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Política

PP y Ciudadanos trasladan su guerra al Parlamento catalán

Hernando y Girauta en la firma del acuerdo de investidura de Mariano Rajoy.

Desde las elecciones celebradas en Cataluña el pasado 21D la guerra entre el PP y Ciudadanos es cada vez menos fría. Con cuatro diputados en el Parlamento catalán -y estuvo a punto de quedarse con tres de no haber recuperado un escaño por Tarragona-, los populares continúan afeando a la formación liderada por Albert Rivera el no haber impedido que se quedaran no solo sin grupo parlamentario, sino también excluidos de la Mesa de la Cámara.

Aunque Mariano Rajoy se mantiene al margen de cargar en público contra Inés Arrimadas, no son pocas las ocasiones en las que el portavoz del PP en el Congreso ha cargado contra la "inmovilidad" de la dirigente catalana a la hora de "negociar" con las distintas fuerzas políticas la posibilidad de ser investida como presidenta del Govern. Sobre todo en el caso de las llamadas "constitucionalistas".

Hernando, y una buena parte de los populares, no perdona ni comprende cómo la CUP tiene la posibilidad de formar grupo parlamentario si ERC termina cediéndoles un diputado -con el que sumarían los cinco que se requieren como mínimo para crear grupo-, y en su caso el portazo es rotundo. Ciudadanos ha descartado por activa y por pasiva 'cederles' un diputado, por lo que en Génova ya se habla de "presuntos amigos". "Está muy bien hablar de los partidos 'constitucionalistas', pero hay que apoyarse", ha instado Hernando.

Panes prestados tras el 26J

Para el portavoz popular se trataría, además de un gesto en favor de la Constitución, de un asunto de panes prestados, ya que no ha dudado en recordar a Rivera y los suyos que cuentan con dos miembros en la Mesa del Congreso de los Diputados -José Ignacio Prendes, como vicepresidente primero, y Patricia Reyes, como secretaria cuarta- cuando solo disponen de 32 escaños frente a los 134 del grupo popular.

El PP recuerda a Cs que cuentan con dos miembros en la Mesa del Congreso cuando solo disponen de 32 escaños frente a los 134 del grupo popular

El PP mantiene que en Cataluña se ha producido un "golpe de Estado" por determinadas personas que "ya forman parte del pasado" [a nivel político] y que ahora habría que "hablar con todos" para impulsar el cambio en la aquejada comunidad autónoma. "Liderar ese proceso no consiste en que los demás te ayuden a solucionarlo. Se trata de hablar con todos como hizo Rajoy en su momento", comparan desde las filas populares. Tal como cuenta Hernando, cuando su grupo contaba con los 123 escaños del 20D, él mismo se reunió con todas las fuerzas involucradas "e intentamos no excluir a nadie". "Lamento que haya algunos que estén excluyendo al PP de todo: ni grupo parlamentario ni estar en la Mesa", comenta.

Conscientes de que "cada uno hace lo que estima oportuno", los populares no dudan en calificar el gesto de Ciudadanos en Cataluña de "patada". Desde el 21D el mensaje del PP a Arrimadas es claro. Le piden, como líder de la formación más votada, "moverse". "Si tiene más escaños que nadie, tendrá que asumir el protagonismo. Tener la representación de los ciudadanos implica tener la responsabilidad, van ligadas", zanjan. La obligación de trabajar para que cambien el escenario político en Cataluña y de la vuelta de las empresas es de todos de acuerdo a los populares, pero "especialmente", de Rivera y los suyos.

La "dignidad" del Grupo Mixto

Sin embargo, pasada una semana de los últimos comicios catalanes el presidente de Ciudadanos ya avisó de que su partido no estaba por la labor de 'ceder' diputados. Partidario de que los cuatro diputados del PP se acojan a la figura del subgrupo que contempla el Reglamento del Parlament -y que Ciudadanos ya utilizó cuando se vio abocada a compartir el Grupo Mixto con Solidaridad para la Independencia (SI), el partido del expresidente del Fútbol Club Barcelona Joan Laporta- Rivera les trató de consolar explicándoles, por experiencia propia, que desde esa posición se podía trabajar con "dignidad".

La defensa de Arrimadas ante los ataques de Hernando apunta a la compleja aritmética que ha resultado del 21D y suele recordar a los populares que si no hubieran cosechado tal hundimiento en las elecciones, la suma de escaños de ambas formaciones, junto al PSC, habría dado paso a un Govern proclive a acatar la Constitución. Pero no ha sido el caso. Las cuentas no salen. Y el mismo motivo al que alude Ciudadanos para explicar por qué no ha negociado la investidura de Arrimadas es el que emplean desde Catalunya en Comú-Podem para defender su "portazo" a que la formación naranja cuente con un pesidente, al menos, en la codiciada Mesa del Parlament.

La excusa de todos: "No sumas"

Si Arrimadas dispara sus dardos a la coalición liderada por Ada Colau por despejar la vía al independentismo y más ahora, cuando se está produciendo una oleada de dimisiones y renuncias por parte del llamado bloque secesionista en un evidente "sálvese quien pueda", los llamados comunes se la 'devuelven' a Arrimadas diciéndole que "no suma" y que sus intenciones son fruto de "una fantasía numérica". A través de un comunicado, la portavoz de Catalunya en Comú-Podem, Elisenda Alamany, quiso explicar las razones del sonado "portazo" de su formación a la propuesta de Ciudadanos de pactar la elección de José María Espejo-Saavedra como presidente del Parlament.

Arrimadas dispara sus dardos a los 'comunes' por despejar la vía al independentismo y más ahora, en pleno "sálvese quien pueda" secesionista

"No supone ninguna mayoría alternativa" y, en palabras de Alemany, en caso de que la oferta "no fuera ninguna fantasía numérica", el 'No' de su coalición se mantendría al considerar que Cs es "un partido que cuando ha tenido oportunidad ha mantenido la corrupción al poder". Para Arrimadas, el adiós de Artur Mas, Carles Mundó y la renuncia de Forcadell a ser reelegida como presidenta del órgano rector del Parlament son sinónimo del "fracaso" del procés. Desde la filas naranjas instan a los independentistas a "reconocerlo públicamente" y a los comunes a "cambiar de idea" dadas las "novedades" de los últimos días en cuanto a renuncias y pasos para atrás de 'los Jordis' y Forn delante de los jueces.

En esto, sí coinciden con el PP, que, hastiados de las "bromas" independentistas -"cualquier día nos proponen que Iker Jiménez presida el Parlament catalán", ironizan desde Génova- advierten que el secesionismo ha fracasado, aunque eso no sirva para que ellos vuelvan a contar con grupo parlamentario propio ni mucho menos a formar parte de la Mesa y el apoyo de alguna formación "amiga".

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