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Política

'Operación magdalena': así se fabrica la propaganda de Carmena, la alcaldesa impoluta

Manuela Carmena en el vídeo de presentación de Más Madrid.

Manuela Carmena dudó si convertirse en alcaldesa. Eran los meses de la crisis económica y la puerta del Sol se llenaba de indignación y jóvenes. Podemos acababa de nacer y aprovechaba sus contactos en las plataformas antidesahucios, que manejaban mucho dinero, para empezar a lanzar su Opa a IU y proponerse como la izquierda “del cambio”.

La activista Ada Colau sonaba como candidata a la alcaldía de Barcelona y Podemos buscaba otro perfil semejante de la sociedad civil para Madrid. Empezó a barajarse el nombre de Carmena, ex magistrada y con un pasado en el PCE. “Pero Carmena no lo veía claro”, comentan fuentes que gestionaron aquella operación. “Fue su hijo quien le dijo durante un cena: ‘Mamá, tú eres la Ada Colau de Madrid”. Ella se convenció y hoy es la todopoderosa dueña de la política municipal.

“Manuela tiene un gran olfato político, pero es muy vengativa y mentirosa”, comentan ex miembros de su gobierno municipal. Tras alcanzar la alcaldía gracias al voto del PSOE, Carmena empezó a construir un equipo propio en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento. Y no tardó en aniquilar a sus antiguos aliados. Lo hizo con el PSOE, con el que había pactado un plan que pronto desatendió. Luego apartó a los ediles más radicales de su propio gobierno (Celia Mayer, Carlos Sánchez Mato y los anticapitalistas), para finalmente alejarse de Podemos, apoyando la “conjura de las empanadillas” con Íñigo Errejón, que maduró en la casa de Carmena.

La alcaldesa protagonizó en estos años una serie de maniobras que convierten a las conspiraciones de Juego de Tronos --serie fetiche de Pablo Iglesias-- en elucubraciones para principiantes. Pero, ¿cómo es posible que una dirigente que despierta tantos recelos entre sus propios aliados tenga una imagen pública tan impoluta?

Ajena a los fracasos de sus gestión

La respuesta atañe a la influencia que Carmena tiene en la prensa nacional y entre algunos poderes fuertes, sobre todo el judicial e inmobiliario, pero también con un dispositivo de propaganda que la alcaldesa ha construido desde el Ayuntamiento con el objetivo de desligar su figura de los errores de su gestión, que fueron muchos: desde la inacción ante el trágico repunte del alquiler, la suciedad en las calles o la inejecución de inversiones públicas, que, paradójicamente, ha convertido en supuesto logro por la reducción correspondiente de la deuda.

Uno de los demiurgos de esa imagen edulcorada de la regidora es Rómulo Aguillaume, su yerno, experto en publicidad empresarial que trabajó para McDonald’s y Coca Cola

Ella es como Messi en el Barça, que si pierde es culpa del equipo y si gana es mérito suyo”, comenta irónico un miembro de su grupo. Pero para consolidar esta visión hace falta personal y táctica de comunicación. “Carmena lo que ha creado son dos ayuntamientos. El suyo y el de los madrileños”, comenta un alto responsable del Consistorio. “El elemento determinante es que ella evita todos los conflictos de la política municipal. Antes, si había un problema el Alcalde llamaba al concejal y le decía: si esto no está resuelto voy yo. Ahora esto ha cambiado y Carmena prefiere esperar o lanzar un mensaje alternativo para que no se hable del problema en la prensa”.

Disturbios en Lavapies por la muerte de un mantero

El ejemplo más flagrante fue, quizás, con la muerte del mantero en Lavapiés y los dos días de reyertas en el céntrico y multicultural barrio madrileño. Después de la quema de contenedores y coches, y la ruptura de cristales de varios comercios, los manifestantes llegaron incluso a acosar al cónsul de Senegal. Este se cerró en un bar, mientras fuera volaban sillas y mesas. Desesperados, los dueños del establecimiento invocaron: “¿Dónde está la policía municipal, dónde está la alcaldesa?”. Carmena evitó pasear por allí durante meses, hasta que la llama se apagó.

Expertos y pretorianos

Uno de los demiurgos de esa imagen edulcorada de la regidora es Rómulo Aguillaume, su yerno. Se trata de un experto en publicidad empresarial, trabajó para McDonald’s y Coca Cola, y según varias fuentes es uno de los inspiradores de la Operación Magdalena: la asociación de Carmena como alguien ajeno a la política (aunque militó en el PCE desde temprana edad). La abuela y madre siempre presente y conciliadora. La alcaldesa que en su primer mitin ya con la nueva marca de Más Madrid dice en uno de los barrios más pobres de la capital que “estamos haciendo un Madrid de magdalenas”.

Este dulce es su especialidad. Su receta está incluso descrita en un libro navideño que promovió el Ayuntamiento de Madrid. Y desde su cocina, esta política de 75 años anunció su deseo de repetir su candidatura después de haber prometido dedicarse a la política solo un mandato y lanzó una escisión sin recibir casi críticas.

Pero la clave del éxito de la imagen edulcorada de Carmena no solo son sus vídeos en la cocina. Sino también una elaborada estructura interna en el propio Consistorio. Propaganda y 'agitprop' para la que trabajan según fuentes sindicales y funcionarios del Ayuntamiento “entre 60 y 80 personas”. Son su guardia pretoriana y responden a esa estructura “la gente del área de Cultura” (concejalía que Carmena controla ad interim), el gabinete de Comunicación y de Alcaldía y la gerencia de la ciudad liderada por Eloy Cuéllar (que sustituyó a Carmen Román, que dimitió).  

Un 1.000% más de gasto en redes

“En comunicación tiene a muchos más trabajadores que Botella”, señalan funcionarios del Consistorio. “Se ha contratado a más gente”, confirman desde el gabinete de prensa, aunque a petición de este diario el Ayuntamiento no ha ofrecido datos sobre cuántos son los trabajadores en la dirección de Comunicación, si han aumentado y si hay becarios. La responsable es Rita Maestre, la política de Podemos que se ha decantado por Errejón. Su equipo apuesta por mucha actividad en redes sociales, método habitual para evitar las críticas que llegan a través de la prensa.

La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre (i), junto a la alcaldesa, Manuela Carmena.

El resultado ha sido que el gobierno municipal destaca más en gestualidad que en gestión. Pocos logros, muchas polémicas y miles y miles de euros para darle la vuelta a la tortilla a todo tipo de problema. Desde 2015, el gasto público en propaganda se disparó un 89%. Pasó de 2,7 a 5,1 millones de euros en 2018, y para este año, que es electoral, las previsiones son de 10 millones. Tan solo en su primer año de gobierno, Carmena destinó un 1.000% más de fondos para la publicidad en Facebook, Twitter e Instagram.

La foto en el Metro

El planteamiento ecologista es otro ejemplo del funcionamiento de la promoción de la imagen de la alcaldesa. Del gobierno municipal trascienden imágenes, estampas y sentimientos. No hay informes sobre el impacto de los carriles bicis que se han realizado, pero la foto de la alcaldesa leyendo en el Metro de Madrid vuelve a menudo a reflotar en las redes. Se desconoce cómo eso ocurre, pero sí que la imagen no refleja el hecho de que Carmena use el transporte público, puesto que nada más alcanzar el Consistorio la Policía Municipal le prohibió desplazarse en ese medio por seguridad. “El dispositivo de control sería un infierno cada día”, comentan expertos del sector. 

“Carmena es como Errejón: son eso del ni de izquierdas ni de derechas, pero sí de mucho poder. Es todo ética y buenos sentimientos”, afirman algunos políticos navegados de la izquierda madrileña, que recuerdan que su influencia no se limita al Ayuntamiento. Según varias fuentes socialistas, la regidora logró en su día evitar que el recién fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba se postulara como candidato a la alcaldía madrileña. Una operación que obtuvo el apoyo de Pedro Sánchez, como desveló Vozpópuli, a cambio de que Carmena se comprometiera a incluir a varios ediles del PSOE en el próximo gobierno. Desde el equipo del candidato Pepu Hernández, sin embargo, mantienen que no hay pactos de ese tipo sobre la mesa.

Si pierde, no repetirá

“De momento todo le está funcionando”, comentan miembros de la izquierda madrileña. “Pero cuando la ciudadanía se dé cuenta de lo que es en realidad, la decepción será mayor que la esperanza que despierta”. Una lectura crítica, cierto, pero que solo se convertirá en realidad en el caso de salir del poder.

Hace pocos días, Carmena decidió convertir su persona en marca política. Lo hizo incrustando su cara en la papeleta electoral de los comicios del 26 de mayo. Una acción que no tiene parecidos en la izquierda europea, pero que sus técnicos y el propio Errejón (inventor de poner el rostro de Iglesias en la papeleta de las europeas de 2014) aconsejaron. No ha recibido críticas, como tampoco trascendió su anuncio de no cumplir con su mandato en el caso de una derrota electoral. Los votos que reciba, de no gobernar, se los llevará con ella a su cocina.

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