera como de los del PP, puesto que Rajoy ya ha prometido impulsar un nuevo acuerdo educativo que supere la LOMCE, como reclama el PSOE. El portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, admitió este lunes en Antena 3 que está “hablando” con los populares para buscar el consenso y consideró un “gesto” en la buena dirección que el presidente declarara en su investidura la voluntad de paralizar las reválidas, uno de los aspectos nucleares de la norma.

De ese modo, el PSOE quiere demostrar que es posible revertir leyes emblemáticas de los populares -como la LOMCE, la de Seguridad Ciudadana, la reforma laboral o la que impone la prisión permanente revisable- aunque estos sigan en el Gobierno. Otra prueba de ello puede salir del pleno de este martes, mediante la aprobación de una proposición no de ley, también del Grupo Socialista, para articular un pacto nacional contra la violencia de género. Es una medida que llevan “reclamando desde hace más de tres años”, como resaltó en Cuatro la portavoz adjunta de los socialistas, Isabel Rodríguez.

La ministra Montserrat negocia con los socialistas la posibilidad de articular un gran pacto de Estado contra la violencia de género

También en este punto el PSOE está negociando con el PP para alcanzar un acuerdo, puesto que el partido de Rajoy presenta en este pleno una PNL similar, destinada a “mejorar y actualizar” la ley contra la violencia de género de 2004. Populares y socialistas tratarán de alumbrar un único texto. Ciudadanos, por su parte, ha presentado enmiendas a ambas iniciativas rescatando elementos de los pactos de gobierno e investidura que firmó con Sánchez y con Rajoy. Su objetivo es que todo el bloque constitucionalista se una en torno a esta cuestión, sin perjuicio de que puedan sumarse el resto de fuerzas parlamentarias.

"Hay predisposición para llegar a un pacto de Estado en este tema, incluyendo nuestras enmiendas, que incluían puntos de nuestro acuerdo con el PSOE y de nuestro acuerdo con el PP. El objetivo era exactamente ese, que se lograra el acuerdo y parece que será posible", indicaban anoche desde el Grupo Parlamentario naranja.

El diálogo entre PP y PSOE también se encuentra muy avanzado. La propia ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, se ha implicado en una negociación que muy probablemente acabe dando lugar a una subcomisión en el Congreso para articular un gran acuerdo en la materia. Rajoy lo citó en su investidura como una de las metas para este mandato.

Revertir los recortes

Uno de los objetivos prioritarios de los socialistas es revertir los recortes de los últimos años en las partidas destinadas a combatir la violencia de género. De lograrlo, el PSOE tendrá así otro argumento con el que reforzar su posición estratégica de que tenía sentido desbloquear la legislatura para “trabajar en lo que interesa, ser útiles a nuestro país”. Y contraponer sus logros con la línea dura de Pablo Iglesias, a la que Ferraz tacha de ineficaz por excluir la vocación de pactar.

La viabilidad de todas las iniciativas parlamentarias depende en última instancia de que haya Presupuestos y se eviten otras elecciones en 2017

Y esa será la tónica general, tal y como anunció Hernando en la investidura. Entre la cascada de iniciativas que enumeró para desarrollar el ideario de su partido estaban las dos ya citadas -reforma educativa y pacto contra la violencia de género- y varias más destinadas a instaurar un ingreso mínimo vital para familias sin recursos, mejorar la atención a parados de más de 52 años, bajar el IVA cultural, articular una ley de igualdad salarial, suprimir el copago farmacéutico, ampliar e igualar los permisos de maternidad y paternidad, investigar en el Congreso la actividad de Fernández Díaz en Interior y la presunta financiación irregular del PP, garantizar la independencia de RTVE y la Agencia EFE, reformar el sistema de nombramientos de los órganos reguladores y constitucionales o forjar un nuevo régimen de relaciones laborales.

Un prolijo catálogo de medidas que el PSOE confía en ir sacando adelante semana a semana en el Congreso. Será así, aseguran desde el Grupo Parlamentario, como demostrarán que fue una decisión acertada permitir que la legislatura echara a andar. En el horizonte, en cambio, se cierne la amenaza de que Rajoy no pueda aprobar los Presupuestos -los socialistas mantienen su negativa a avalarlos- y disuelva las Cortes para convocar nuevas elecciones en 2017. En ese caso, todas las iniciativas en tramitación decaerían automáticamente.

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