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Política

El PSOE busca comprometer a los sindicatos en la investidura de Rajoy

Pepe Álvarez, secretario general de UGT y Ignacio Fernández Toxo, Secretario General de CCOO

Quedan dos semanas escasas para que el PSOE decida si se decanta o no por facilitar la investidura de Mariano Rajoy y a la gestora que preside Javier Fernández le gustaría que tanto UGT como Comisiones Obreras desempeñen un papel de ‘notarios’ en los compromisos que puede llegar a contraer el PP cuando aflore la negociación pendiente.

La implicación de los sindicatos en la investidura podría apaciguar las voces del PSOE contrarias a la abstención

El presidente asturiano está sudando la camiseta reconocen fuentes socialistas, para que los ánimos dentro de su partido se serenen y pueda evitarse un Comité Federal tan tormentoso como el que el PSOE celebró el pasado sábado. El respeto que merece Javier Fernández al conjunto de la organización es grande y, de momento, está siendo suficiente para suavizar el enfrentamiento interno que Pedro Sánchez le dejó en herencia. Sin embargo, no cesan de surgir voces claramente contrarias a la abstención en la investidura de Rajoy que ponen incluso en cuestión la autoridad del Comité Federal. La última ha sido la de la diputada zaragozana Susana Sumelzo, estrechamente ligada al exsecretario general, y a ella se sumaron con anterioridad las de la corriente Izquierda Socialista y la del PSC. Una implicación de los sindicatos en los compromisos que pueda firmar el PSOE con el PP, apuntan las mismas fuentes, podría contribuir a rebajar las tensiones si la foto final se parece a la de los Pactos de La Moncloa. Fueron firmados en 1977, con Adolfo Suárez en el Gobierno, para modernizar la economía española. En aquella época no se había elaborado todavía la Constitución, el paro rozaba el 6%, la deuda externa no superaba los 15.000 millones de dólares y la inflación superaba el 40%.

Los dirigentes vinculados al ala izquierda del partido que comparten la prioridad de evitar unas terceras elecciones defienden la conveniencia de ir a unos acuerdos similares que involucren no solo a los principales partidos sino también a sindicatos y empresarios. El problema de Mariano Rajoy y de Javier Fernández es que no disponen de mucho tiempo para abordar unos pactos de este calibre, por lo que cabría la posibilidad, si hubiera voluntad política para ello, de enmarcar el posible acuerdo de investidura en las propuestas que el presidente del Gobierno en funciones ya esbozó después de las elecciones de diciembre. Rajoy, que apuntó este jueves en esta dirección, propuso entonces consolidar el crecimiento económico y la creación de empleo, encarar una nueva reforma fiscal, otro sistema de financiación autonómica, un gran pacto educativo, potenciar las instituciones para hacer frente al desafío soberanista en Cataluña y abordar la reforma de las pensiones. Precisamente el grupo parlamentario socialista quiere registrar en el Congreso la propuesta de los sindicatos de revalorizar las pensiones en 2017 para que vayan ligadas al IPC y no haya pérdida de poder adquisitivo.

Cómo recuperar a Ciudadanos

Fuentes del PP dan por hecho que una parte de las medidas acordadas por el PSOE con Ciudadanos en febrero, son perfectamente recuperables y valdrían también para comprometer a Albert Rivera en el acuerdo de investidura, un gesto que está esperando como agua de mayo ante el temor de que la formación naranja quede fuera de juego en la XII legislatura y todo el foco de actividad política se centre en los dos principales partidos.

Antes del comité federal, la gestora cocinará con los barones una solución a la investidura de Rajoy

En esta carrera contrarreloj, Javier Fernández reunirá la semana que viene al consejo territorial del PSOE para intentar que todos los barones, sin excepción, acepten una investidura de Rajoy seriamente condicionada y garanticen una votación mayoritaria favorable a la abstención en el comité federal previsto para la penúltima semana de mes. Entre tanto, la preocupación en la gestora descansa en demostrar, como este jueves insinuaron desde diferentes enfoques su presidente y Susana Díaz, que esta abstención no es sinónimo de rendición.

 

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